ESPECIAL: Servicio de mensajería crece en Cuba a pesar de pandemia de COVID-19

Actualizado 2020-10-01 23:23:57 | Spanish. xinhuanet. com

Por Raúl Menchaca

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López, un repartidor de la empresa de mensajería Madao, trasladando en motocicleta pedidos de comida, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 1 oct (Xinhua) -- La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad hace seis meses y medio.

La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales.

En los últimos meses, la demanda ha crecido de manera exponencial por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa debido a la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).

"Realmente la COVID-19 ha sido una situación que nos ha permitido a nosotros darnos a conocer en el mercado de La Habana", explicó a Xinhua la joven Marta Deus, fundadora y dueña de la pequeña empresa que diariamente atiende un centenar de pedidos.

Deus, de 25 años, regresó a la isla caribeña después de vivir varios años en España, donde sus padres la llevaron de niña y donde estudió administración de empresas en una universidad privada asociada a la Complutense de Madrid.

"Yo no me fui de Cuba, a mí me llevaron", dijo la jóven entre risas, al explicar las razones por las que años después regresó a La Habana para cumplir su sueño de montar un negocio privado y exitoso.

Contó que después de cumplir con todos los trámites legales exigidos, en un inicio abrió la mensajería con la intención de ofrecer el servicio de transportación de todo tipo de productos a empresas estatales y privadas.

La llegada del nuevo coronavirus a Cuba originó, sin embargo, la aplicación de estrictas medidas de aislamiento social, lo que abrió una inesperada oportunidad a Mandao, que poco a poco ganó espacio en el mercado habanero.

"El hecho de que las personas no puedan salir de las casas, obligó a buscar opciones para obtener alimentos, sobre todo, que es lo que nosotros más trasegamos", comentó Deus, quien además trabaja como tenedora de libros para otras empresas.

En la actualidad, 20 personas conforman el equipo de Mandao, además de 20 repartidores que trabajan ahí, la mayoría con motocicletas eléctricas.

Las normas sanitarias funcionan también para los empleados de la empresa, que en su mayoría laboran ahora desde sus casas, mientras que los repartidores están obligados a usar nasobucos, como llaman en la isla a las mascarillas, además de emplear gel para la limpieza constante de las manos y desinfectar las mochilas de carga.

"Tenemos que cumplir todas las medidas sanitarias para protegernos y proteger a los demás", mencionó Orlando López, un repartidor de 25 años que cada día recorre unos 160 kilómetros por las calles habaneras.

López, quien desde hace dos meses trabaja para Mandao, afirmó que desde entonces su vida "ha cambiado mucho, tanto en el plano personal como profesional".

"Hay mayor demanda debido al tema de la COVID-19 y de esa forma ayudamos un poco a las personas para que no salgan de casa", señaló.

Con esa opinión coincidió Kyara García, una muchacha de 22 años, quien trabaja también como repartidora, después de que hace dos meses cerrara el restaurante privado La Campana, donde laboraba como mesera.

Los repartidores, que en la isla llaman también mandaderos, de ahí el nombre de la empresa, deben ser mayores de 18 años, poseer licencia de conducción y permiso legal para laborar como trabajador privado, además de que se les exige ser respetuosos, puntuales y responsables.

Esa responsabilidad la destacó Paula Canal, clienta habitual de Mandao, cuyo servicio agradeció "porque me evita salir de casa en estos tiempos de pandemia".

Deus confió en que cuando en Cuba todo vuelva a la normalidad, Mandao quede como un nuevo canal de relación entre restaurantes y clientes, y pueda ampliar su negocio hacia afuera de La Habana.

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López (d), un repartidor de la empresa de mensajería Madao, entregando pedidos de comida a una clienta, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López, un repartidor de la empresa de mensajería Madao, llegando a una vivienda para entregar pedidos de comida, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López, un repartidor de la empresa de mensajería Madao, acomodando pedidos de comida, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de empleadas trabajando en la oficina de servicio de mensajería Mandao en el municipio de Playa, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

 
Para cualquier sugerencia o consulta puede ponerse en contacto con nosotros a través del siguiente correo
electrónico:spanish@xinhuanet.com
分享
Xinhuanet

ESPECIAL: Servicio de mensajería crece en Cuba a pesar de pandemia de COVID-19

Spanish.xinhuanet.com 2020-10-01 23:23:57

Por Raúl Menchaca

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López, un repartidor de la empresa de mensajería Madao, trasladando en motocicleta pedidos de comida, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

LA HABANA, 1 oct (Xinhua) -- La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad hace seis meses y medio.

La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales.

En los últimos meses, la demanda ha crecido de manera exponencial por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa debido a la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).

"Realmente la COVID-19 ha sido una situación que nos ha permitido a nosotros darnos a conocer en el mercado de La Habana", explicó a Xinhua la joven Marta Deus, fundadora y dueña de la pequeña empresa que diariamente atiende un centenar de pedidos.

Deus, de 25 años, regresó a la isla caribeña después de vivir varios años en España, donde sus padres la llevaron de niña y donde estudió administración de empresas en una universidad privada asociada a la Complutense de Madrid.

"Yo no me fui de Cuba, a mí me llevaron", dijo la jóven entre risas, al explicar las razones por las que años después regresó a La Habana para cumplir su sueño de montar un negocio privado y exitoso.

Contó que después de cumplir con todos los trámites legales exigidos, en un inicio abrió la mensajería con la intención de ofrecer el servicio de transportación de todo tipo de productos a empresas estatales y privadas.

La llegada del nuevo coronavirus a Cuba originó, sin embargo, la aplicación de estrictas medidas de aislamiento social, lo que abrió una inesperada oportunidad a Mandao, que poco a poco ganó espacio en el mercado habanero.

"El hecho de que las personas no puedan salir de las casas, obligó a buscar opciones para obtener alimentos, sobre todo, que es lo que nosotros más trasegamos", comentó Deus, quien además trabaja como tenedora de libros para otras empresas.

En la actualidad, 20 personas conforman el equipo de Mandao, además de 20 repartidores que trabajan ahí, la mayoría con motocicletas eléctricas.

Las normas sanitarias funcionan también para los empleados de la empresa, que en su mayoría laboran ahora desde sus casas, mientras que los repartidores están obligados a usar nasobucos, como llaman en la isla a las mascarillas, además de emplear gel para la limpieza constante de las manos y desinfectar las mochilas de carga.

"Tenemos que cumplir todas las medidas sanitarias para protegernos y proteger a los demás", mencionó Orlando López, un repartidor de 25 años que cada día recorre unos 160 kilómetros por las calles habaneras.

López, quien desde hace dos meses trabaja para Mandao, afirmó que desde entonces su vida "ha cambiado mucho, tanto en el plano personal como profesional".

"Hay mayor demanda debido al tema de la COVID-19 y de esa forma ayudamos un poco a las personas para que no salgan de casa", señaló.

Con esa opinión coincidió Kyara García, una muchacha de 22 años, quien trabaja también como repartidora, después de que hace dos meses cerrara el restaurante privado La Campana, donde laboraba como mesera.

Los repartidores, que en la isla llaman también mandaderos, de ahí el nombre de la empresa, deben ser mayores de 18 años, poseer licencia de conducción y permiso legal para laborar como trabajador privado, además de que se les exige ser respetuosos, puntuales y responsables.

Esa responsabilidad la destacó Paula Canal, clienta habitual de Mandao, cuyo servicio agradeció "porque me evita salir de casa en estos tiempos de pandemia".

Deus confió en que cuando en Cuba todo vuelva a la normalidad, Mandao quede como un nuevo canal de relación entre restaurantes y clientes, y pueda ampliar su negocio hacia afuera de La Habana.

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López (d), un repartidor de la empresa de mensajería Madao, entregando pedidos de comida a una clienta, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López, un repartidor de la empresa de mensajería Madao, llegando a una vivienda para entregar pedidos de comida, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de Orlando López, un repartidor de la empresa de mensajería Madao, acomodando pedidos de comida, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

CUBA-HABANA-MENSAJERIA

Imagen del 30 de septiembre de 2020 de empleadas trabajando en la oficina de servicio de mensajería Mandao en el municipio de Playa, en La Habana, Cuba. La pandemia del nuevo coronavirus en Cuba, que ha obligado al aislamiento social, ha significado también un impulso al servicio de mensajería, uno de los pocos emprendimientos privados que se han beneficiado en la isla con la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) por la necesidad de las personas de comprar alimentos sin tener que salir de casa. La mensajería Mandao, que inició operaciones en 2015, en un inicio estuvo dedicada al envío de documentos entre empresas, pero en septiembre del año pasado redirigió sus actividades hacia la entrega a domicilio de comida elaborada por cafeterías y restaurantes, tanto privados como estatales. (Xinhua/Joaquín Hernández)

010020070760000000000000011100001394130241