BEIJING, 15 jul (Xinhua) -- Londres anunció el martes una prohibición radical de la participación de Huawei en el despliegue de la tecnología 5G en Reino Unido, lo que marca un cambio de sentido en la política del país hacia la compañía de telecomunicaciones china bajo la presión de Washington y los grupos conservadores nacionales.
Al anunciar la decisión, el secretario de Estado para Digital, Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, Oliver Dowden, dijo: "Es la (decisión) correcta para las redes de telecomunicaciones del Reino Unido, para nuestra seguridad nacional y nuestra economía, tanto ahora como a largo plazo".
En realidad, esta es una decisión incorrecta y perjudicial para su país.
Para empezar, las preocupaciones relacionadas con la seguridad que el Gobierno británico ha echado mano para prohibir la participación de Huawei simplemente no son válidas.
Huawei, como Nokia o Ericsson, es una empresa privada cuya propiedad recae sobre sus miles de empleados. Por lo tanto, quienes acusan a la empresa de trabajar para el Gobierno chino están sencillamente mintiendo.
Hasta ahora, nadie, ni siquiera el secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo y el asesor de Seguridad Nacional Robert O'Brien, que intentan morder a Huawei siempre que sea posible, ha podido presentar ninguna evidencia fehaciente para probar las teorías de amenazas a la seguridad.
De hecho, los 91 contratos comerciales sobre 5G que Huawei firmó con socios de todo el mundo, más de la mitad de ellos en Europa, pueden hablar de la calidad de la empresa en cuanto a gestión de la seguridad.
"Probablemente somos la organización más abierta y transparente en el mundo. Probablemente somos también la organización más picada", dijo John Suffolk, oficial de privacidad y ciberseguridad global de Huawei, en una entrevista con la BBC.
Además, excluir a Huawei no cumple con los intereses a largo plazo de Gran Bretaña. De hecho, traerá costos adicionales, un trabajo colosal y una experiencia desagradable para el cliente en tanto el país intenta construir su propia infraestructura de 5G.
En una declaración publicada poco después de que se dictó la prohibición, Ed Brewster, un portavoz de Huawei del Reino Unido, dijo que la decisión "amenaza con llevar a Gran Bretaña al carril lento de la digitalización".
A lo largo de las décadas, Huawei ha desempeñado un papel integral en la construcción de las redes británicas de 3G y 4G, con un historial probado.
La compañía china también es líder en el campo de las telecomunicaciones de próxima generación, contando con la mayor cantidad de patentes 5G a nivel mundial hasta 2019 y siendo la empresa que más contribuciones técnicas ha presentado a los estándares de 5G, según un estudio realizado por la compañía de inteligencia de mercado IPlytics.
Vodafone y BT, ambos operadores de telecomunicaciones líderes en Gran Bretaña, utilizan ampliamente los equipos de Huawei en sus redes. Según un informe del canal CNBC, la red de BT actualmente cuenta con dos tercios de equipos de Huawei y un tercio de Nokia, mientras que Vodafone contiene un tercio de Huawei y dos tercios de Ericsson.
Mientras tanto, BT advirtió que cortará los servicios para clientes en todo el país si se ve obligado a cambiar el kit de Huawei por el de otro proveedor, mientras que Vodafone dijo que tendría que gastar "miles de millones" para llevar a cabo dicha operación.
"Me preocupa que una imposición ultra agresiva devenida de un cambio político pueda obstaculizar nuestra recuperación económica en el Reino Unido", dijo Andrea Dona, directora de redes de Vodafone en el país, a los legisladores británicos la semana pasada.
Además, excluir a Huawei disminuirá la competencia en el mercado y aumentará los gastos. Nokia y Ericsson, los únicos otros dos proveedores a escala de equipos de red de acceso de radio 5G que se pueden utilizar actualmente en Gran Bretaña, ofrecen servicio a un precio presumiblemente más alto que el de Huawei.
Más importante aún, la prohibición eclipsará la cooperación de Gran Bretaña con China, que se ha reforzado en los últimos años, y es de particular importancia para el país europeo en aras de impulsar un fuerte repunte económico en la era posterior al Brexit y a la pandemia.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo a principios de este año que aún se encuentra comprometido a mantener la "era dorada" de las relaciones entre China y Gran Bretaña. Por lo tanto, el Gobierno británico debería hacer su parte justa para evitar que las fuerzas externas generen animosidad en su asociación con China.
El retroceso de Londres plasmado en la decisión sobre Huawei también le costará a Gran Bretaña su credibilidad. Como centro financiero y comercial global, así como un destino favorable para las inversiones extranjeras, mantener un mercado justo, abierto e indiscriminado está en los mejores intereses del país.
Sin embargo, acusar a Huawei con cargos infundados causará un efecto escalofriante y desalentará a los posibles inversores de todo el mundo a hacer negocios con Gran Bretaña.
En última instancia, los diseñadores de políticas en 10 Downing Street necesitan ser conscientes del hecho de que su actual medida simplemente ayuda a Washington a poner a "Estados Unidos Primero" a expensas de Gran Bretaña.
Por lo tanto, si realmente quieren tomar la decisión correcta para Gran Bretaña, deben demostrar el coraje y la visión políticos necesarios, e ir más allá de la ideología para reconsiderar la infundada prohibición sobre Huawei.