Imagen del 25 de junio de 2020 de una extensa nube de polvo del desierto africano del Sahara sobre el cielo de La Habana, capital de Cuba. Como cada año por estas fechas, una extensa nube de polvo del desierto africano del Sahara ensombrece los cielos del Caribe y aporta una preocupación más a la salud de las personas, en estos tiempos de la pandemia de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19). (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 23 jun (Xinhua) -- La nube de polvo del desierto del Sahara que cubrirá parte de Cuba durante esta semana tendrá una concentración muy por encima de los niveles normales, advirtió hoy el Instituto de Meteorología (Insmet) de este país.
Ante esa situación, Eugenio Mojena, doctor en Ciencias Físicas del Insmet, informó a medios locales que ello podría ocasionar un deterioro apreciable de la calidad del aire, y acotó que se trata de concentraciones no vistas en los últimos 50 o 60 años.
Dijo que la principal característica de la acentuada presencia del polvo del Sahara es el predominio de una densa bruma, capaz de limitar la visibilidad a larga distancia, mientras el cielo adquiere una tonalidad lechosa.
Explicó que si bien las nubes de polvo suelen llegar a la nación antillana entre marzo y abril, el tiempo más prolongado bajo esa situación atmosférica tiene lugar en junio y julio.
Además de incidir en el estado del tiempo, el fenómeno causa afectaciones en la salud del hombre y en la de diversos ecosistemas marinos y terrestres, acotó el científico.
Mojena consideró que esas masas de polvo convierten al Caribe en un corredor del asma y otras enfermedades respiratorias, especialmente en las personas mayores de 65 años y niños de hasta cuatro años, además de provocar alergias y problemas de la piel.
Esas nubes son generadas por las tormentas de arena y polvo del desierto del Sahara y el Sahel, las cuales pueden alcanzar de tres a siete kilómetros de altura, explicó.
El experto señaló que al elevarse del norte de Africa avanzan en dirección oeste bajo el flujo de los vientos alisios, propagándose por el océano Atlántico hasta alcanzar el mar Caribe, Cuba, el sudeste de Estados Unidos, México y Centroamérica.
Las mencionadas nubes están cargadas de partículas de material altamente nocivo para la salud humana, y contienen minerales como calcio, fósforo, hierro y mercurio, junto con virus, bacterias, estafilococos, hongos, ácaros patógenos y contaminantes orgánicos, detalló Mojena.
El polvo del Sahara origina una masa de aire muy caliente con poca humedad que acentúa la sensación de calor y disminuye la probabilidad de lluvias en las áreas bajo su influencia, aunque fomenta la actividad eléctrica durante las tormentas de verano, señaló.
De igual forma, se le atribuyen daños a los arrecifes coralinos, ya que propicia que esos ecosistemas sean atacados por un hongo endémico de África transportado por las nubes, al tiempo que también contribuye a la aparición de plagas en los sembradíos de arroz, frijoles, frutales, caña de azúcar y otros cultivos.
El polvo del Sahara avanza sobre la mitad oriental de Cuba, proveniente de Haití, República Dominicana y el Mar Caribe oriental, y durante toda la semana se desplazará al oeste, cruzando por el Caribe occidental, el golfo de México y llegará al sudeste de Estados Unidos.
Como nota positiva, el experto señaló que esas nubes de polvo frenan el surgimiento y desarrollo de los ciclones tropicales, al crearles una atmósfera hostil.
