Por Raúl Menchaca
Imagen del 22 de enero de 2021 del estudiante de secundaria básica, Mauro Cirión (i), desinfectando las manos de su compañero René Vázquez (d), previo a tomar clases por televisión juntos en la casa de Mauro, en el municipio de Habana del Este, en La Habana, Cuba. El Gobierno de Cuba recurrió nuevamente a las clases por televisión para las enseñanzas primaria, secundaria y preuniversitaria, ante el rebrote de contagios de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) que obligó a detener el curso escolar y cerrar las escuelas en 34 municipios. (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 23 ene (Xinhua) -- El Gobierno de Cuba recurrió nuevamente a las clases por televisión para las enseñanzas primaria, secundaria y preuniversitaria, ante el rebrote de contagios de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) que obligó a detener el curso escolar y cerrar las escuelas en 34 municipios.
Las autoridades dispusieron la implementación de medidas más rigurosas para detener la propagación de la enfermedad y determinaron recesar las actividades en los centros docentes en 34 de los 168 municipios cubanos.
Como en el país hay poco acceso a internet desde los hogares, a partir del pasado miércoles, tres canales, dos nacionales y uno territorial, ofrecen una programación educativa especial en la mañana y la tarde, en turnos de 30 minutos por cada clase y asignatura.
De acuerdo a los distintos niveles de enseñanza se imparten clases televisivas de Matemáticas, Español, Historia, Biología, Química, Física y Geografía, materias que forman parte del currículo docente cubano.
Las clases televisivas, una experiencia empleada antes entre marzo y septiembre últimos, incluyen actividades demostrativas y orientadoras para los estudiantes y sus familias, de manera que se puedan cubrir los contenidos esenciales de cada asignatura y grado.
"Esas clases me ayudan bastante, porque le dan continuidad al contenido que no pudimos desarrollar de manera presencial", destacó a Xinhua el niño Mauro Cirión, alumno de octavo grado de una escuela secundaria en el municipio de Habana del Este, en La Habana.
Mauro, junto a su amigo y condiscípulo René Vázquez, se sienta cada día frente al televisor para seguir con atención las lecciones que imparten varios profesores de distintas asignaturas.
Las teleclases también se han convertido en un vehículo de promoción de salud, pues al término de cada clase se le insisten a los alumnos y a todos los televidentes sobre la necesidad de que permanezcan en casa y cumplan con responsabilidad las medidas dispuestas.
En coincidencia, Ilionis Pérez, madre de Mauro, destacó que aprecia altamente la oportunidad de que su hijo pueda continuar recibiendo los conocimientos a pesar de que se mantiene cerrada la cercana escuela.
"Esas clases tienen un valor incalculable, porque por la pandemia los niños tienen que permanecer en casa, sin poder ir a la escuela, pero han podido mantener una continuidad en los estudios", expresó.
Pero no sólo han sido las lecciones en televisión, sino que maestros y alumnos han recurrido a las redes sociales como vehículo de relación entre docentes y estudiantes para aclarar dudas y recibir orientaciones.
"Cuando nos comunicamos por estos medios trato de aclararles algunas dudas que ellos pueden tener en las teleclases", explicó a Xinhua Yolennys Romero, una joven profesora de Historia.
La educadora, de 34 años, aseguró que se mantiene en constante comunicación con sus educandos a través de las redes sociales, una variante que utilizó antes, cuando la COVID-19 apareció en la nación y obligó a una primera suspensión del curso escolar.
"Entonces comprobamos que esa es una manera factible de que los niños tuvieran comunicación con nosotros, los docentes, y no estuvieran aislados de las actividades escolares", ahondó.
Aunque en la década de los 80 del siglo pasado, la televisión cubana transmitió algunas clases, entre ellas de idioma ruso, es la primera vez que el sistema educacional, desde la primaria al preuniversitario, pone la carga docente sobre los televisores, decisión que en menos de un año dos veces ha evitado perder el curso escolar.