ESPECIAL: Expertos buscan soluciones a desafíos educativos provocados por pandemia de COVID-19 en América Latina

Actualizado 2020-09-16 22:31:17 | Spanish. xinhuanet. com

Por Tian Rui y Chen Yao

BEIJING, 16 sep (Xinhua) -- Las clases presenciales, canceladas desde el inicio de la pandemia de COVID-19, se han reanudado esta semana en la provincia argentina de La Pampa y con anterioridad en Uruguay, y otras ciudades de Argentina y Brasil, entre otros países latinoamericanos, saliendo paulatinamente de las actividades docentes virtuales y volviendo a las aulas.

Expertos y organizaciones internacionales han alertado de posibles problemas suscitados por la educación a distancia durante la pandemia y han ofrecido sugerencias para ayudar a la región a hacer frente a los desafíos.

SITUACIÓN COMPLICADA

A finales de febrero, con la enfermedad del nuevo coronavirus extendiéndose por América Latina y el Caribe, la mayoría de las escuelas cerraron sus puertas y empezaron las clases en línea.

Según los datos publicados por fuentes sanitarias oficiales, el número de casos acumulados de COVID-19 en la región superó el pasado jueves los ocho millones.

Aunque los números de casos activos siguen siendo altos, en algunos países se ha llevado a cabo la reanudación completa o parcial de las clases presenciales.

Uruguay, que logró controlar el brote temprano, ha sido el primero en dar un paso hacia la vuelta a las aulas y actualmente ha retomado la enseñanza presencial en los centros públicos y privados de educación primaria, secundaria y técnica de todo el país.

La reanudación gradual en Brasil de las clases presenciales comenzó a principios de julio. En estos momentos, siete estados, entre ellos el más afectado por el brote, Sao Paulo, han reanudado parcialmente las clases en las aulas, mientras que más de diez estados aún no han fijado una fecha para hacerlo.

De acuerdo con el cronograma preliminar para la reapertura de instituciones emitido por la Secretaría de Educación de Bogotá, capital de Colombia, la reapertura "gradual, progresiva y segura" en jardines infantiles, colegios privados y universidades comenzará a finales de septiembre de manera voluntaria y concertada.

Sin embargo, algunos centros escolares de la región han manifestado su intención de no regresar a las clases presenciales, teniendo en cuenta la falta de garantías para contener el virus entre los menores de edad que no alcanzan a comprender el riesgo del contacto físico o de quitarse la mascarilla.

Algunos países como México y Chile han adoptado estrategias conservadoras.

El titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma, anunció a finales de agosto que en México las clases presenciales se retomarán en cada entidad cuando el semáforo epidemiológico se encuentre en verde. Hasta el martes 15 de septiembre, el país no había comenzado la enseñanza presencial porque no se cumplían los criterios mencionados.

Por su parte, varias comunas chilenas, incluido Santiago Centro, anunciaron que no volverán a clases presenciales en 2020.

EMERGEN LOS DESAFÍOS

De acuerdo con un informe recién publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), más de 160 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe tuvieron que dejar las aulas debido a los cierres para evitar la propagación de la COVID-19.

Los profesionales pedagógicos y expertos de la región creen que el brote plantea nuevos desafíos para la educación, tales como la falta de garantías de la calidad de la enseñanza a distancia, la salud mental de alumnos durante la pandemia y la deserción escolar de los estudiantes con menos medios.

Catarina de Almeida Santos, especialista en Política Educacional de la Universidad de Brasilia, indicó que los estudiantes de regiones vulnerables no tienen acceso a los equipos necesarios para la educación a distancia debido a la limitada infraestructura disponible.

Este problema también ha afectado a Bolivia, cuyo Gobierno interino comunicó "la clausura de la gestión educativa 2020 para el subsistema de educación regular de los niveles inicial, primario y secundario", en parte debido a la escasa cobertura de internet en la mayoría de la zona rural del país, que no cumple con las condiciones para la enseñanza a distancia.

Además de la falta de infraestructura, muchos expertos comparten la idea de que con la escasez de interacción con los profesores y los compañeros, la calidad de la enseñanza es difícil de garantizar y posiblemente pueden producirse problemas psicológicos.

En una encuesta realizada por el Instituto Colombiano de Neurociencias a 1.044 menores de edad en el país, un 88 por ciento mostraron cambios de comportamiento y en su salud mental.

Carmen Imitola, experta colombiana en educación, analizó que aprender en casa por largo tiempo mediante la educación a distancia sin contacto con compañeros puede conllevar problemas emocionales para los niños.

"Para ayudarlos a superar mucho de ese aislamiento que tuvieron se debería dar una formación en las emociones", aconsejó.

Mientras la enseñanza a distancia propone nuevas tareas para los docentes, el impacto negativo de la pandemia en la economía de América Latina y el Caribe también ha dejado a los expertos con otra gran preocupación: la deserción escolar.

Con el aumento del desempleo y la disminución de los ingresos familiares, algunos estudiantes están abandonando sus planes de regresar a las aulas.

Para Marcus Barao, vicepresidente del Consejo Nacional de la Juventud, un órgano brasileño que reúne a representantes gubernamentales y de la sociedad civil, es prioritario atender el alto nivel de deserción escolar.

"Cerca del 30 por ciento de los jóvenes ya pensaron en no retomar los estudios en el período pospandemia", explicó Barao, quien coordinó una encuesta con más de 33.000 participantes de entre 15 y 29 años en Brasil.

BUSCANDO SOLUCIONES

Estas cuestiones han llamado la atención de las organizaciones internacionales y de los expertos latinoamericanos, quienes se esfuerzan por proponer soluciones.

Con respecto a la falta de conexión a internet para las clases virtuales, la Unesco recomienda que los países examinen la disponibilidad de conexión y de energía eléctrica, y que escojan los instrumentos más adecuados.

Algunos países latinoamericanos ya han tomado acciones al respecto. El Gobierno de Guatemala ha producido programas didácticos para todas las edades que se transmiten a través de la televisión y la radio para los niños de las zonas sin acceso a internet.

El Ministerio de Educación de Argentina ha distribuido 36 millones de cuadernos para estudiantes que no pueden seguir las clases en línea, y el Gobierno de la provincia argentina de Córdoba ha comprado 20.000 computadoras portátiles para estudiantes en zonas vulnerables.

En cuanto a garantizar la salud mental de los niños durante la pandemia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda que sus tutores ayuden a encontrar maneras positivas de expresar sus sentimientos a través de actividades creativas y, de ser posible, alienten a los niños a que sigan socializándose con otros.

La maestra colombiana Andrea Silva cree que es poco probable que se reanuden totalmente las clases presenciales en un corto período de tiempo, por lo que los docentes deben prepararse para "seguir dictando clases virtuales y fortalecer la comunicación entre los colegios y las familias".

Sobre la deserción escolar, la brasileña Almeida Santos destacó que la reanudación gradual de la presencialidad debe ir acompañada de "una búsqueda activa" por parte del Estado para ayudar a los estudiantes que no pueden continuar con sus estudios.

"Brasil tiene 70 millones de personas con más de 25 años de edad que no concluyeron la educación básica. Si esta juventud no regresa al sistema de enseñanza solo va a engrosar esa cifra", concluyó.

(Contribuyeron también a esta información los corresponsales de Xinhua Zhou Xingzhu y Edgardo Loguercio en Brasilia, Ni Ruijie y Juan Manuel en Buenos Aires, Gao Chunyu y Sylvia B. Zárate en Bogotá, Yin Nan y Cristóbal Chávez Bravo en Santiago, Wu Hao en Ciudad de México)

 
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ESPECIAL: Expertos buscan soluciones a desafíos educativos provocados por pandemia de COVID-19 en América Latina

Spanish.xinhuanet.com 2020-09-16 22:31:17

Por Tian Rui y Chen Yao

BEIJING, 16 sep (Xinhua) -- Las clases presenciales, canceladas desde el inicio de la pandemia de COVID-19, se han reanudado esta semana en la provincia argentina de La Pampa y con anterioridad en Uruguay, y otras ciudades de Argentina y Brasil, entre otros países latinoamericanos, saliendo paulatinamente de las actividades docentes virtuales y volviendo a las aulas.

Expertos y organizaciones internacionales han alertado de posibles problemas suscitados por la educación a distancia durante la pandemia y han ofrecido sugerencias para ayudar a la región a hacer frente a los desafíos.

SITUACIÓN COMPLICADA

A finales de febrero, con la enfermedad del nuevo coronavirus extendiéndose por América Latina y el Caribe, la mayoría de las escuelas cerraron sus puertas y empezaron las clases en línea.

Según los datos publicados por fuentes sanitarias oficiales, el número de casos acumulados de COVID-19 en la región superó el pasado jueves los ocho millones.

Aunque los números de casos activos siguen siendo altos, en algunos países se ha llevado a cabo la reanudación completa o parcial de las clases presenciales.

Uruguay, que logró controlar el brote temprano, ha sido el primero en dar un paso hacia la vuelta a las aulas y actualmente ha retomado la enseñanza presencial en los centros públicos y privados de educación primaria, secundaria y técnica de todo el país.

La reanudación gradual en Brasil de las clases presenciales comenzó a principios de julio. En estos momentos, siete estados, entre ellos el más afectado por el brote, Sao Paulo, han reanudado parcialmente las clases en las aulas, mientras que más de diez estados aún no han fijado una fecha para hacerlo.

De acuerdo con el cronograma preliminar para la reapertura de instituciones emitido por la Secretaría de Educación de Bogotá, capital de Colombia, la reapertura "gradual, progresiva y segura" en jardines infantiles, colegios privados y universidades comenzará a finales de septiembre de manera voluntaria y concertada.

Sin embargo, algunos centros escolares de la región han manifestado su intención de no regresar a las clases presenciales, teniendo en cuenta la falta de garantías para contener el virus entre los menores de edad que no alcanzan a comprender el riesgo del contacto físico o de quitarse la mascarilla.

Algunos países como México y Chile han adoptado estrategias conservadoras.

El titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma, anunció a finales de agosto que en México las clases presenciales se retomarán en cada entidad cuando el semáforo epidemiológico se encuentre en verde. Hasta el martes 15 de septiembre, el país no había comenzado la enseñanza presencial porque no se cumplían los criterios mencionados.

Por su parte, varias comunas chilenas, incluido Santiago Centro, anunciaron que no volverán a clases presenciales en 2020.

EMERGEN LOS DESAFÍOS

De acuerdo con un informe recién publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), más de 160 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe tuvieron que dejar las aulas debido a los cierres para evitar la propagación de la COVID-19.

Los profesionales pedagógicos y expertos de la región creen que el brote plantea nuevos desafíos para la educación, tales como la falta de garantías de la calidad de la enseñanza a distancia, la salud mental de alumnos durante la pandemia y la deserción escolar de los estudiantes con menos medios.

Catarina de Almeida Santos, especialista en Política Educacional de la Universidad de Brasilia, indicó que los estudiantes de regiones vulnerables no tienen acceso a los equipos necesarios para la educación a distancia debido a la limitada infraestructura disponible.

Este problema también ha afectado a Bolivia, cuyo Gobierno interino comunicó "la clausura de la gestión educativa 2020 para el subsistema de educación regular de los niveles inicial, primario y secundario", en parte debido a la escasa cobertura de internet en la mayoría de la zona rural del país, que no cumple con las condiciones para la enseñanza a distancia.

Además de la falta de infraestructura, muchos expertos comparten la idea de que con la escasez de interacción con los profesores y los compañeros, la calidad de la enseñanza es difícil de garantizar y posiblemente pueden producirse problemas psicológicos.

En una encuesta realizada por el Instituto Colombiano de Neurociencias a 1.044 menores de edad en el país, un 88 por ciento mostraron cambios de comportamiento y en su salud mental.

Carmen Imitola, experta colombiana en educación, analizó que aprender en casa por largo tiempo mediante la educación a distancia sin contacto con compañeros puede conllevar problemas emocionales para los niños.

"Para ayudarlos a superar mucho de ese aislamiento que tuvieron se debería dar una formación en las emociones", aconsejó.

Mientras la enseñanza a distancia propone nuevas tareas para los docentes, el impacto negativo de la pandemia en la economía de América Latina y el Caribe también ha dejado a los expertos con otra gran preocupación: la deserción escolar.

Con el aumento del desempleo y la disminución de los ingresos familiares, algunos estudiantes están abandonando sus planes de regresar a las aulas.

Para Marcus Barao, vicepresidente del Consejo Nacional de la Juventud, un órgano brasileño que reúne a representantes gubernamentales y de la sociedad civil, es prioritario atender el alto nivel de deserción escolar.

"Cerca del 30 por ciento de los jóvenes ya pensaron en no retomar los estudios en el período pospandemia", explicó Barao, quien coordinó una encuesta con más de 33.000 participantes de entre 15 y 29 años en Brasil.

BUSCANDO SOLUCIONES

Estas cuestiones han llamado la atención de las organizaciones internacionales y de los expertos latinoamericanos, quienes se esfuerzan por proponer soluciones.

Con respecto a la falta de conexión a internet para las clases virtuales, la Unesco recomienda que los países examinen la disponibilidad de conexión y de energía eléctrica, y que escojan los instrumentos más adecuados.

Algunos países latinoamericanos ya han tomado acciones al respecto. El Gobierno de Guatemala ha producido programas didácticos para todas las edades que se transmiten a través de la televisión y la radio para los niños de las zonas sin acceso a internet.

El Ministerio de Educación de Argentina ha distribuido 36 millones de cuadernos para estudiantes que no pueden seguir las clases en línea, y el Gobierno de la provincia argentina de Córdoba ha comprado 20.000 computadoras portátiles para estudiantes en zonas vulnerables.

En cuanto a garantizar la salud mental de los niños durante la pandemia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda que sus tutores ayuden a encontrar maneras positivas de expresar sus sentimientos a través de actividades creativas y, de ser posible, alienten a los niños a que sigan socializándose con otros.

La maestra colombiana Andrea Silva cree que es poco probable que se reanuden totalmente las clases presenciales en un corto período de tiempo, por lo que los docentes deben prepararse para "seguir dictando clases virtuales y fortalecer la comunicación entre los colegios y las familias".

Sobre la deserción escolar, la brasileña Almeida Santos destacó que la reanudación gradual de la presencialidad debe ir acompañada de "una búsqueda activa" por parte del Estado para ayudar a los estudiantes que no pueden continuar con sus estudios.

"Brasil tiene 70 millones de personas con más de 25 años de edad que no concluyeron la educación básica. Si esta juventud no regresa al sistema de enseñanza solo va a engrosar esa cifra", concluyó.

(Contribuyeron también a esta información los corresponsales de Xinhua Zhou Xingzhu y Edgardo Loguercio en Brasilia, Ni Ruijie y Juan Manuel en Buenos Aires, Gao Chunyu y Sylvia B. Zárate en Bogotá, Yin Nan y Cristóbal Chávez Bravo en Santiago, Wu Hao en Ciudad de México)

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