Por Tian Rui
BEIJING, 15 ago (Xinhua) -- Ningún país en América Latina y el Caribe ha llegado al pico de la epidemia de COVID-19, pero algunos han comenzado a reabrir vuelos internacionales y dar permiso al ingreso de extranjeros, lo que ha causado preocupaciones entre expertos.
El número de casos de enfermos en la región superó este viernes los seis millones y la pandemia se sigue expandiendo de manera rápida en la región. Según cifras de la Universidad Johns Hopkins, los casos acumulados aumentan en un millón alrededor de cada dos semanas desde finales de junio.
REAPERTURA PARCIAL
Desde que reportaron el primer caso en América Latina el 26 de febrero en Brasil, la mayoría de los países latinoamericanos entraron sucesivamente en cuarentena para contener la propagación del virus.
Sumado a ello, también impusieron restricciones para el ingreso de extranjeros y suspensión de vuelos internacionales como forma de evitar la entrada de nuevos casos.
Debido a la paralización causada por la crisis sanitaria, la industria aérea se cuenta entre las más golpeadas. Según estima la Asociación Latinoamericana y del Caribe del Transporte Aéreo, el sector en América Latina registrará una pérdida de 18 mil millones de dólares por el coronavirus.
La economía de la región también está sufriendo la mayor recesión desde que hay registros. El Fondo Monetario Internacional calcula que el PIB de América Latina y el Caribe sufrirá un retroceso del 9,4 por ciento en 2020.
La mayoría de los países se vieron obligados a reanudar actividades económicas después de que la curva del coronavirus alcanzara una meseta, e incluso algunos empiezan a reabrir vuelos internacionales frente a la gran presión económica y social.
Ecuador fue el primero de la región en recuperar las operaciones aéreas con el exterior, levantando restricciones de vuelos internacionales a inicios de junio, siempre y cuando los pasajeros presenten resultado negativo de una prueba PCR y se sometan a un aislamiento preventivo obligatorio de 14 días.
En la actualidad, desde Ecuador se puede viajar a nueve destinos internacionales de seis países en cien vuelos semanales, entre llegadas y salidas.
El gobierno brasileño no ha paralizado vuelos internacionales, aunque impuso la prohibición al ingreso de extranjeros a finales de marzo, medida que se flexibilizó el 29 de julio durante 30 días para extranjeros que lleguen en avión, quienes deberán presentar un seguro de salud y demostrar que no están contagiados con la COVID-19.
Cuba recibió a sus primeros turistas extranjeros el primero de agosto con la realización de pruebas PCR en frontera y el seguimiento médico en cada alojamiento de los sitios de interés turístico disponibles.
De momento, los visitantes extranjeros deben llegar en vuelos chárter y alojarse solo en unos cayos ubicados al sur y norte del país sin poder salir a otras partes, mientras que los ciudadanos cubanos recién llegados tienen que pasar una cuarentena de dos semanas.
Además, Costa Rica y Panamá también recibieron vuelos internacionales el primero y el 14 de agosto, respectivamente.
MAYOR RIESGO DE CONTAGIO
El levantamiento de restricciones y el creciente número de vuelos internacionales entre países latinoamericanos han causado preocupaciones entre expertos de esta región, quienes consideran todavía temprana la recuperación y temen que el aumento de movilidad podría producir un rebrote.
El presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, Santiago Carrasco, opinó que no es "una buena idea" la reanudación de los vuelos para reactivar la economía, por el riesgo de contagio que ello implica.
"Abrir los vuelos tiene un impacto en los contagios porque vamos a tener que estar mucho tiempo a expensas de este virus agresivo", sostuvo.
El director del Departamento de Preparación para Emergencias y Desastres de la Organización Panamericana de Salud (OPS), Ciro Ugarte, comparte la idea indicando que reabrir las operaciones aéreas con el extranjero sin controlar la pandemia es una estrategia insensata.
El experto dijo que con el actual comportamiento de la pandemia "no es posible reanudar el ingreso de los viajeros internacionales sin riesgo alguno para la COVID-19".
Lo que preocupa a los expertos se ha producido en Cuba, que confirmó el pasado 13 de agosto 3 casos importados, que reportaron 415 contactos, todos aislados ahora en centros especiales para los casos sospechosos.
Ante el posible rebrote, Perú se ha comportado con cautela, extendiendo el estado de emergencia sanitaria hasta el 31 de agosto, durante el cual se mantiene el cierre de fronteras.
En cuanto a la reapertura de vuelos internacionales, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo proyectó que volverían a autorizarse para finales de este año o inicios de 2021.
MEDIDAS DE ACOMPAÑAMIENTO
Los expertos coinciden en que es necesario contener la movilidad transfronteriza y que los vuelos internacionales se deben reabrir con medidas de acompañamiento aún antes de que la región llegue al pico de la epidemia.
Según Rita de Cássia Barradas, profesora adjunta de Facultad de Ciencias Médicas de la Santa Casa de Sao Paulo, fue un error el no ejercer controles en los vuelos internacionales al inicio de la pandemia.
"El control debería haberse hecho en febrero, principalmente en la llegada de áreas con una transmisión mayor, pero ahora no tiene importancia porque la transmisión es comunitaria en todo el país", señaló.
A ojos de Ugarte, "toda decisión que sea tomada por las autoridades nacionales debe estar fundamentada en su capacidad para realizar el seguimiento de los viajeros una vez que ingresen a los países como parte de la respuesta a la pandemia".
Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS indicó que antes de abrir gradualmente, se deben tener datos de buena calidad, que ofrezcan una referencia fiable para un trabajo eficiente.
"Es importante saber exactamente lo que está pasando con la transmisión, cuántos casos nuevos por día, ampliar al máximo la capacidad de testear para intentar controlar la transmisión", recomendó.
Dennisse Brito, experta en salud pública y académica de la Escuela de Enfermería de la Universidad Diego Portales de Chile dijo que la vacuna es la única manera en la que vamos a poder controlar el virus y la mayor garantía para la reanudación de movilidad de personas.
"No deberíamos movilizarnos hasta que haya una vacuna, y todos los recursos y los esfuerzos debieran ir en la busca de aumentar la velocidad de pruebas para las vacunas ", concluyó.
(Contribuyeron también a esta información los corresponsales de Xinhua Hao Yunfu y Elena Chuquimarca en Quito, Zhao Yan, Chen Weihua y Pau Ramírez en Río de Janeiro, Yin Nan y Valentina Bastías Atias en Santiago)
