CHANGSHA, 15 jun (Xinhua) -- Tan Zhixiang, de 54 años, es testigo de la creciente popularidad de la tela "liuyang xiabu", un patrimonio cultural inmaterial que se originó en la ciudad de Liuyang de la provincia central china de Hunan.
La tela, hecha de ramio, una planta que se conoce como "hierba china", era exportada a Japón y a otros países como un producto codiciado desde tiempos de la dinastía Qing (1644-1911). Más de 100.000 rollos de la tela se vendían al extranjero cada año en las décadas de 1980 y 1990.
Sin embargo, la producción de la tela ha disminuido debido a que su procesamiento es complejo. "Se necesitan más de 60 procesos técnicos para fabricar tela 'xiabu' de alta calidad", explica Tan. Muchos artesanos que se dedicaban a este oficio, incluida su esposa, optaron por encontrar otros trabajos mejor pagados.
Como heredero del patrimonio cultural inmaterial, Tan nunca renunció a su sueño de restaurar la popularidad que tuvo la tela en el pasado. Nacido en una familia dedicada a la elaboración de la tela, comenzó a estudiar la técnica a la edad de 12 años, y también se convirtió en el heredero del patrimonio cultural de la quinta generación de la familia.
"Todas las familias de mi pueblo usaban la tela, especialmente en verano, porque es transpirable", dice Lu Songyuan, quien buscó a Tan como maestro para aprender a producir la tela. "Deberíamos devolver la tela a la vida cotidiana de las personas", sostiene.
Lu pasó más de un año estudiando la tela y fundó una empresa para promocionarla. También diseñó bolsos, vestuario y otros productos para hacer con ella.
En 2018, los productos de la compañía de Lu se exhibieron en una feria en París. Yi Hongbo, un diseñador de Liuyang, también dio a conocer el producto en la semana internacional de la moda de Nueva York. Ahora la tela y sus productos derivados se venden a Japón, Francia y otros países.
Tan suministró materiales de ramio en bruto a casi 200 aldeanos, incluidos algunos de familias de escasos recursos, y los organizó para procesar la tela, ayudándoles así a aumentar sus ingresos.
"Como patrimonio cultural inmaterial, la tela refleja una profunda cultura y sabiduría", afirma Lu. "Esperamos hacer de la tela un producto popular mejorando la calidad de las materias primas, refinando el proceso y optimizando el diseño", complementa.
