ESPECIAL: "Es una salvación", dice anciana indígena mexicana de zona apartada al recibir vacuna de china Sinovac

Actualizado 2021-03-12 05:15:45 | Spanish. xinhuanet. com

Por Luis Brito y Wu Hao

HIDALGO, 11 marzo, 2021 (Xinhua) -- Imagen del 9 de marzo de 2021 de Leocadia Longino, de 67 años, recibiendo la vacuna desarrollada por la farmacéutica china Sinovac contra la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), en el poblado de Santa Ana Tzacuala, estado de Hidalgo, México. Leocadia Longino, una anciana de un poblado indígena en una montaña del central estado mexicano de Hidalgo, recorría con la mirada la laguna frente a la que vive mientras narraba que la pandemia del nuevo coronavirus ahuyentó visitantes y despertó miedo en su comunidad. El martes, la mujer recibió la vacuna desarrollada por la farmacéutica china Sinovac contra la COVID-19, luego de que el gobierno mexicano destinó un embarque transportado desde China a finales de febrero para la vacunación de adultos mayores de zonas pobres del país. (Xinhua/Xin Yuewei)

ACAXOCHITLAN, México, 11 mar (Xinhua) -- Leocadia Longino, una anciana de un poblado indígena en una montaña del central estado mexicano de Hidalgo, recorría con la mirada la laguna frente a la que vive mientras narraba que la pandemia del nuevo coronavirus ahuyentó visitantes y despertó miedo en su comunidad.

Las boscosas orillas y aguas cristalinas de la presa del poblado de Santa Ana Tzacuala, una localidad pobre enclavada en la Sierra Otomí-Tepehua, atraían antes bañistas que consumían los platos de pez trucha que Leocadia cocina en su pequeño restaurante familiar de paredes de madera.

La presa ha lucido prácticamente vacía desde que la pandemia comenzó en México en febrero de 2020, por lo que las ventas de la familia se desplomaron a la mitad y ha sobrevivido casi únicamente con servicio de comida para llevar.

"Es de lo que vivimos, toda la familia que estamos aquí (...) ¿Quién no le va a tener miedo a la enfermedad? Todos le tenemos miedo", dijo a Xinhua la mujer de 67 años.

Leocadia contó que el temor y las restricciones ante la pandemia modificaron la vida del poblado de indígenas náhuatl perteneciente a la municipalidad de Acaxochitlán, pero ahora ella se sentía entusiasmada y más segura después de un año de preocupaciones.

El martes, la mujer de cabello cano recibió la vacuna contra la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) de la farmacéutica china Sinovac, luego de que el gobierno mexicano destinó un embarque transportado desde China a finales de febrero para la vacunación de adultos mayores de zonas pobres del país.

En el primer día de vacunación en el rural poblado, la cancha comunitaria habilitada como centro de aplicación recibió decenas de mujeres que, como Leocadia, vestían el típico rebozo mexicano para protegerse del frío, y hombres que caminaban apoyados en bastones hechos de rama de árbol.

"La vacuna es una nueva vida, una nueva salvación", expresó Leocadia y agregó que "están trabajando mucho los de China para todo el mundo, porque no nada más en una parte llega la vacuna sino que en muchas partes llega. Yo les agradezco mucho a los de China que han mandado su vacuna".

El gobierno mexicano envió una parte del lote de vacunas de Sinovac a comunidades de indígenas náhuatl, otomíes y tepehuas de seis municipalidades enclavadas en la boscosa sierra, en el este de Hidalgo, porque padecen pobreza, alta marginación y falta de acceso a servicios de salud.

Las autoridades mexicanas estiman que la alta marginación afecta a más del 60 por ciento de la población de la región, que complementa su alimentación con maíz que cultiva en huertos en sus casas y observa a jóvenes migrar para emplearse en ciudades del país o Estados Unidos.

En el caso de la localidad donde vive Leocadia sólo existe una clínica rural para los 8.000 habitantes, que cuando sufren enfermedades graves, como la COVID-19, deben hacer viajes de una hora en autobús a la ciudad de Tulancingo, la más cercana, para atenderse en un hospital.

La pandemia no ha golpeado la salud de pobladores de la región con la misma fuerza con que lo ha hecho en otras zonas de México, pero el gobierno confía en que la inmunización de adultos mayores vulnerables por su edad, pobreza y marginación contribuirá a reducir casos graves y salvar vidas.

El delegado de programas para el desarrollo en Hidalgo, Abraham Mendoza, dijo a Xinhua que la falta de acceso a servicios de salud en la serrana región provocaba que a veces personas fallezcan sin enterarse de que tenían la COVID-19.

Las características de la vacuna de Sinovac facilitaban su aplicación en poblaciones alejadas de zonas urbanas porque las dosis se pueden almacenar a temperaturas normales de refrigerador, destacó el delegado del gobierno mexicano en la entidad.

"El acercar la vacuna Sinovac es una posibilidad de que si se enferman, aunque no sean diagnosticados, afortunadamente no van a fallecer, ya que sabemos que con la inmunización se previene sobre todo que se agraven los casos", planteó.

Mendoza reconoció el esfuerzo de China para producir vacunas seguras y facilitar su llegada a México, además de que consideró que podría darse un intercambio de experiencias para que la parte china comparta las medidas que ha tomado para reactivar actividades.

México, que acumulaba más de 2,1 millones de casos confirmados y 192.000 muertes por la COVID-19, ha adquirido las vacunas para la campaña de vacunación por fases que inició en diciembre pasado, la cual actualmente se encuentra en la etapa de aplicar dosis a adultos mayores.

Embarques de la vacuna de Sinovac comenzaron a llegar a México a partir de febrero como parte de una cooperación bilateral con China, país que se ha comprometido a hacer de las vacunas bienes públicos globales y trabajar para que sean accesibles y asequibles para naciones en desarrollo.

"China y el señor embajador (de China en México, Zhu Qingqiao) cumplen su compromiso de apoyar a México en este mes de febrero", afirmó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, tras el arribo del lote de dosis que se aplicaban esta semana en diferentes estados del país.

Los dos países han logrado avances en la cooperación de vacunas desde que en noviembre pasado inició en México el ensayo clínico de la fase 3 de la vacuna de la biofarmacéutica china CanSino, que actualmente se envasa en México porque también se utilizará en la campaña de vacunación.

Para el concejal presidente de Acaxochitlán, Alejandro López, la aplicación de la vacuna de Sinovac representaba una "luz de esperanza" después de los estragos de salud y económicos que la COVID-19 ha dejado en la municipalidad de 45.000 habitantes.

La vacuna china despertaba confianza entre la población de la municipalidad, urgida de poder reactivar el comercio del que vive tras suspensiones temporales para evitar la propagación del virus, dijo.

"Agradecemos este apoyo que nos da el pueblo chino y reconocemos esa labor que hacen, reconocemos esa nobleza que tienen para la humanidad. Reconocemos que se han aplicado en este tema de preparar una vacuna y que además la comparten", abundó el concejal presidente a Xinhua.

En su hogar después de vacunarse, Leocadia comentó que esperaba que gradualmente la presa vuelva a lucir visitantes paseando en bote, bañándose en sus aguas o descansando en su ribera, como ocurría hasta hace un año.

Ella ahora se sentía más tranquila para atender comensales en su negocio, recibir la visita de parientes y saludar vecinos sin el temor que tuvo por meses de contraer el virus.

La pandemia dejó al poblado sin sus tradicionales festividades religiosas el año pasado y muchas parejas no pudieron casarse porque la iglesia cerró temporalmente, pero la vida en la localidad podrá recobrarse conforme avance la vacunación, confió.

"Ya no le voy a tener miedo a la enfermedad, hay que seguir adelante", expresó sonriente la mujer.

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ESPECIAL: "Es una salvación", dice anciana indígena mexicana de zona apartada al recibir vacuna de china Sinovac

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Por Luis Brito y Wu Hao

HIDALGO, 11 marzo, 2021 (Xinhua) -- Imagen del 9 de marzo de 2021 de Leocadia Longino, de 67 años, recibiendo la vacuna desarrollada por la farmacéutica china Sinovac contra la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), en el poblado de Santa Ana Tzacuala, estado de Hidalgo, México. Leocadia Longino, una anciana de un poblado indígena en una montaña del central estado mexicano de Hidalgo, recorría con la mirada la laguna frente a la que vive mientras narraba que la pandemia del nuevo coronavirus ahuyentó visitantes y despertó miedo en su comunidad. El martes, la mujer recibió la vacuna desarrollada por la farmacéutica china Sinovac contra la COVID-19, luego de que el gobierno mexicano destinó un embarque transportado desde China a finales de febrero para la vacunación de adultos mayores de zonas pobres del país. (Xinhua/Xin Yuewei)

ACAXOCHITLAN, México, 11 mar (Xinhua) -- Leocadia Longino, una anciana de un poblado indígena en una montaña del central estado mexicano de Hidalgo, recorría con la mirada la laguna frente a la que vive mientras narraba que la pandemia del nuevo coronavirus ahuyentó visitantes y despertó miedo en su comunidad.

Las boscosas orillas y aguas cristalinas de la presa del poblado de Santa Ana Tzacuala, una localidad pobre enclavada en la Sierra Otomí-Tepehua, atraían antes bañistas que consumían los platos de pez trucha que Leocadia cocina en su pequeño restaurante familiar de paredes de madera.

La presa ha lucido prácticamente vacía desde que la pandemia comenzó en México en febrero de 2020, por lo que las ventas de la familia se desplomaron a la mitad y ha sobrevivido casi únicamente con servicio de comida para llevar.

"Es de lo que vivimos, toda la familia que estamos aquí (...) ¿Quién no le va a tener miedo a la enfermedad? Todos le tenemos miedo", dijo a Xinhua la mujer de 67 años.

Leocadia contó que el temor y las restricciones ante la pandemia modificaron la vida del poblado de indígenas náhuatl perteneciente a la municipalidad de Acaxochitlán, pero ahora ella se sentía entusiasmada y más segura después de un año de preocupaciones.

El martes, la mujer de cabello cano recibió la vacuna contra la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) de la farmacéutica china Sinovac, luego de que el gobierno mexicano destinó un embarque transportado desde China a finales de febrero para la vacunación de adultos mayores de zonas pobres del país.

En el primer día de vacunación en el rural poblado, la cancha comunitaria habilitada como centro de aplicación recibió decenas de mujeres que, como Leocadia, vestían el típico rebozo mexicano para protegerse del frío, y hombres que caminaban apoyados en bastones hechos de rama de árbol.

"La vacuna es una nueva vida, una nueva salvación", expresó Leocadia y agregó que "están trabajando mucho los de China para todo el mundo, porque no nada más en una parte llega la vacuna sino que en muchas partes llega. Yo les agradezco mucho a los de China que han mandado su vacuna".

El gobierno mexicano envió una parte del lote de vacunas de Sinovac a comunidades de indígenas náhuatl, otomíes y tepehuas de seis municipalidades enclavadas en la boscosa sierra, en el este de Hidalgo, porque padecen pobreza, alta marginación y falta de acceso a servicios de salud.

Las autoridades mexicanas estiman que la alta marginación afecta a más del 60 por ciento de la población de la región, que complementa su alimentación con maíz que cultiva en huertos en sus casas y observa a jóvenes migrar para emplearse en ciudades del país o Estados Unidos.

En el caso de la localidad donde vive Leocadia sólo existe una clínica rural para los 8.000 habitantes, que cuando sufren enfermedades graves, como la COVID-19, deben hacer viajes de una hora en autobús a la ciudad de Tulancingo, la más cercana, para atenderse en un hospital.

La pandemia no ha golpeado la salud de pobladores de la región con la misma fuerza con que lo ha hecho en otras zonas de México, pero el gobierno confía en que la inmunización de adultos mayores vulnerables por su edad, pobreza y marginación contribuirá a reducir casos graves y salvar vidas.

El delegado de programas para el desarrollo en Hidalgo, Abraham Mendoza, dijo a Xinhua que la falta de acceso a servicios de salud en la serrana región provocaba que a veces personas fallezcan sin enterarse de que tenían la COVID-19.

Las características de la vacuna de Sinovac facilitaban su aplicación en poblaciones alejadas de zonas urbanas porque las dosis se pueden almacenar a temperaturas normales de refrigerador, destacó el delegado del gobierno mexicano en la entidad.

"El acercar la vacuna Sinovac es una posibilidad de que si se enferman, aunque no sean diagnosticados, afortunadamente no van a fallecer, ya que sabemos que con la inmunización se previene sobre todo que se agraven los casos", planteó.

Mendoza reconoció el esfuerzo de China para producir vacunas seguras y facilitar su llegada a México, además de que consideró que podría darse un intercambio de experiencias para que la parte china comparta las medidas que ha tomado para reactivar actividades.

México, que acumulaba más de 2,1 millones de casos confirmados y 192.000 muertes por la COVID-19, ha adquirido las vacunas para la campaña de vacunación por fases que inició en diciembre pasado, la cual actualmente se encuentra en la etapa de aplicar dosis a adultos mayores.

Embarques de la vacuna de Sinovac comenzaron a llegar a México a partir de febrero como parte de una cooperación bilateral con China, país que se ha comprometido a hacer de las vacunas bienes públicos globales y trabajar para que sean accesibles y asequibles para naciones en desarrollo.

"China y el señor embajador (de China en México, Zhu Qingqiao) cumplen su compromiso de apoyar a México en este mes de febrero", afirmó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, tras el arribo del lote de dosis que se aplicaban esta semana en diferentes estados del país.

Los dos países han logrado avances en la cooperación de vacunas desde que en noviembre pasado inició en México el ensayo clínico de la fase 3 de la vacuna de la biofarmacéutica china CanSino, que actualmente se envasa en México porque también se utilizará en la campaña de vacunación.

Para el concejal presidente de Acaxochitlán, Alejandro López, la aplicación de la vacuna de Sinovac representaba una "luz de esperanza" después de los estragos de salud y económicos que la COVID-19 ha dejado en la municipalidad de 45.000 habitantes.

La vacuna china despertaba confianza entre la población de la municipalidad, urgida de poder reactivar el comercio del que vive tras suspensiones temporales para evitar la propagación del virus, dijo.

"Agradecemos este apoyo que nos da el pueblo chino y reconocemos esa labor que hacen, reconocemos esa nobleza que tienen para la humanidad. Reconocemos que se han aplicado en este tema de preparar una vacuna y que además la comparten", abundó el concejal presidente a Xinhua.

En su hogar después de vacunarse, Leocadia comentó que esperaba que gradualmente la presa vuelva a lucir visitantes paseando en bote, bañándose en sus aguas o descansando en su ribera, como ocurría hasta hace un año.

Ella ahora se sentía más tranquila para atender comensales en su negocio, recibir la visita de parientes y saludar vecinos sin el temor que tuvo por meses de contraer el virus.

La pandemia dejó al poblado sin sus tradicionales festividades religiosas el año pasado y muchas parejas no pudieron casarse porque la iglesia cerró temporalmente, pero la vida en la localidad podrá recobrarse conforme avance la vacunación, confió.

"Ya no le voy a tener miedo a la enfermedad, hay que seguir adelante", expresó sonriente la mujer.

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