COMENTARIO: Cooperación pragmática entre China y Brasil no será perturbada por factores externos

Actualizado 2020-10-22 13:27:24 | Spanish. xinhuanet. com

Por Chen Weihua y Zhao Yan

RÍO DE JANEIRO, 21 oct (Xinhua) -- Últimamente, algunos políticos estadounidenses, patrocinadores de la mentalidad de la Guerra Fría y de un juego de suma cero, han inventado falacias contra China, propagando la idea de una supuesta "amenaza china" en pos de presionar a Brasil a que reduzca su volumen comercial con el país asiático.

Por el contrario, la cooperación pragmática entre China y Brasil es absolutamente de beneficio mutuo y conlleva una gran potencialidad, además de que concuerda con el interés de ambos pueblos a largo plazo, y por lo tanto, no será perturbada por factores externos ni acusaciones irrelevantes.

Durante las últimas semanas, altos funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado Mike Pompeo y el asesor de seguridad nacional Robert O'Brien, aprovecharon su visita a Brasil para divulgar malintencionadas falsedades políticas contra China.

Lo que está detrás de sus incesantes calumnias, como la teoría de la "amenaza china" y el ataque contra la tecnología china de 5G, es el intento de sumar puntos a nivel político ellos mismos ensuciando a China e impidiendo la cooperación sino-brasileña. No obstante, tales acciones sólo encontrarán el rotundo rechazo de parte de ambos pueblos.

China y Brasil son socios estratégicos integrales, miembros del G20 y del grupo BRICS, y tienen amplios intereses comunes en cuestiones internacionales y regionales claves.

Por su parte, China ha sido el mayor socio comercial de Brasil en el mundo durante once años consecutivos, es la mayor fuente de superávit comercial de Brasil y también uno de los países con más inversiones en el país sudamericano.

Durante los primeros nueve meses del corriente año, el comercio bilateral sino-brasileño alcanzó los 86.500 millones de dólares, un aumento de 4 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado. El superávit brasileño hacia China llegó a 28.800 millones de dólares, representando el 70 por ciento del superávit total del país sudamericano.

Según un estudio publicado recientemente por la Fundación Getulio Vargas de Brasil, se registró un aumento notable de las exportaciones de productos agrícolas brasileños como soja, carne, pescado, lácteos y frutas en sus diversas variables, hacia China, especialmente durante el periodo de la pandemia de la COVID-19.

Los hechos indican que la cooperación sino-brasileña se complementa y beneficia a ambas partes. El proteger y desarrollar la sana relación bilateral redunda en el interés de largo plazo de ambos pueblos.

En la escena internacional, China aboga por construir una nueva relación internacional caracterizada por la cooperación y el beneficio mutuo de los países. Por eso, en vez de interferir en políticas internas y diplomáticas de otra nación, China coopera con todos los países, incluido Brasil, sobre la base del respecto mutuo, la igualdad, la apertura y la transparencia, con el objetivo de promover un desarrollo común, sin perjudicar ni rechazar a una tercera parte.

Desde el brote de la pandemia, China viene cooperando activamente con la parte brasileña, suministrando asistencia de materiales, compartiendo experiencias médicas y desarrollando conjuntamente vacunas contra el coronavirus, en aras de ayudar a Brasil a superar la situación lo más rápido posible.

Sin embargo, la parte estadounidense despreció repetidamente el espíritu humanitario e inclusive llegó a confiscar materiales médicos de urgencia, como respiradores, enviados desde el país asiático hacia Brasil, saboteando la regular cooperación sino-brasileña.

Asimismo, algunos políticos estadounidenses utilizaron el concepto de seguridad nacional para reprimir a empresas chinas de alta tecnología. Esta actitud revela un mero acto de hegemonía y de doble moral, disfrazado bajo la retórica de "salvaguardar la igualdad y libertad", lo cual contradice los principios de economía de mercado y las reglas de apertura, transparencia y no discriminación de la Organización Mundial de Comercio.

La comunidad internacional debe estar alerta frente a la malicia de Estados Unidos, que busca priorizar su interés sacrificando lo que pertenece a otros, contener el desarrollo de los países emergentes y sembrar discordia entre China y los países que mantienen relaciones armoniosas con el país asiático.

Ante la presión de EE. UU., el pueblo brasileño se sintió contrariado y ofendido. El profesor de Facultad de Filosofía y Ciencia de la Universidad de Sao Paulo, Luis Antonio Paulino, constató en un artículo que Estados Unidos instigó al gobierno brasileño a prohibir la participación de la compañía china Huawei en la subasta de 5G con el pretexto de que podría vulnerar la seguridad de Internet.

Sin embargo, en el año 2013, fue exactamente EE.UU. quien vulneró dicha seguridad al monitorear las conversaciones telefónicas de la entonces presidenta brasileña, Dilma Rousseff, lo cual derivó en la cancelación de una visita que planeaba la ex mandataria a Estados Unidos en ese momento.

Por muchos años China y Brasil han mantenido un intercambio amistoso, cuya cooperación es poseedora de una sólida base y una firme tenacidad que ha ganado el amplio apoyo de los diversos sectores involucrados.

Las relaciones sino-brasileñas no se verán desviadas del camino del desarrollo sano y estable debido a la interferencia externa. La profundización de las cooperaciones bilaterales tradicionales y recientes beneficiará, indudablemente, a ambos pueblos.

 
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Spanish.xinhuanet.com 2020-10-22 13:27:24

Por Chen Weihua y Zhao Yan

RÍO DE JANEIRO, 21 oct (Xinhua) -- Últimamente, algunos políticos estadounidenses, patrocinadores de la mentalidad de la Guerra Fría y de un juego de suma cero, han inventado falacias contra China, propagando la idea de una supuesta "amenaza china" en pos de presionar a Brasil a que reduzca su volumen comercial con el país asiático.

Por el contrario, la cooperación pragmática entre China y Brasil es absolutamente de beneficio mutuo y conlleva una gran potencialidad, además de que concuerda con el interés de ambos pueblos a largo plazo, y por lo tanto, no será perturbada por factores externos ni acusaciones irrelevantes.

Durante las últimas semanas, altos funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado Mike Pompeo y el asesor de seguridad nacional Robert O'Brien, aprovecharon su visita a Brasil para divulgar malintencionadas falsedades políticas contra China.

Lo que está detrás de sus incesantes calumnias, como la teoría de la "amenaza china" y el ataque contra la tecnología china de 5G, es el intento de sumar puntos a nivel político ellos mismos ensuciando a China e impidiendo la cooperación sino-brasileña. No obstante, tales acciones sólo encontrarán el rotundo rechazo de parte de ambos pueblos.

China y Brasil son socios estratégicos integrales, miembros del G20 y del grupo BRICS, y tienen amplios intereses comunes en cuestiones internacionales y regionales claves.

Por su parte, China ha sido el mayor socio comercial de Brasil en el mundo durante once años consecutivos, es la mayor fuente de superávit comercial de Brasil y también uno de los países con más inversiones en el país sudamericano.

Durante los primeros nueve meses del corriente año, el comercio bilateral sino-brasileño alcanzó los 86.500 millones de dólares, un aumento de 4 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado. El superávit brasileño hacia China llegó a 28.800 millones de dólares, representando el 70 por ciento del superávit total del país sudamericano.

Según un estudio publicado recientemente por la Fundación Getulio Vargas de Brasil, se registró un aumento notable de las exportaciones de productos agrícolas brasileños como soja, carne, pescado, lácteos y frutas en sus diversas variables, hacia China, especialmente durante el periodo de la pandemia de la COVID-19.

Los hechos indican que la cooperación sino-brasileña se complementa y beneficia a ambas partes. El proteger y desarrollar la sana relación bilateral redunda en el interés de largo plazo de ambos pueblos.

En la escena internacional, China aboga por construir una nueva relación internacional caracterizada por la cooperación y el beneficio mutuo de los países. Por eso, en vez de interferir en políticas internas y diplomáticas de otra nación, China coopera con todos los países, incluido Brasil, sobre la base del respecto mutuo, la igualdad, la apertura y la transparencia, con el objetivo de promover un desarrollo común, sin perjudicar ni rechazar a una tercera parte.

Desde el brote de la pandemia, China viene cooperando activamente con la parte brasileña, suministrando asistencia de materiales, compartiendo experiencias médicas y desarrollando conjuntamente vacunas contra el coronavirus, en aras de ayudar a Brasil a superar la situación lo más rápido posible.

Sin embargo, la parte estadounidense despreció repetidamente el espíritu humanitario e inclusive llegó a confiscar materiales médicos de urgencia, como respiradores, enviados desde el país asiático hacia Brasil, saboteando la regular cooperación sino-brasileña.

Asimismo, algunos políticos estadounidenses utilizaron el concepto de seguridad nacional para reprimir a empresas chinas de alta tecnología. Esta actitud revela un mero acto de hegemonía y de doble moral, disfrazado bajo la retórica de "salvaguardar la igualdad y libertad", lo cual contradice los principios de economía de mercado y las reglas de apertura, transparencia y no discriminación de la Organización Mundial de Comercio.

La comunidad internacional debe estar alerta frente a la malicia de Estados Unidos, que busca priorizar su interés sacrificando lo que pertenece a otros, contener el desarrollo de los países emergentes y sembrar discordia entre China y los países que mantienen relaciones armoniosas con el país asiático.

Ante la presión de EE. UU., el pueblo brasileño se sintió contrariado y ofendido. El profesor de Facultad de Filosofía y Ciencia de la Universidad de Sao Paulo, Luis Antonio Paulino, constató en un artículo que Estados Unidos instigó al gobierno brasileño a prohibir la participación de la compañía china Huawei en la subasta de 5G con el pretexto de que podría vulnerar la seguridad de Internet.

Sin embargo, en el año 2013, fue exactamente EE.UU. quien vulneró dicha seguridad al monitorear las conversaciones telefónicas de la entonces presidenta brasileña, Dilma Rousseff, lo cual derivó en la cancelación de una visita que planeaba la ex mandataria a Estados Unidos en ese momento.

Por muchos años China y Brasil han mantenido un intercambio amistoso, cuya cooperación es poseedora de una sólida base y una firme tenacidad que ha ganado el amplio apoyo de los diversos sectores involucrados.

Las relaciones sino-brasileñas no se verán desviadas del camino del desarrollo sano y estable debido a la interferencia externa. La profundización de las cooperaciones bilaterales tradicionales y recientes beneficiará, indudablemente, a ambos pueblos.

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