Por Meng Yifei, Che Xiaohui, Zhou Ying y Lu Hao
GUANGZHOU, 5 jun (Xinhua) -- Entre parques industriales y relucientes rascacielos recién construidos en el distrito de Shunde, uno de los centros de la industria de los electrodomésticos en el sur de China, un gran bosque de bambú poblado de ardeidas se roba el espectáculo. Durante los últimos 20 años, Xian Quanhui ha dedicado buena parte de su tiempo a cuidar de las plantas y de las aves.
Xian Quanhui navega por el riachuelo que él mismo hizo verificando la condición de las ardeidas. En 2003, Xian cavó un foso alrededor del arbolado y plantó grandes banianos, separando el bosque del mundo exterior. Este "paraíso de las ardeidas" está en el distrito de Shunde de la ciudad de Foshan, en la provincia meridional china de Guangdong. (Xinhua/Wang Ruiping)
Este paraíso de garzas tiene una superficie de casi 11,7 hectáreas, equivalente a 16 campos de fútbol, 8,7 hectáreas de las cuales están sembradas con bambú.
Los bosques de bambú son el entorno preferido de las ardeidas. Cada año nacen en la arboleda casi 20.000 de ellas. A pesar de estar rodeado por calles concurridas y zonas residenciales, este edén aviar es un oasis de tranquilidad.
Famoso por su labor del cuidado de las aves, a Xian lo conocen como "niao shu", que en chino significa "el tío de los pájaros".
Habiendo crecido en el campo, Xian tenía una particular habilidad para armar andamios. En los años 90, debido a la aceleración de la urbanización, montar andamios se convirtió en una de las labores indispensables y mejor pagadas en el sector de la construcción. Por esto, el bambú, como materia prima fundamental, vio crecer rápidamente su cotización. Y ser el dueño de un bosque de esta madera se convirtió en el sueño de Xian.
En 1998, Xian alquiló 11,3 hectáreas de tierra y las plantó con bambú.
Sin embargo, inesperadamente, en el primer invierno después de la siembra los arbustos empezaron a llenarse de nidos. Entre más bambú plantaba Xian, más "huéspedes" llegaban a su bosque.
Es usual que las aves migratorias vuelen hacia el sur para escapar a los gélidos inviernos del norte, y normalmente ellas ya tienen identificadas las áreas en las que pueden establecer sus hogares mientras regresa la primavera y pueden volar de vuelta al norte. Pero un nuevo bosque constituía una tentación imposible de ignorar.
Ante esta realidad, Xian se encontró frente a un gran dilema: empezar a cortar el bambú para hacerse rico con los andamios o mantener el bosque y garantizar que las garzas tuvieran un lugar seguro donde pasar el invierno.
Bandadas de ardeidas descansan en las copas de los árboles del bosque sembrado por Xian Quanhui, en el distrito de Shunde de la ciudad de Foshan, en la provincia meridional china de Guangdong. (Xinhua/Wang Ruiping)
Su corazón de campesino se inclinó por la naturaleza, y por eso, desde 2003 no ha cortado un solo árbol de bambú, y les ha dado a las ardeidas, la especie que se instaló en su bosque, un hábitat natural.
"En el mundo hay mucha gente que tiene dinero, casas o automóviles. Ellos son más ricos que yo, pero yo tengo aves que ellos no pueden tener", dice entre risas.
Para mantener la ecología original y proteger a las aves, cavó un foso alrededor del arbolado y plantó grandes banianos, separando el bosque del mundo exterior.
"No tuve más remedio, la gente comenzó a aprovecharse", justifica. El canal cumplió con su objetivo inicial de detener a las personas que se robaban las aves, pero con el tiempo llevó a que en el bosque surgiera una ecología de humedal. Con alevines y camarones pequeños traídos por el mismo Xian, la zona se convirtió en una posada de ensueño para las garzas.
"Tengo dos hijos. Este bosque con los pájaros es mi tercer hijo", bromea.
En los 20 años que lleva protegiendo el entorno y las aves, Xian ha experimentado cambios notorios. "La gente está prestando cada vez más atención al medio ambiente, y la aplicación de la ley sobre el medio ambiente por parte del Gobierno se está volviendo más estricta. La cantidad de personas que participan en actividades para proteger las aves también crece día tras día", celebra.
En la actualidad, el paraíso de aves se ha convertido en un centro local de práctica social, atrayendo cada año a decenas de miles de estudiantes y amantes de la naturaleza a la observación de aves.
De acuerdo con Xian, el desarrollo de la urbanización hace que el número de edificios no pare de crecer, y eso hace aún más valioso el hábitat que él ha creado para las garzas.
Una garza alza vuelo en el bosque de bambú sembrado por Xian Quanhui, en el distrito de Shunde de la ciudad de Foshan, en la provincia meridional china de Guangdong. (Xinhua/Wang Ruiping)
"Muchos chicos vienen aquí con curiosidad y se emocionan al ver tantas aves. Quiero preservar este lugar para que los niños puedan acercarse a la naturaleza", afirma.
De acuerdo con la planificación urbana del distrito, el bosque de ardeidas de Xian ha sido incluido en un programa de espacios verdes y parques urbanos, y no será utilizado con fines residenciales, comerciales ni industriales.