ESPECIAL: Recolectores urbanos de Argentina se adaptan a nueva normalidad por pandemia

Actualizado 2021-02-06 00:58:31 | Spanish. xinhuanet. com

Imagen del 4 de febrero de 2021 de trabajadores laborando en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

BUENOS AIRES, 5 feb (Xinhua) -- Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes del 2020.

Es el caso de la cooperativa "El Alamo", que nació al calor de la crisis económica que sufrió Argentina en 2001 con el propósito de organizar a comunidades en torno al trabajo de la recolección y recuperación de residuos urbanos.

Roberto Gómez, presidente de la entidad, recibió a Xinhua en la planta que la cooperativa posee en el barrio de Villa Urquiza, en la zona norte de Buenos Aires, capital del país, y dijo que "en plena cuarentena aprendimos a usar todos los elementos de protección".

"Le pedimos al gobierno que nos habilite a trabajar, porque era insostenible económicamente y había que dar un servicio. Así lo entendieron y nos habilitaron a volver a trabajar, con todo el protocolo que las cooperativas presentaron", señaló Gómez.

La tarea de la cooperativa incluye la clasificación y reciclaje de papel, cartón, plástico, vidrio y metales, con lo cual contribuye a la recuperación de los desechos en la ciudad de Buenos Aires.

El material reciclado sirve en la mayoría de los casos como materia prima en su retorno a la industria.

La cuarentena que Argentina inició el 20 de marzo pasado ante la pandemia afectó la labor de la cooperativa, que antes recuperaba unas 400 toneladas de residuos por mes sólo en los barrios de Villa Devoto, Parque Chas, Villa Pueyrredón, Agronomía y Villa del Parque, todos ubicados en el noroeste de la capital.

Durante la etapa más estricta del aislamiento los recuperadores se vieron impedidos de salir a la calle, y a ello se sumó que centros comerciales e industrias produjeron menos residuos, por estar cerrados, mientras que los residentes ajustaron sus pautas de consumo, con igual consecuencia.

"Fueron las cooperativas las que presentaron un protocolo (a las autoridades), de acuerdo con lo que veíamos internacionalmente y que aprendimos en cuarentena", destacó Gómez.

El representante de la cooperativa dijo que la tarea comenzó a desarrollarse "con todo el cuidado y los protocolos", pero advirtió la merma en el volumen de los materiales que se recuperan para reciclar.

"Bajó mucho el volumen y es como arrancar de nuevo. Al volver no fue lo mismo, aunque vamos recuperando de a poco, porque lo que se genera no es lo mismo, pero se está volviendo a la normalidad", señaló Gómez.

A modo de ejemplo, dijo que antes los recicladores dependían "de un shopping (centro comercial), de un comercio grande, de una industria, que tal vez generaban mucho, y también de lo domiciliario, que también se nota que hay una cierta restricción de consumo".

"Eso afecta a la vida de la cooperativa y a lo que acostumbrábamos a manejar. Eso nos perjudicó y ahora nos estamos recuperando", afirmó.

Sobre los protocolos dispuestos para la nueva normalidad en la tarea, Gómez indicó que "los trabajadores deben dejar su ropa, desinfectarse antes de ingresar y cubrirse con guantes desechables, máscaras y barbijos".

"Aprendimos a lavarnos las manos y a la higienización periódica con alcohol en gel", añadió.

Además, puntualizó que "los materiales que ingresan, por precaución, siempre quedan 48 horas acopiados en una zona" apartada, para recién después de ese lapso ser trabajados por los integrantes de la entidad.

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador barriendo frente a empaques de material para reciclado en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador seleccionando material en la banda transportadora en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes del 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador seleccionando material de bolsas contenedoras en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de trabajadores descargando material para reciclado desde un camión en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador laborando en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de trabajadores seleccionando material en la banda transportadora en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

 
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ESPECIAL: Recolectores urbanos de Argentina se adaptan a nueva normalidad por pandemia

Spanish.xinhuanet.com 2021-02-06 00:58:31

Imagen del 4 de febrero de 2021 de trabajadores laborando en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

BUENOS AIRES, 5 feb (Xinhua) -- Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes del 2020.

Es el caso de la cooperativa "El Alamo", que nació al calor de la crisis económica que sufrió Argentina en 2001 con el propósito de organizar a comunidades en torno al trabajo de la recolección y recuperación de residuos urbanos.

Roberto Gómez, presidente de la entidad, recibió a Xinhua en la planta que la cooperativa posee en el barrio de Villa Urquiza, en la zona norte de Buenos Aires, capital del país, y dijo que "en plena cuarentena aprendimos a usar todos los elementos de protección".

"Le pedimos al gobierno que nos habilite a trabajar, porque era insostenible económicamente y había que dar un servicio. Así lo entendieron y nos habilitaron a volver a trabajar, con todo el protocolo que las cooperativas presentaron", señaló Gómez.

La tarea de la cooperativa incluye la clasificación y reciclaje de papel, cartón, plástico, vidrio y metales, con lo cual contribuye a la recuperación de los desechos en la ciudad de Buenos Aires.

El material reciclado sirve en la mayoría de los casos como materia prima en su retorno a la industria.

La cuarentena que Argentina inició el 20 de marzo pasado ante la pandemia afectó la labor de la cooperativa, que antes recuperaba unas 400 toneladas de residuos por mes sólo en los barrios de Villa Devoto, Parque Chas, Villa Pueyrredón, Agronomía y Villa del Parque, todos ubicados en el noroeste de la capital.

Durante la etapa más estricta del aislamiento los recuperadores se vieron impedidos de salir a la calle, y a ello se sumó que centros comerciales e industrias produjeron menos residuos, por estar cerrados, mientras que los residentes ajustaron sus pautas de consumo, con igual consecuencia.

"Fueron las cooperativas las que presentaron un protocolo (a las autoridades), de acuerdo con lo que veíamos internacionalmente y que aprendimos en cuarentena", destacó Gómez.

El representante de la cooperativa dijo que la tarea comenzó a desarrollarse "con todo el cuidado y los protocolos", pero advirtió la merma en el volumen de los materiales que se recuperan para reciclar.

"Bajó mucho el volumen y es como arrancar de nuevo. Al volver no fue lo mismo, aunque vamos recuperando de a poco, porque lo que se genera no es lo mismo, pero se está volviendo a la normalidad", señaló Gómez.

A modo de ejemplo, dijo que antes los recicladores dependían "de un shopping (centro comercial), de un comercio grande, de una industria, que tal vez generaban mucho, y también de lo domiciliario, que también se nota que hay una cierta restricción de consumo".

"Eso afecta a la vida de la cooperativa y a lo que acostumbrábamos a manejar. Eso nos perjudicó y ahora nos estamos recuperando", afirmó.

Sobre los protocolos dispuestos para la nueva normalidad en la tarea, Gómez indicó que "los trabajadores deben dejar su ropa, desinfectarse antes de ingresar y cubrirse con guantes desechables, máscaras y barbijos".

"Aprendimos a lavarnos las manos y a la higienización periódica con alcohol en gel", añadió.

Además, puntualizó que "los materiales que ingresan, por precaución, siempre quedan 48 horas acopiados en una zona" apartada, para recién después de ese lapso ser trabajados por los integrantes de la entidad.

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador barriendo frente a empaques de material para reciclado en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador seleccionando material en la banda transportadora en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes del 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador seleccionando material de bolsas contenedoras en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de trabajadores descargando material para reciclado desde un camión en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de un trabajador laborando en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

Imagen del 4 de febrero de 2021 de trabajadores seleccionando material en la banda transportadora en las instalaciones de la cooperativa "El Alamo", en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Recolectores urbanos de Argentina se han adaptado a la nueva normalidad que impone la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), con mayores protocolos sanitarios a la hora de desarrollar su tarea y con el desafío de recuperar el volumen de material que reciclaban antes de 2020. (Xinhua/Martín Zabala)

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