BEIJING, 5 ago (Xinhua) -- La recuperación económica de China resultó mejor que lo esperado en el segundo trimestre de este año, aún en medio de la epidemia de neumonía COVID-19, según Martin Raiser, director para China del Banco Mundial (BM).
"Es verdaderamente más rápida que lo que habíamos previsto en junio cuando emitimos nuestro informe sobre Perspectivas Económicas Mundiales, y hemos actualizado nuestro pronóstico en consecuencia", dijo Raiser a Xinhua en una entrevista exclusiva.
La economía china creció un 3,2 por ciento interanual en el segundo trimestre del año en curso, después de haber registrado una contracción del 6,8 por ciento en el primero, de acuerdo con datos del Buró Nacional de Estadísticas.
Las cifras de la entidad muestran que la producción industrial de valor agregado del país se expandió un 4,4 por ciento interanual en el período abril-junio, cuando las fábricas intensificaban su producción en medio de las medidas de control epidémico por la COVID-19. Indicadores como el ingreso fiscal, el comercio exterior y la inversión extranjera directa también experimentaron una recuperación sustancial, especialmente en junio.
En opinión de Raiser, China se ha beneficiado de su importante margen de políticas a la hora de implementar su respuesta fiscal y monetaria.
Para reforzar la economía frente al impacto de la epidemia, el país ha aplicado una serie de medidas, entre ellas el incremento del gasto fiscal, el alivio tributario y la reducción de los tipos de interés y del requerimiento del coeficiente de reservas bancarias para reactivar la economía afectada por el brote epidémico y apoyar el empleo.
"Las reformas estructurales para impulsar los mercados y la competencia también ayudarán a estimular más inversión privada y revitalizar el aumento de la productividad", sostuvo el economista.
Será fundamental mantener abierto el comercio global y la inversión, continuar la cooperación entre los países en la búsqueda de tratamientos efectivos y una vacuna contra la COVID-19, y fortalecer más medidas para mitigar el impacto de la recesión mundial en los países más pobres, incluso mediante la reducción de la deuda en donde sea necesario, agregó Raiser.