Por Elena Chuquimarca
QUITO, 4 feb (Xinhua) -- El líder indígena y activista antiminero, Yaku Pérez, es una de las cabezas más visibles en la carrera presidencial en Ecuador, candidato posicionado entre los tres aspirantes con las preferencias electorales más altas en las encuestas de intensión del voto, de cara a los comicios generales del próximo domingo 7 en el país sudamericano.
Las últimas encuestas de intención del voto previas a las elecciones han ubicado a Pérez en el tercer sitio en la contienda, después del candidato Andrés Arauz, de la alianza Unión por la Esperanza (UNES), así como del ex banquero Guillermo Lasso, de entre otros 14 aspirantes.
"Somos la tercera vía, la vía de la honestidad, del respeto y de las libertades. Somos la esperanza de cambio. No queremos más el continuismo y por eso ganaremos", sostuvo Pérez en uno de sus recorridos de campaña, al confiar en un resultado favorable en las urnas y considerar que habrá una sorpresa electoral.
Pérez, de 51 años, es el candidato del Movimiento Pachakutik, brazo político de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), protagonista de revueltas y manifestaciones contra las políticas de varios gobiernos en la historia del país sudamericano.
Aficionado al fútbol y con una figura carismática, Pérez dice que es parte de una "izquierda ecológica", que a su juicio "respeta los derechos de la naturaleza" y que puede dialogar, además de buscar la reconciliación.
"No somos aquella izquierda autoritaria, ortodoxa, neumática, antihistórica, que prácticamente ya quedó en el pasado", ha señalado el candidato ante los medios.
El político propone un modelo económico circular, respetar la empresa y la propiedad privada, así como reducir el tamaño del Estado.
Propone también una auditoría a la deuda externa, bajar a la mitad el número de congresistas (actualmente hay 137) e impulsar la separación banca-Estado, para garantizar la reactivación productiva.
Plantea, asimismo, revisar las condiciones del acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como convocar a una consulta popular para declarar a Ecuador libre de explotaciones mineras extractivas y una educación pública gratuita, entre otras propuestas.
Durante su campaña ha recorrido en bicicleta barrios y comunidades para difundir sus planes de gobierno, en compañía de líderes indígenas.
Nacido en la sureña ciudad de Cuenca y originario del pueblo indígena Kichwa-Kañari, fue registrado con el nombre de Carlos Ranulfo, pero el 9 de agosto del 2017 cambió legalmente su nombre por Yaku Sacha, que en lengua quichua significa "agua del monte".
"Me identifiqué con lo que creo, con lo que soy, con lo que defiendo", ha argumentado el candidato presidencial.
El aspirante a la Presidencia de Ecuador ganó popularidad debido a su cruzada por la defensa del agua, que inició hace 20 años en la provincia de Azuay (sur), un territorio codiciado por las mineras y donde se ubica Cuenca.
Su mayor presencia mediática se dio durante el gobierno del ex presidente Rafael Correa (2007-2017), en el que participó activamente en protestas sociales contra proyectos mineros en zonas cercanas a fuentes hídricas, por lo que fue detenido al menos en cinco ocasiones.
Lideró esas manifestaciones como presidente de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa (Ecuarunari) de 2013 a 2019.
Pérez, quien siempre lleva en su cuello la chakana (cruz andina), se define como humanista, defensor de los derechos humanos y de la naturaleza.
Estudió en el colegio Benigno Malo de Cuenca, donde aprendió a tocar el saxofón, además de ser doctor en Jurisprudencia por la Universidad Católica de Cuenca, con especialización en justicia indígena, derecho ambiental, derecho penal y criminología, así como poseer un diplomado en gestión de Cuencas Hidrográficas y Población.
Dentro de la administración pública fue concejal de Cuenca de 1996 a 2000, mientras que en 2019 fue elegido prefecto de Azuay, cargo al que renunció en octubre de 2020 para postularse a la Presidencia del país.
El político volvió a cobrar fuerza al convertirse en uno de los líderes visibles de la protesta indígena de octubre de 2019 contra decisiones económicas del presidente Lenín Moreno.
"Yaku", como le dicen sus simpatizantes, enviudó tras la muerte de su esposa en 2012 por cáncer, quedándose a cargo de dos hijas, ahora adolescentes.
En 2013, "Yaku" se volvió a casar bajo un rito ancestral con la franco-brasileña Manuela Picq, profesora, periodista y activista política.