LA HABANA, 10 ago (Xinhua) -- La capital de Cuba amaneció hoy bajo estrictas medidas de confinamiento, tras un rebrote de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), que en los últimos días disparó los contagios.
Por eso, el viento bate con fuerza las banderas rojas que indican la prohibición de bañarse en Mégano, Tarará, Santa María y Guanabo, las principales playas del este de la urbe, que ahora están desoladas y con el acceso controlado por las fuerzas del orden.
El gobierno decretó el cierre en La Habana desde este lunes, una decisión que incluye nuevamente la reinstauración del aislamiento social y el distanciamiento físico, en una vuelta atrás que constituye un duro golpe para el país, luego de controlar las infecciones.
"Hay un impacto económico real sobre el sustento de nuestras familias, pero lo importante es que la salud es lo primero", dijo con convicción Jorge Gútiez, dueño de una pizzería que estuvo cerrada durante más de tres meses y que ahora tuvo que volver a cerrar.
El repunte de la enfermedad ha sido tan brutal que el Ministerio de Salud Pública (Minsap) reportó este lunes 93 nuevos casos, la cifra más alta desde que hace cinco meses apareció la enfermedad en Cuba.
De esos 93 nuevos contagiados, 72 se detectaron en la capital, donde están activos siete casos de transmisión local y las autoridades sanitarias vigilan 31 focos en 10 municipios.
Declarada en fase de transmisión autóctona, la ciudad, donde viven poco más de dos millones de los 11,2 millones de cubanos, tiene casi desiertas las calles, luego de que se suspendió el transporte público, así como el servicio de taxis estatales y privados.
"La gente sabe el peligro que representa esta pandemia, y si no se controla podemos caer en una crisis, que es lo que el gobierno está tratando de evitar", afirmó el joven Yohamed Velázquez, enfermero en un céntrico hospital habanero.
Precisamente, el relajamiento de las restricciones sanitarias en la ciudad, donde incluso hubo días sin nuevos casos, significó el repunte de la COVID-19, y en los últimos 15 días se reportaron 266 nuevos contagios.
Las autoridades también suspendieron los servicios en restaurantes, cafeterías y bares, tanto privados como estatales, los cuales únicamente podrán realizar entregas a domicilio o para llevar a casa, como es el caso de la afamada heladería Coppelia.
"Yo creo que las medidas debían haberse impuesto hacia unos días atrás, porque el pueblo no ha cumplido con disciplina", opinó César Ramírez, dueño de un negocio de reparación de teléfonos celulares.
Alrededor de la ciudad se establecieron 14 puntos de control para limitar las entradas y salidas en autopistas y carreteras que comunican a la urbe con otras provincias, en un intento por limitar y controlar el flujo de viajeros.
Desde el punto de vista sanitario, para la aplicación de las medidas se catalogaron los municipios habaneros en territorios de muy alto, alto y mediano riesgo, aunque las regulaciones se enfocan a tener en cuenta la calificación más compleja para todo los casos.
Además, se incrementaron las pesquisas sanitarias de casos sospechosos, con la participación de trabajadores de la salud y de la comunidad.
"Creo que las medidas de cierre son buenas, y abren una esperanza para controlar la pandemia, pero todo pasa por la disciplina de las personas", estimó Diana García, jefa del almacén de una empresa estatal.
Ese es un criterio coincidente entre los habaneros, y que comparte el director nacional de Higiene y Epidemiología, Francisco Durán, quien cada día ofrece en televisión una parte sobre la evolución de la enfermedad en el país.
Este lunes, en su habitual comparecencia televisiva, Durán reiteró el mensaje hacia "una parte mínima" de la población de que debe dejar de ser "incumplidora" de las medidas de aislamiento.
En el caso particular de La Habana, recordó además que es una provincia cuyos municipios "están separados sólo por una calle", lo que facilita la propagación del nuevo coronavirus.
En la mayor parte del país, que no presenta casos, continúa la reanudación gradual de actividades y el retorno a la normalidad.
Cuba tiene un acumulado de 88 fallecidos y 3.046 contagiados desde la aparición de la enfermedad en la isla.