BANGKOK, 22 oct (Xinhua) -- Tailandia reabrirá gradualmente sus fronteras a los turistas extranjeros después de la llegada del primer grupo de turistas chinos al país este martes.
Los primeros grupos serán pequeños, pero su llegada demostrará la disposición del sistema de salud pública de Tailandia, dijo el miércoles Yuthasak Supasorn, gobernador de la Autoridad de Turismo de Tailandia (TAT, siglas en inglés).
En la primera fase de reapertura, la cifra mensual de turistas será limitada a 1.200 personas, dijo el funcionario, número sumamente inferior al promedio mensual de 3 millones de turistas que acudían al país asiático antes del brote de COVID-19.
Mientras tanto, el plan para impulsar el turismo nacional continuará desarrollándose, dijo Yuthasak.
"Ya tenemos 1,6 millones de reservas a hoteles hechas bajo la campaña nacional 'Viajamos juntos'", dijo, agregando que dichas contrataciones generaron ingresos por 4.700 millones de bahts (150,7 millones de dólares) a 4.367 hoteles involucrados hasta el 15 de octubre.
El gobernador dijo que la TAT tratará de proporcionar un método más fácil de atraer turistas para que reserven otros 3,4 millones de habitaciones que se encuentran disponibles antes del 31 de enero de 2021.
Admitió que imponer una cuarentena de 14 días a los viajeros internacionales sólo desviará el turismo entrante.
"El Ministerio de Salud Pública está trabajando actualmente para imponer sólo 10 días de cuarentena si la llegada de turistas extranjeros no conduce a una segunda ola de infecciones en Tailandia", dijo Yuthasak.
El primer grupo de visitantes a los que se les concedió permiso para aterrizar en Tailandia desde la pandemia de COVID-19 estuvo conformado por 41 turistas chinos procedentes de Shanghai que viajaron bajo la Visa Especial de Turismo (STV).
El segundo grupo, de 100 personas procedentes de Guangzhou, sur de China, volará el 26 de octubre y otro grupo llegará desde Shanghai el 28 de octubre.
La STV permite una estancia de 90 días en Tailandia que se puede renovar dos veces hasta llegar a los nueve meses.
El plan había sido aprobado anteriormente por el Gabinete tailandés en un intento de salvar la actividad turística del país, agonizante por la pandemia de COVID-19.
