Por Wang Lei
BEIJING, 9 sep (Xinhua) -- El continuo y rápido incremento de casos mundiales de COVID-19 es un recordatorio constante al mundo de que son necesarias acciones equilibradas, científicas y cooperativas para erradicar el virus y superar esta crisis sin precedentes.
Desde que se inició el brote de la enfermedad hace ocho meses, los países se han apoyado con el intercambio de información y experiencia en lo que respecta a control y tratamiento, y también con el envío de suministros médicos a las naciones golpeadas con dureza por el virus.
Con la coordinación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la comunidad internacional está viendo progreso en la búsqueda concertada de una vacuna. Existe un consenso en que esta herramienta salvavidas debería ser suministrada de forma equitativa y no usarse como una mercancía. Científicos de todo el mundo, entre tanto, están trabajando juntos para rastrear el origen del patógeno.
La lucha global contra la pandemia, sin embargo, tiene frente así un largo camino dado que el número de contagios diarios sigue siendo altísimo. La India tiene el récord, más de 90.000, y ha confirmado ya más de 4,2 millones de infectados, el segundo país en el mundo detrás de Estados Unidos.
En Europa, Francia, España y Reino Unido lidian con un resurgimiento del virus tras relajar las medidas de distanciamiento social y reabrir negocios y escuelas.
En EE. UU, epidemiólogos como Anthony Fauci han advertido de "una repetición del aumento" tras el feriado nacional del Día del Trabajo y el comienzo del otoño.
En esta coyuntura desafiante, la única opción correcta de la comunidad internacional es aferrarse a la solidaridad y avanzar en la cooperación sin detenerse. Nadie puede sobrevivir solo en un mundo cada vez más interconectado.
La máxima prioridad de los responsables políticos y los ciudadanos en todo el mundo es no bajar la guardia en el proceso de apertura y vuelta a la normalidad. Los países que han pasado por el pico de la pandemia deben mantener la alerta para detectar cualquier señal de un eventual rebrote e intentar buscar el equilibrio entre el control de la enfermedad y la recuperación económica.
Cuando los países comienzan a abrir gradualmente sus fronteras y a expandir el movimiento de personas y bienes comerciales, deben colaborar lo más estrechamente posible para reducir al mínimo las transmisiones transfronterizas del virus.
Eso implica la necesidad de una identificación y seguimiento más rápidos de las cadenas de transmisiones en los viajes y el comercio transfronterizos, una comunicación más eficaz entre los organismos gubernamentales pertinentes, así como medidas de inspección y cuarentena más estrictas en los aeropuertos y puertos marítimos.
Abordar la pandemia también requiere una acción conjunta internacional más estrecha y más fuerte para acelerar el desarrollo, la producción y la distribución de vacunas asequibles y de calidad, que es la mejor ruta posible para contener el virus.
Se debe alentar y promover el intercambio oportuno de información, los intercambios académicos y la cooperación científica y en innovación en este campo, mientras que se debe rechazar el nacionalismo de las vacunas.
Mientras tanto, el mundo debe prestar especial atención a la difícil situación de los países en desarrollo y sus grupos más vulnerables, incluidas las mujeres, los niños, los ancianos y las personas con discapacidades y aumentar la asistencia contra las pandemias.
Para ayudar a los más afectados, China ha puesto en marcha el programa de asistencia humanitaria de emergencia más intensivo y de mayor alcance desde la fundación de la República Popular China.
Además, Beijing está trabajando con 11 países en los ensayos clínicos de fase tres de las vacunas contra la COVID-19. Cuando estén disponibles, como ha prometido China, las vacunas se compartirán con otros países como un bien público mundial.
Lo que el mundo ha experimentado durante los últimos ocho meses es una lección práctica que demuestra la necesidad y la importancia de mejorar la cooperación multilateral.
Los países de todo el mundo deben dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos para vencer al patógeno, mantener las cadenas industriales globales funcionando bien y estimular una recuperación económica mundial.
Durante una reunión sostenida el martes para celebrar los modelos a seguir en la lucha contra el virus del país, el presidente chino, Xi Jinping, se comprometió a seguir apoyando a la OMS, promover la globalización económica, defender firmemente el sistema de comercio multilateral y unirse a otros países para restaurar la globalización y la prosperidad económica en una fecha temprana.
La terrible pandemia es una oportunidad para que el mundo aborde el déficit en la gobernanza de la salud pública mundial y mejore la preparación para futuras pandemias. Por la salud de todos y el futuro compartido de los seres humanos, los países del mundo no tienen más remedio que permanecer unidos como nunca antes.
