Por Raúl Menchaca
Imagen del 2 de junio de 2020 de una traductora de lenguaje de señas traduciendo simultáneamente para las personas con discapacidad auditiva una clase a través de una transmisión en vivo en un estudio de televisión, en La Habana, capital de Cuba. Cuba, país donde hay poco acceso a internet desde los hogares, apeló a la televisión en señal abierta para continuar el curso escolar, luego de la suspensión de las clases presenciales por la amenaza de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19). (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 5 jun (Xinhua) -- Cuba, país donde hay poco acceso a internet desde los hogares, apeló a la televisión en señal abierta para continuar el curso escolar, luego de la suspensión de las clases presenciales por la amenaza del nuevo coronavirus.
Hace poco más de dos meses, el 24 de marzo pasado, el gobierno decretó el cierre por tiempo indefinido de más de 10.000 escuelas, donde se había desarrollado el 70 por ciento de las semanas lectivas, así como las evaluaciones sistemáticas y parciales.
Se espera ahora reabrir las escuelas en septiembre venidero, luego de que se trató de un cierre inédito, pues no había ocurrido ni tras el paso de violentos huracanes, y la medida ha dejado sin clases presenciales a más de 2 millones de alumnos de todos los niveles.
Apenas una semana después del cierre, sin embargo, el salvavidas docente llegó desde el Canal Educativo, uno de los ocho canales de la televisión pública cubana.
Prácticamente sin preparación televisiva, un grupo de maestros y metodólogos tuvo que asumir el reto de continuar con la impartición de las clases, que ahora se transmiten en vivo desde un estudio de televisión.
"Dar clases por televisión es un gran y nuevo reto, porque somos maestros de la tiza, la pizarra y la presencia de los niños", dijo a Xinhua la profesora Carmen Rosa Rodríguez, una mujer que desde hace 39 años está ligada a la docencia en el nivel primario.
Fue casi imposible descubrir que era la primera vez que la profesora se sentaba ante una cámara de televisión, pues demostró soltura y seguridad a la hora de impartir los contenidos de Historia de Cuba.
Rodríguez es metodóloga y trabaja en el Ministerio de Educación, pero ante la necesidad de asumir la nueva tarea no lo dudó y volvió a dar clases, aunque de una manera insospechada.
"Lo más complicado es preparar una clase a la altura del promedio de los estudiantes del país, porque cuando uno está frente al aula sabe quién es más aventajado o quien lo es menos, y actúa en consecuencia", explicó la maestra.
No estar frente al estudiante, obliga a los docentes a ser muy claros y precisos, pues el alumno no puede preguntar, ni pedir que se regrese sobre algún contenido.
"Lo más importante es que nuestros niños aprendan, que se sientan motivados, que cada encuentro constituya también para ellos un reto del conocimiento", dijo convencida Rodríguez.
Matemáticas, Español e Historia de Cuba, asignaturas consideradas como básicas, son las principales que se imparten en clases de media hora, pero además se ofrecen repasos para quienes están a punto de enfrentar los exámenes de ingreso a la universidad.
Los docentes se han convertido también en promotores de la salud, pues al término de cada clase insisten a los alumnos y a todos los televidentes sobre la necesidad de que permanezcan en casa y cumplan con responsabilidad las medidas dispuestas.
Esa idea es respaldada por la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, para quien "lo fundamental es seguir cumpliendo con las medidas de aislamiento previstas" y aprovecharlas "para dedicar tiempo al estudio individual".
El Canal Educativo, que transmite en señal abierta, ya ha acumulado ahora más de 300 teleclases que han ocupado más de 490 horas de transmisión, una labor que ha demandado un esfuerzo extra.
"Las condiciones han sido realmente excepcionales, pues hemos tenido que trabajar con el mínimo de personal para cumplir las medidas sanitarias", aseguró la directora del Canal Educativo, Aniuska Riquenes.
La directora señaló que la única diferencia que ha tenido el sistema educativo cubano por estos días es que los niños no están físicamente en las escuelas, pero el proceso educacional ha continuado ahora desde casa.
Aunque en la década de los 80 del siglo pasado, la televisión cubana transmitió algunas clases, entre ellas de idioma ruso, es la primera vez que el sistema educacional, desde la primaria al preuniversitario, pone la carga docente sobre los televisores, una decisión que ha evitado perder el curso escolar.