Por Juan Manuel Nievas
Una empleada coloca juguetes de plástico y caramelos en el interior de huevos de chocolate, en la chocolatería "María Franco", en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, el 31 de marzo de 2021. La tradición de obsequiar huevos de chocolate en Argentina, el Domingo de Pascua se mantiene viva cada año, a partir de la labor de maestros del chocolate y de reposteras artesanales. (Xinhua/Martín Zabala)
BUENOS AIRES, 31 mar (Xinhua) -- La tradición de obsequiar huevos de chocolate el Domingo de Pascua se mantiene viva cada año en Argentina, a partir de la labor de maestros del chocolate y de reposteras artesanales que dan sabor y color a divertidos productos destinados a toda la familia, especialmente los niños.
Tal es el caso de la chocolatería "María Franco" que se ubica en la avenida Boedo 2063, en la zona sur de Buenos Aires, y que se ha convertido en un lugar clásico para los residentes, que no dejan de sorprenderse cada año por los diseños y el tamaño de los productos ofrecidos.
"Los argentinos consumimos este producto en forma estacional, es simplemente en el momento de la festividad de Pascuas", dijo a Xinhua el propietario del negocio, Rafael Franco.
El hombre explicó que el huevo de Pascua en Argentina "es un producto que se distingue por ser clásico y único en el continente, diría que a nivel mundial nuestro huevo de Pascuas se destaca, por el tipo de decoración y la forma que tiene, que hace un huevo distinto".
La jornada de trabajo en el establecimiento de la familia Franco puede llegar a la elaboración de 1.000 unidades, con distintas variedades de chocolate, de cara a la celebración del domingo 4 de abril próximo.
Se ofrecen de tamaño pequeño (40 gramos de peso y siete centímetros de alto) pero también hay grandes (16 kilogramos de peso y un metro de alto), con precios que van desde 84 pesos (unos 0,90 centavos de dólar) a 34.600 pesos (unos 376 dólares).
"(Obsequiar huevos de Pascua) es una tradición importante, que se sigue desde siempre, es una mezcla de (lo) pagano y (lo) religioso", recordó el empresario.
El establecimiento, conocido por el detalle y esmero en la decoración de los productos, obras de arte según sus responsables, utiliza "blends" (mezclas) de chocolate propias que se completan con diseños únicos.
"Trabajamos dos líneas, una es la 'premium', que es el chocolate real, que es un verdadero chocolate y que la llamamos línea de autor, que son todas obras de arte únicas, porque cada huevo es un huevo único, decorado por maestros chocolateros especializados en esto. Y el resto se hace de consumo, con una línea mucho más estándar, que son los que vendemos en gran volumen", detalló Franco.
La familia Franco comienza dos meses antes de esta fecha a fabricar los huevos de Pascua, muchos de los cuales son personalizados, con nombres de personas o de empresas, e incluso con sorpresas adentro.
"Todos los años estamos dedicados a 'full' (completamente) en esta etapa para vender muchísimos huevos de Pascua", explicó el emprendedor.
La empresa familiar fue fundada hace 25 años, pero a partir del año 2000 se volcó a los huevos de Pascua.
La acción de obsequiar huevos de Pascua es una tradición que, con siglos de historia, se realiza en diversos países del mundo y se basa tanto en prácticas litúrgicas como en el simbolismo de "renacimiento" y "vida".
Las líderes del proyecto son las hijas de Rafael, María Celeste y María Giselle, quienes han estado encargadas de la parte de diseño y creación del producto.
"Son mis hijas las que han desarrollado todo esto, que es un homenaje a una de ellas, que ha fallecido recientemente", expresó.