LA HABANA, 17 dic (Xinhua) -- El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, expresó ante la Asamblea Nacional que 2020 ha sido para la isla un año duro y desafiante como pocos a causa de la pandemia, "que cerró de golpe durante meses las puertas a la economía y la vida misma".
El impacto de la COVID-19 alcanzó momentos insoportables, junto al recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos (EE. UU.), dijo el gobernante, quien no obstante aseguró que fue un año de hazañas cotidianas de su pueblo y "de crecimiento y aprendizaje".
Sobre los logros en la lucha contra la enfermedad, dijo que Cuba acumula cerca de un millón 300 mil muestras de PCR realizadas, en tanto tiene una tasa de letalidad por COVID-19 de 1.4 por ciento, por debajo del índice del mundo y las Américas.
"Somos de los pocos países que no hemos registrado muertes en niños, embarazadas y personal sanitario", subyraó el mandatario cubano.
En la clausura del VI periodo de sesiones de la Asamblea Nacional, Díaz-Canel destacó igualmente la solidaridad de la ínsula ante ese mal mediante la labor de 3 000 profesionales de la salud en más de 50 brigadas de cooperantes internacionales.
"Hemos tenido menos comida, menos transporte, pero también menos contagios, enfermedad y fallecidos, lo cual se explica -puntualizó- porque hemos tenido más justicia social, más socialismo".
Recordó que las salas de terapia intensiva para COVID-19 no han colapsado, que más de una docena de fármacos cubanos se emplean para tratar la pandemia, se realizan más de 800 investigaciones sobre la enfermedad, al tiempo que se ensayan cuatro candidatos vacunales y se desarrollan tres prototipos de ventiladores pulmonares por la industria nacional.
Señaló que este año fue enfrentado con condiciones excepcionales en la economía, en cuyo plan se había previsto, aun en medio de fuertes restricciones, alcanzar un crecimiento aproximado del 1 por ciento, lo cual no pudo lograrse por las afectaciones de la pandemia y del recrudecido bloqueo de Estados Unidos.
Díaz-Canel señaló que a pesar de la incertidumbre que enfrentan la isla y el mundo, para 2021 se espera en la nación caribeña un proceso gradual de recuperación de entre 6 y 7 por ciento.
Se estima que el PIB de Cuba decrezca en un 11 por ciento, dijo el gobernante, quien anunció, no obstante que a pesar del difícil escenario se han hecho importantes inversiones en sectores como la vivienda, el turismo y la producción de alimentos, y se puso en marcha la primera bioeléctrica del país.
Anunció asimismo que el país antillano aprobó cinco nuevas inversiones en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), que ya acumula 55 negocios desde su puesta en marcha en 2013
El plan de inversiones se incrementa en 22 por ciento e incluye entre las prioridades el impulso a las inversiones en la ZEDM, el incremento de las ventas de las empresas nacionales a esa área estratégica, y la participación de la industria nacional como proveedor de las tiendas que comercializan productos en divisas (MLC).
Como prioridades para el ordenamiento económico, el mandatario cubano mencionó el desarrollo territorial, la creación de parques tecnológicos, el vínculo universidad-empresa, el impulso a la producción nacional y el programa para el avance de la mujer.
Pese al enorme desafío que han significado la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo, era imprescindible cumplir la tarea del ordenamiento monetario y el cronograma legislativo, puntualizó.
En otro orden de ideas anunció la designación del Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo como miembro del Consejo de Estado.
Díaz-Canel refirió también que a pesar de los obstáculos, en el año que concluye la isla antillana siguió desarrollando sus relaciones internacionales, luchando siempre por la paz, la protección del medioambiente, la unidad y la integración de América Latina.
Con respecto a la política de Estados Unidos contra Cuba, denunció la aplicación del título III de la Ley Helms-Burton para intensificar el bloqueo, el ataque a remesas, la persecución a las transacciones financieras de la isla, las presiones a terceros países para que rechacen la cooperación con Cuba y los intentos de EE. UU. de "fracturar" la cultura nacional.