Por Alien Fernández
Imagen del 10 de septiembre de 2020 de Rodrigo Curbelo (2-d), jugando con su hermano y sus padres en su vivienda, en el municipio de Playa, en La Habana, capital de Cuba. Rodrigo Curbelo, un típico adolescente cubano, comienza su día cada mañana preparándose para la ronda final del "Puente Chino", una competencia anual de dominio del idioma chino que involucra a estudiantes, profesores y familiares de los participantes. El estudiante de lengua china de 18 años, aprendió chino en Beijing, donde permaneció cuatro años con su familia, y ahora continúa perfeccionando sus habilidades en el Instituto Confucio de La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 29 sep (Xinhua) -- Rodrigo Curbelo, un típico adolescente cubano, comienza su día cada mañana preparándose para la ronda final del "Puente Chino", una competencia anual de dominio del idioma chino que involucra a estudiantes, profesores y familiares de los participantes.
El idioma y la cultura china continúan extendiéndose en toda la isla caribeña a través de miles de personas a las que visitar o vivir en el país asiático les cambió la vida para siempre.
El estudiante de lengua china de 18 años, quien vive en el quinto piso de un edificio en el municipio de Playa en La Habana, ha encontrado en la lengua y la cultura chinas una de sus principales pasiones.
Aprendió chino en Beijing, donde permaneció cuatro años con su familia, y ahora continúa perfeccionando sus habilidades en el Instituto Confucio de La Habana.
"Al principio, aprender chino fue muy difícil. No tenía nada que ver con el español. Sin embargo, ahora está en el centro de mi vida", confesó a Xinhua el joven cubano, quien además consideró que "el chino será el idioma de los negocios en el futuro".
Curbelo, quien regresó de Beijing en julio de 2019, trajo consigo algunos diccionarios, música, libros y revistas para mantenerse en contacto con la cultura china, una vez que se reintegró en el ambiente de habla hispana.
En la casa de Rodrigo, todas las habitaciones están decoradas con símbolos chinos, que van desde pinturas en las paredes de la sala y cojines, hasta figuras de porcelana.
El hermano de Rodrigo, Marcel Curbelo, de 13 años, quien también aprendió chino en Beijing, ahora estudia en el Instituto Confucio de La Habana y sueña con volver a encontrarse con los muchos amigos que hizo en China.
"El idioma chino es más que palabras y signos, es como un mundo lleno de atractivos y sabiduría", dijo el adolescente.
Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y China hace 60 años, miles de cubanos han viajado a China para realizar cursos de formación o trabajar.
Entre ellos se encuentra el padre de Rodrigo, David Curbelo, investigador del Centro de Inmunología Molecular de La Habana, quien llevó a su familia a China, donde comenzó una de las experiencias más enriquecedoras de su vida.
Conocer solo algunas frases comunicativas en chino no fue un obstáculo para que el especialista de 52 años adquiriera experiencia y conocimientos al trabajar con profesionales chinos.
"Los gobiernos de China y Cuba tienen una sólida colaboración en el campo científico y estamos aprendiendo unos de otros", dijo a Xinhua.
El científico, quien se desempeñó como vicepresidente de la empresa mixta chino-cubana Biotech Pharmaceutical Limited Company, aseguró que "China llegó a la familia para quedarse".
Una de las cosas que más le gusta a esta familia cubana es compartir buenos recuerdos del tiempo que estuvieron en China, mientras la madre de Rodrigo, una profesora de música cubana de unos 40 años, toca un viejo piano en el comedor.
"Yo tampoco hablo demasiado chino, pero aún estamos a tiempo de aprender con nuestros hijos", dijo la mujer con una sonrisa.
En los últimos años, el conocimiento sobre la lengua y la cultura china ha cobrado impulso en Cuba como resultado del trabajo realizado por organizaciones e instituciones sociales como el Instituto Confucio de La Habana, donde se han graduado más de 4.000 estudiantes desde su fundación en 2009.
"Aprender el idioma chino no es una tarea fácil, pero los cubanos lo están aprendiendo muy rápido", aseguró a Xinhua el profesor de este idioma, Zheng Wenjie.
A medida que se acerca la próxima ronda de la competencia "Puente Chino", el adolescente cubano Rodrigo Curbelo y su familia sienten que ya son ganadores sin importar los resultados finales del concurso.
"Amamos a China. Somos embajadores de la cultura china", agregó con determinación el joven concursante.