ESPECIAL: Cuba utiliza hoteles como centros de aislamiento anti COVID-19

Actualizado 2021-03-18 05:03:44 | Spanish. xinhuanet. com

Por Raúl Menchaca

Imagen del 16 de marzo de 2021 de un empleado sanitizando las manos de una visitante extranjera en la entrada del Hotel Capri, el cual está siendo ocupado como centro de aislamiento, en La Habana, capital de Cuba. Cuba dispuso una veintena de hoteles, la mayoría en La Habana, como centros de aislamiento donde los viajeros que llegan del extranjero pasan unos días hasta confirmar que no están contagiados con el nuevo coronavirus. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 17 mar (Xinhua) -- Cuba dispuso una veintena de hoteles, la mayoría en La Habana, como centros de aislamiento donde los viajeros que llegan del extranjero pasan unos días hasta confirmar que no están contagiados con el nuevo coronavirus.

Desde inicios de febrero y ante un tercer rebrote de la pandemia, las autoridades determinaron el aislamiento de estos viajeros, quienes también deben presentar una prueba negativa de biología molecular, el llamado test de PCR, realizado 72 horas antes del arribo a Cuba.

El aislamiento tiene dos modalidades, pues hay hoteles de pago para extranjeros y cubanos que opten por ellos y centros gratuitos sólo para cubanos, pero con menos confort.

Los viajeros permanecen aislados cinco noches hasta conocer los resultados de la prueba de PCR que se les realiza en los aeropuertos y de otra que se les hace en el hotel, donde además tienen control sanitario diario, pues en cada instalación se mantiene un médico y un enfermero, quienes dos veces al día examinan a cada viajero.

"Es un poco estresante estar encerrado, pero entiendo que es el protocolo sanitario para protegernos a nosotros y a los demás", dijo a Xinhua el cubano Yosvany Barrios, quien vive en el sur de Estados Unidos y regresó a la isla para estar unos días con su esposa, embarazada de cuatro meses.

Barrios, un contratista de la construcción, quien se alojó en el céntrico hotel habanero NH Capri, afirmó sentirse seguro con esas medidas, que le ayudan "también a cuidar a mi esposa y al futuro bebé".

Esa opinión es compartida por Jorge Carmona, otro cubano que también vive en Estados Unidos y que aseguró comprender la necesidad de esas restricciones, a pesar de que resulta incómodo estar encerrado tantos días.

Los visitantes no pueden salir de sus habitaciones, en espera del resultado del PCR y solo pueden abandonarlas cuando se confirme que no están contagiados.

"Así se evita el contacto entre las personas y por tanto la transmisión", señaló el doctor Juan Carlos Vidaud, un intensivista que trabaja habitualmente en un hospital habanero, pero que con la llegada de la pandemia ha sido destinado a la vigilancia sanitaria en el Hotel NH Capri, donde permanecen más de 100 personas.

Durante un mes y medio, Vidaud ha atendido a más de 200 viajeros alojados en el hotel y explicó que apenas cuatro han resultado positivos a la COVID-19, lo que ha activado un riguroso plan de emergencia para trasladarlos a los hospitales donde recibieron atención médica especializada.

Es una nueva realidad que vive el ahora deprimido sector turístico cubano, otrora segundo aportador de divisas a la isla, con unos 3.0000 millones de dólares anuales, solo superado por la exportación de servicios médicos, pero hoy duramente golpeado por la pandemia.

"Tenemos un cliente distinto al que teníamos antes. Hay un cliente pre-COVID y ahora hay un cliente post-COVID", dijo el español Juan Francisco Candeal, gerente general de los hoteles NH Capri y NH Victoria.

Candeal, un hombre de vasta experiencia en la industria hotelera, señaló que las instalaciones que dirige han modificado más de 700 acciones para adecuarse a un estricto protocolo sanitario y proteger a clientes y trabajadores.

"Creo que dentro de esta gran desgracia que estamos pasando todos ha sido una gran mejora para la industria turística", aseveró el directivo de la cadena española.

Las autoridades cubanas habían cerrado las fronteras en abril del pasado año, pero las reabrieron el 1 de noviembre último, que con la llegada masiva de viajeros para las fiestas de fin de año dio origen al actual tercer rebrote de la enfermedad en la isla.

Por eso, a inicios de febrero, además del protocolo sanitario en aeropuertos, se amplió la lista de los países con vuelos regulares restringidos que incluye a Estados Unidos, México, Panamá, República Dominicana, Bahamas, Colombia y Jamaica, y se suspendieron las conexiones con Nicaragua, Guyana, Trinidad y Tobago, y Surinam.

También se aplicaron nuevamente en todo el país medidas como la suspensión del curso escolar y el cierre de lugares públicos como teatros, bares y restaurantes.

En La Habana, principal foco de transmisión de la enfermedad, las autoridades mantienen medidas sanitarias restrictivas que incluyen la limitación de la circulación desde las 21:00 hora local hasta las 5:00 horas del siguiente día, así como severas multas a quienes no utilizan o utilizan mal las mascarillas.

Desde que el virus Sars-CoV-2, que provoca la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), se registró por primera vez en la isla hace un año, Cuba acumula 63.725 infectados y 380 fallecidos.

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ESPECIAL: Cuba utiliza hoteles como centros de aislamiento anti COVID-19

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Por Raúl Menchaca

Imagen del 16 de marzo de 2021 de un empleado sanitizando las manos de una visitante extranjera en la entrada del Hotel Capri, el cual está siendo ocupado como centro de aislamiento, en La Habana, capital de Cuba. Cuba dispuso una veintena de hoteles, la mayoría en La Habana, como centros de aislamiento donde los viajeros que llegan del extranjero pasan unos días hasta confirmar que no están contagiados con el nuevo coronavirus. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 17 mar (Xinhua) -- Cuba dispuso una veintena de hoteles, la mayoría en La Habana, como centros de aislamiento donde los viajeros que llegan del extranjero pasan unos días hasta confirmar que no están contagiados con el nuevo coronavirus.

Desde inicios de febrero y ante un tercer rebrote de la pandemia, las autoridades determinaron el aislamiento de estos viajeros, quienes también deben presentar una prueba negativa de biología molecular, el llamado test de PCR, realizado 72 horas antes del arribo a Cuba.

El aislamiento tiene dos modalidades, pues hay hoteles de pago para extranjeros y cubanos que opten por ellos y centros gratuitos sólo para cubanos, pero con menos confort.

Los viajeros permanecen aislados cinco noches hasta conocer los resultados de la prueba de PCR que se les realiza en los aeropuertos y de otra que se les hace en el hotel, donde además tienen control sanitario diario, pues en cada instalación se mantiene un médico y un enfermero, quienes dos veces al día examinan a cada viajero.

"Es un poco estresante estar encerrado, pero entiendo que es el protocolo sanitario para protegernos a nosotros y a los demás", dijo a Xinhua el cubano Yosvany Barrios, quien vive en el sur de Estados Unidos y regresó a la isla para estar unos días con su esposa, embarazada de cuatro meses.

Barrios, un contratista de la construcción, quien se alojó en el céntrico hotel habanero NH Capri, afirmó sentirse seguro con esas medidas, que le ayudan "también a cuidar a mi esposa y al futuro bebé".

Esa opinión es compartida por Jorge Carmona, otro cubano que también vive en Estados Unidos y que aseguró comprender la necesidad de esas restricciones, a pesar de que resulta incómodo estar encerrado tantos días.

Los visitantes no pueden salir de sus habitaciones, en espera del resultado del PCR y solo pueden abandonarlas cuando se confirme que no están contagiados.

"Así se evita el contacto entre las personas y por tanto la transmisión", señaló el doctor Juan Carlos Vidaud, un intensivista que trabaja habitualmente en un hospital habanero, pero que con la llegada de la pandemia ha sido destinado a la vigilancia sanitaria en el Hotel NH Capri, donde permanecen más de 100 personas.

Durante un mes y medio, Vidaud ha atendido a más de 200 viajeros alojados en el hotel y explicó que apenas cuatro han resultado positivos a la COVID-19, lo que ha activado un riguroso plan de emergencia para trasladarlos a los hospitales donde recibieron atención médica especializada.

Es una nueva realidad que vive el ahora deprimido sector turístico cubano, otrora segundo aportador de divisas a la isla, con unos 3.0000 millones de dólares anuales, solo superado por la exportación de servicios médicos, pero hoy duramente golpeado por la pandemia.

"Tenemos un cliente distinto al que teníamos antes. Hay un cliente pre-COVID y ahora hay un cliente post-COVID", dijo el español Juan Francisco Candeal, gerente general de los hoteles NH Capri y NH Victoria.

Candeal, un hombre de vasta experiencia en la industria hotelera, señaló que las instalaciones que dirige han modificado más de 700 acciones para adecuarse a un estricto protocolo sanitario y proteger a clientes y trabajadores.

"Creo que dentro de esta gran desgracia que estamos pasando todos ha sido una gran mejora para la industria turística", aseveró el directivo de la cadena española.

Las autoridades cubanas habían cerrado las fronteras en abril del pasado año, pero las reabrieron el 1 de noviembre último, que con la llegada masiva de viajeros para las fiestas de fin de año dio origen al actual tercer rebrote de la enfermedad en la isla.

Por eso, a inicios de febrero, además del protocolo sanitario en aeropuertos, se amplió la lista de los países con vuelos regulares restringidos que incluye a Estados Unidos, México, Panamá, República Dominicana, Bahamas, Colombia y Jamaica, y se suspendieron las conexiones con Nicaragua, Guyana, Trinidad y Tobago, y Surinam.

También se aplicaron nuevamente en todo el país medidas como la suspensión del curso escolar y el cierre de lugares públicos como teatros, bares y restaurantes.

En La Habana, principal foco de transmisión de la enfermedad, las autoridades mantienen medidas sanitarias restrictivas que incluyen la limitación de la circulación desde las 21:00 hora local hasta las 5:00 horas del siguiente día, así como severas multas a quienes no utilizan o utilizan mal las mascarillas.

Desde que el virus Sars-CoV-2, que provoca la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), se registró por primera vez en la isla hace un año, Cuba acumula 63.725 infectados y 380 fallecidos.

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