LA PAZ, 10 ene (Xinhua) -- La posibilidad de diferir de nuevo el pago a créditos bancarios en Bolivia, como lo exigen pequeños empresarios y choferes, pondría en riesgo la estabilidad del sistema financiero boliviano, advirtió hoy el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro.
"Si no se normaliza la cultura de pago, los bancos tienen dificultades para seguir prestando a otros (...) y el sistema financiero se puede ver en peligro", afirmó el ministro en entrevista para la radio boliviana.
Montenegro respondió de esta manera a la Confederación de Choferes de Bolivia, organización sindical dirigida por Ismael Fernández, cuyos miembros han anunciado un paro de actividades a nivel nacional para el próximo día 12, así como movilizaciones y bloqueos en demanda de mayor tiempo para el pago de sus créditos con los bancos.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas consideró que al inicio de la pandemia del nuevo coronavirus en el país sudamericano era razonable diferir los pagos, pero ahora resulta complicado porque se extendería por mucho tiempo el aplazamiento, lo que afectaría al sistema financiero, cuyo principal ingreso proviene precisamente del cobro a los usuarios.
Dijo que en cambio se han aprobado medidas legales para que los deudores negocien con los bancos la reprogramación y el refinanciamiento accesible de los créditos, pero no el congelamiento.
El pasado día 5 de este mes, el Gobierno boliviano anunció que las entidades financieras deben otorgar períodos de gracia de cuatro meses a los clientes que accedan al refinanciamiento o la reprogramación de los créditos debido a la pandemia.
A decir del ministro, la medida busca una solución a las necesidades de los deudores, al reajustar las deudas a la capacidad de pago, además de que puedan acceder a recursos para recobrar las actividades paralizadas por la pandemia del nuevo coronavirus.
El 2 de diciembre de 2020, el Gobierno boliviano emitió el decreto supremo 4409, el cual establece el reinicio del pago a créditos una vez finalizado el período de aplazamiento, es decir, a finales de ese mes, por lo que a partir de enero de este año se restablecen las obligaciones financieras de los deudores.
El aplazamiento de pagos a bancos aplicado el año pasado representó que la banca dejara de recibir al menos 4.000 millones de dólares en capital e intereses, según expresó a la prensa el viernes pasado, el secretario general de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), Nelson Villalobos.
