ESPECIAL: Salvavidas cubanos ayudan a combatir contagios de COVID-19 en playas

Actualizado 2020-07-23 05:32:38 | Spanish. xinhuanet. com

Por Yosley Carrero

CUBA-MATANZAS-COVID-19-SALVAVIDAS

Imagen del 14 de julio de 2020 de un estudiante (i) de la Escuela Regional de Salvavidas realizando un examen en Varadero, en la provincia de Matanzas, Cuba. En las últimas semanas, Cuba ha graduado a decenas de salvavidas de los diferentes territorios del país para contribuir con la protección física de los bañistas y velar por el cumplimiento de los protocolos de seguridad en las playas ante la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), tras la apertura del turismo nacional desde la segunda mitad de junio y el posible arribo de vacacionistas foráneos en el futuro próximo. (Xinhua/Joaquín Hernández)

MATANZAS, Cuba, 22 jul (Xinhua) -- Con un registro inferior a los tres minutos, Félix Limas logró realizar un simulacro de rescate a distancia de 75 metros y alcanzar las calificaciones más altas durante los exámenes finales de la Escuela Regional de Salvavidas de Matanzas, que tuvieron lugar en la playa de Varadero, el más popular de los destinos turísticos en Cuba.

En las últimas semanas, Cuba ha graduado a decenas de salvavidas de los diferentes territorios del país para contribuir con la protección física de los bañistas y velar por el cumplimiento de los protocolos de seguridad en las playas ante la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), tras la apertura del turismo nacional desde la segunda mitad de junio y el posible arribo de vacacionistas foráneos en el futuro próximo.

Limas, quien desarrolló sus habilidades profesionales en el vecino pueblo pesquero de Santa Marta, confesó ser "un hombre de mar", tras afirmar que los bañistas necesitan ahora más a los salvavidas.

El joven de 29 años, quien dedica varias horas al día para el entrenamiento físico a la orilla del mar, dijo que a partir de la pandemia "ya nada será igual, pero el coronavirus no nos arrebatará el derecho a disfrutar de nuestras playas".

"Este es un trabajo duro, pero muy necesario actualmente. Es importante que las personas se protejan porque el virus puede ser transmitido por portadores asintomáticos que pueden estar a nuestro alrededor", comentó a Xinhua.

Al igual que otras instituciones académicas y centros estudiantiles, la Escuela Regional de Salvavidas, en la provincia de Matanzas, funcionó como centro de aislamiento durante el enfrentamiento a la emergencia sanitaria provocada por el impacto de la COVID-19 en Cuba desde marzo del presente año.

Estudiantes y profesores trabajaron como voluntarios apoyando al personal de salud en la atención a los casos sospechosos y en la pesquisa activa en las comunidades tocando "puerta por puerta", como parte de la estrategia del sistema de salud cubano para la detección temprana de potenciales casos positivos al SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.

La directora de la Escuela Regional de Salvavidas de Matanzas, Maritza Betancourt, de 50 años, comentó que la emergencia sanitaria impone nuevos retos al trabajo de los salvavidas, quienes no sólo se preparan para acometer labores de rescate y salvamento, sino que aprenden los protocolos sanitarios en el contexto de la COVID-19.

"Hemos acelerado la formación de los salvavidas para que puedan comenzar a trabajar en las playas del país lo más pronto posible. Ellos pueden ayudar notablemente a mantener las medidas de distanciamiento social en las áreas de playa, y contribuir a tomar conciencia entre la población sobre un tema tan importante", señaló.

Informó que en la playa de Varadero cada área de baño contará con cuatro salvavidas que contribuirán a mantener al más popular de los destinos turísticos cubanos como un sitio seguro para los turistas nacionales y vacacionistas internacionales que puedan arribar en el futuro próximo.

"Los salvavidas somos los guardianes de la playa y la salud de los bañistas", agregó.

Además de la formación de estudiantes de la provincia Matanzas, esta escuela regional de salvavidas, subordinada al Ministerio de Salud de Cuba, se encarga de la preparación de profesionales de Villa Clara y la región oriental del país, quienes reciben entrenamiento en primeros auxilios, anatomía, meteorología, elementos del mar y salvamento acuático.

En la actualidad, unos 3.500 salvavidas laboran a lo largo y ancho del archipiélago nacional para proteger a los visitantes nacionales y foráneos que buscan los atractivos de las transparentes aguas y finas arenas de las más de 300 playas con las que cuenta el país.

El profesor José Angel Vizoso, de 59 años, quien se ha dedicado a esta profesión casi 40 años de vida, dijo que la COVID-19 también impone retos para el propio trabajo de los salvavidas en las operaciones de rescate a bañistas en apuros.

"Por lo general, los salvavidas tenemos que estar muy cerca de las personas cuando acometemos acciones de rescate y salvamento. Mantener la distancia física en medio del mar es complicado, y un reto mayor constituye el momento de dar los primeros auxilios, aunque se cuente con los medios requeridos", apuntó el experto.

A este hecho, aseguró Vizoso, es preciso añadir la ocurrencia de huracanes, así como los efectos del cambio climático en el aumento del nivel del mar en zonas costeras, lo que hace la presencia del salvavidas cada vez más necesaria.

"Ser salvavidas siempre ha sido difícil, pero después de la pandemia, lo es más", dijo mientras sacudía rastros de arena de su cuerpo y ajustaba sus gafas de sol en medio de las altas temperaturas del Caribe.

Los primeros pasos para la formación de salvavidas en Cuba se dieron en 1961, tras el triunfo de la Revolución socialista, pero no fue sino hasta décadas posteriores que se consolidó un programa de estudios con una perspectiva más abarcadora, que dio cabida a escuelas regionales.

A sólo tres años de su fundación, la Escuela Regional de Salvavidas en la provincia de Matanzas ha graduado a unos 270 alumnos, aunque sólo cinco mujeres han roto barreras y estereotipos para ser parte de una profesión dominada por el sexo masculino.

Para Yeni Fiallo, de 30 años, velar por el cuidado de la playa desde la torre de salvavidas, a la altura de dos metros sobre el nivel del mar, no sólo significa estar al tanto de lo que sucede en la playa, sino la confirmación de que un importante sueño se hizo realidad.

"Hay quienes piensan que las mujeres no podemos soportar el fuerte entrenamiento físico que lleva esta profesión, pero no es así. Estoy muy contenta de que los bañistas vuelvan a las playas, y especialmente a Varadero", enfatizó la joven, quien se reincorporó a su puesto de salvavidas tras un año de licencia de maternidad.

Aunque el famoso balnerario no está actualmente abierto para los visitantes extranjeros que arriban a Cuba, las autoridades aseguraron que Varadero puede ser agregada a la lista de destinos para el turismo internacional en la nación caribeña.

Mientras la segunda mejor playa del mundo -de acuerdo con los Premios Traveller's Choice 2019- gradualmente comienza a recobrar su rutina tradicional, los salvavidas cubanos continúan su preparación para ayudar a mantener a Cuba como destino seguro, a pesar de la COVID-19.

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Por Yosley Carrero

CUBA-MATANZAS-COVID-19-SALVAVIDAS

Imagen del 14 de julio de 2020 de un estudiante (i) de la Escuela Regional de Salvavidas realizando un examen en Varadero, en la provincia de Matanzas, Cuba. En las últimas semanas, Cuba ha graduado a decenas de salvavidas de los diferentes territorios del país para contribuir con la protección física de los bañistas y velar por el cumplimiento de los protocolos de seguridad en las playas ante la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19), tras la apertura del turismo nacional desde la segunda mitad de junio y el posible arribo de vacacionistas foráneos en el futuro próximo. (Xinhua/Joaquín Hernández)

MATANZAS, Cuba, 22 jul (Xinhua) -- Con un registro inferior a los tres minutos, Félix Limas logró realizar un simulacro de rescate a distancia de 75 metros y alcanzar las calificaciones más altas durante los exámenes finales de la Escuela Regional de Salvavidas de Matanzas, que tuvieron lugar en la playa de Varadero, el más popular de los destinos turísticos en Cuba.

En las últimas semanas, Cuba ha graduado a decenas de salvavidas de los diferentes territorios del país para contribuir con la protección física de los bañistas y velar por el cumplimiento de los protocolos de seguridad en las playas ante la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), tras la apertura del turismo nacional desde la segunda mitad de junio y el posible arribo de vacacionistas foráneos en el futuro próximo.

Limas, quien desarrolló sus habilidades profesionales en el vecino pueblo pesquero de Santa Marta, confesó ser "un hombre de mar", tras afirmar que los bañistas necesitan ahora más a los salvavidas.

El joven de 29 años, quien dedica varias horas al día para el entrenamiento físico a la orilla del mar, dijo que a partir de la pandemia "ya nada será igual, pero el coronavirus no nos arrebatará el derecho a disfrutar de nuestras playas".

"Este es un trabajo duro, pero muy necesario actualmente. Es importante que las personas se protejan porque el virus puede ser transmitido por portadores asintomáticos que pueden estar a nuestro alrededor", comentó a Xinhua.

Al igual que otras instituciones académicas y centros estudiantiles, la Escuela Regional de Salvavidas, en la provincia de Matanzas, funcionó como centro de aislamiento durante el enfrentamiento a la emergencia sanitaria provocada por el impacto de la COVID-19 en Cuba desde marzo del presente año.

Estudiantes y profesores trabajaron como voluntarios apoyando al personal de salud en la atención a los casos sospechosos y en la pesquisa activa en las comunidades tocando "puerta por puerta", como parte de la estrategia del sistema de salud cubano para la detección temprana de potenciales casos positivos al SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.

La directora de la Escuela Regional de Salvavidas de Matanzas, Maritza Betancourt, de 50 años, comentó que la emergencia sanitaria impone nuevos retos al trabajo de los salvavidas, quienes no sólo se preparan para acometer labores de rescate y salvamento, sino que aprenden los protocolos sanitarios en el contexto de la COVID-19.

"Hemos acelerado la formación de los salvavidas para que puedan comenzar a trabajar en las playas del país lo más pronto posible. Ellos pueden ayudar notablemente a mantener las medidas de distanciamiento social en las áreas de playa, y contribuir a tomar conciencia entre la población sobre un tema tan importante", señaló.

Informó que en la playa de Varadero cada área de baño contará con cuatro salvavidas que contribuirán a mantener al más popular de los destinos turísticos cubanos como un sitio seguro para los turistas nacionales y vacacionistas internacionales que puedan arribar en el futuro próximo.

"Los salvavidas somos los guardianes de la playa y la salud de los bañistas", agregó.

Además de la formación de estudiantes de la provincia Matanzas, esta escuela regional de salvavidas, subordinada al Ministerio de Salud de Cuba, se encarga de la preparación de profesionales de Villa Clara y la región oriental del país, quienes reciben entrenamiento en primeros auxilios, anatomía, meteorología, elementos del mar y salvamento acuático.

En la actualidad, unos 3.500 salvavidas laboran a lo largo y ancho del archipiélago nacional para proteger a los visitantes nacionales y foráneos que buscan los atractivos de las transparentes aguas y finas arenas de las más de 300 playas con las que cuenta el país.

El profesor José Angel Vizoso, de 59 años, quien se ha dedicado a esta profesión casi 40 años de vida, dijo que la COVID-19 también impone retos para el propio trabajo de los salvavidas en las operaciones de rescate a bañistas en apuros.

"Por lo general, los salvavidas tenemos que estar muy cerca de las personas cuando acometemos acciones de rescate y salvamento. Mantener la distancia física en medio del mar es complicado, y un reto mayor constituye el momento de dar los primeros auxilios, aunque se cuente con los medios requeridos", apuntó el experto.

A este hecho, aseguró Vizoso, es preciso añadir la ocurrencia de huracanes, así como los efectos del cambio climático en el aumento del nivel del mar en zonas costeras, lo que hace la presencia del salvavidas cada vez más necesaria.

"Ser salvavidas siempre ha sido difícil, pero después de la pandemia, lo es más", dijo mientras sacudía rastros de arena de su cuerpo y ajustaba sus gafas de sol en medio de las altas temperaturas del Caribe.

Los primeros pasos para la formación de salvavidas en Cuba se dieron en 1961, tras el triunfo de la Revolución socialista, pero no fue sino hasta décadas posteriores que se consolidó un programa de estudios con una perspectiva más abarcadora, que dio cabida a escuelas regionales.

A sólo tres años de su fundación, la Escuela Regional de Salvavidas en la provincia de Matanzas ha graduado a unos 270 alumnos, aunque sólo cinco mujeres han roto barreras y estereotipos para ser parte de una profesión dominada por el sexo masculino.

Para Yeni Fiallo, de 30 años, velar por el cuidado de la playa desde la torre de salvavidas, a la altura de dos metros sobre el nivel del mar, no sólo significa estar al tanto de lo que sucede en la playa, sino la confirmación de que un importante sueño se hizo realidad.

"Hay quienes piensan que las mujeres no podemos soportar el fuerte entrenamiento físico que lleva esta profesión, pero no es así. Estoy muy contenta de que los bañistas vuelvan a las playas, y especialmente a Varadero", enfatizó la joven, quien se reincorporó a su puesto de salvavidas tras un año de licencia de maternidad.

Aunque el famoso balnerario no está actualmente abierto para los visitantes extranjeros que arriban a Cuba, las autoridades aseguraron que Varadero puede ser agregada a la lista de destinos para el turismo internacional en la nación caribeña.

Mientras la segunda mejor playa del mundo -de acuerdo con los Premios Traveller's Choice 2019- gradualmente comienza a recobrar su rutina tradicional, los salvavidas cubanos continúan su preparación para ayudar a mantener a Cuba como destino seguro, a pesar de la COVID-19.

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