(Multimedia) Cuba apuesta a tratamiento propio para combatir el nuevo coronavirus

Actualizado 2020-05-31 10:50:34 | Spanish. xinhuanet. com

Imagen del 31 de marzo de una médica atendiendo a una paciente en un hospital del municipio Plaza de la Revolución, en La Habana, Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 30 may (Xinhua) -- Cuba hace hoy una fuerte apuesta a su propio tratamiento que busca disminuir la hiperinflamación y así evitar la muerte de los pacientes graves aquejados por el nuevo coronavirus.

"En el mundo fallece el 80 por ciento de los pacientes que llegan a un estado crítico, mientras que en Cuba precisamente ese porciento es el que se salva", dijo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en un reciente encuentro con un grupo de científicos que encabezan el enfrentamiento a la pandemia en la isla.

En la reunión el mandatario reconoció el aporte de la biotecnología cubana que produce medicamentos como el péptido CIGB-258 y el anticuerpo monoclonal humanizado Anti Cd6, conocido como Itolizumab.

"Van jugando un importante papel y están dando resultado en evitar la muerte de pacientes graves y críticos", destacó el jefe de Estado en referencia a esos dos medicamentos.

El CIGB-258 es producido por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, y está en fase de investigación en el tratamiento de la artritis reumatoide, pero se puso en función de los contagiados al detectarse en la isla el nuevo coronavirus hace casi tres meses.

La investigadora del CIGB y gerente del proyecto, Gillian Martínez, explicó en la televisión local que ese péptido fue diseñado para activar los mecanismos que controlan y disminuyen los procesos inflamatorios.

Detalló que de 49 pacientes a los que les fue suministrado, sobrevivió el 78,2 por ciento de los enfermos en estado crítico, y en el caso de los graves ese índice se elevó hasta el 92 por ciento, datos que consideró como "alentadores" ante la baja tasa mundial de supervivencia de los pacientes críticos, que ronda el 30 por ciento.

De manera similar, el Itolizumab se ha mostrado muy efectivo para controlar la llamada tormenta de citoquinas, una reacción descontrolada del sistema inmune que puede tener consecuencias mortales.

Ese medicamento, que desde 2014 se produce en la isla, se utiliza para tratar otras afecciones como la soriasis y la artritis reumatoide y ha sido empleado en 70 pacientes con alto riesgo de agravamiento.

En el protocolo clínico cubano se utiliza también la Biomodulina-T, definida como "un inmunomodulador biológico de origen natural con acción citorestauradora" que es usado en "pacientes con disfunción inmunológica, sobre todo de tipo celular, asociada al deterioro gradual del sistema inmune provocado por el envejecimiento".

Rubén Ruiz confecciona una careta de protección médica, en La Habana, capital de Cuba, el 27 de mayo de 2020. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Ese medicamento, que desde hace más de dos décadas se emplea para tratar infecciones respiratorias recurrentes en ancianos, se utiliza ahora de manera preventiva con los viajeros que regresan a la isla.

Los contagiados reciben también el antirretroviral Kaletra y la cloroquina, aunque en los casos graves y críticos se suman la eritropoyetina, el Surfacén, un humectante de origen animal empleado en el tratamiento del distrés respiratorio agudo, y el mencionado CIGB-258.

En un primer momento, las autoridades sanitarias cubanas utilizaron, como se hizo en China, el Interferón Alfa 2B Recombinante, un fármaco producido en la isla.

Ese medicamento se aplicó primero, tres veces a la semana por vía intramuscular, tanto a pacientes confirmados como a sospechosos, y después comenzó a suministrarse en forma de gotas nasales al personal de salud.

Esa estrategia clínica parece haber funcionado en la contención del brote, aunque esta semana ha habido un ligero repunte, pero aún por debajo del pico de abril, cuando el monto rondaba el medio centenar diario.

En la isla es obligatorio el uso en espacios públicos de mascarillas, llamados nasobucos en Cuba, y aunque las autoridades no han decretado el confinamiento domiciliario, piden a los ciudadanos no salir de casa excepto para actividades imprescindibles.

Además, unos 28.000 estudiantes de medicina realizan pesquisas diarias, puerta por puerta, para detectar a personas con síntomas de contagio, los que tras ser consultados por los médicos son ingresados en hospitales o centros de aislamiento, de acuerdo con la evolución de la enfermedad.

De manera paralela, en la industria biofarmacéutica cubana los científicos trabajan también en la búsqueda de una vacuna contra el SARS-Cov-2, que aún parece lejana.

"Que nosotros salgamos con una vacuna terminaría de redondear la hazaña que se ha hecho", dijo días atrás Díaz-Canel, quien subrayó que esa sería también una contribución importante desde todos los puntos de vista.

Cuba, con 83 fallecidos hasta este sábado, tiene un índice de letalidad de 4,09 por ciento, lo que la sitúa en el lugar 16 entre los 35 países de Las Américas, región que tiene un promedio de 5,77.

 
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(Multimedia) Cuba apuesta a tratamiento propio para combatir el nuevo coronavirus

Spanish.xinhuanet.com 2020-05-31 10:50:34

Imagen del 31 de marzo de una médica atendiendo a una paciente en un hospital del municipio Plaza de la Revolución, en La Habana, Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 30 may (Xinhua) -- Cuba hace hoy una fuerte apuesta a su propio tratamiento que busca disminuir la hiperinflamación y así evitar la muerte de los pacientes graves aquejados por el nuevo coronavirus.

"En el mundo fallece el 80 por ciento de los pacientes que llegan a un estado crítico, mientras que en Cuba precisamente ese porciento es el que se salva", dijo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en un reciente encuentro con un grupo de científicos que encabezan el enfrentamiento a la pandemia en la isla.

En la reunión el mandatario reconoció el aporte de la biotecnología cubana que produce medicamentos como el péptido CIGB-258 y el anticuerpo monoclonal humanizado Anti Cd6, conocido como Itolizumab.

"Van jugando un importante papel y están dando resultado en evitar la muerte de pacientes graves y críticos", destacó el jefe de Estado en referencia a esos dos medicamentos.

El CIGB-258 es producido por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, y está en fase de investigación en el tratamiento de la artritis reumatoide, pero se puso en función de los contagiados al detectarse en la isla el nuevo coronavirus hace casi tres meses.

La investigadora del CIGB y gerente del proyecto, Gillian Martínez, explicó en la televisión local que ese péptido fue diseñado para activar los mecanismos que controlan y disminuyen los procesos inflamatorios.

Detalló que de 49 pacientes a los que les fue suministrado, sobrevivió el 78,2 por ciento de los enfermos en estado crítico, y en el caso de los graves ese índice se elevó hasta el 92 por ciento, datos que consideró como "alentadores" ante la baja tasa mundial de supervivencia de los pacientes críticos, que ronda el 30 por ciento.

De manera similar, el Itolizumab se ha mostrado muy efectivo para controlar la llamada tormenta de citoquinas, una reacción descontrolada del sistema inmune que puede tener consecuencias mortales.

Ese medicamento, que desde 2014 se produce en la isla, se utiliza para tratar otras afecciones como la soriasis y la artritis reumatoide y ha sido empleado en 70 pacientes con alto riesgo de agravamiento.

En el protocolo clínico cubano se utiliza también la Biomodulina-T, definida como "un inmunomodulador biológico de origen natural con acción citorestauradora" que es usado en "pacientes con disfunción inmunológica, sobre todo de tipo celular, asociada al deterioro gradual del sistema inmune provocado por el envejecimiento".

Rubén Ruiz confecciona una careta de protección médica, en La Habana, capital de Cuba, el 27 de mayo de 2020. (Xinhua/Joaquín Hernández)

Ese medicamento, que desde hace más de dos décadas se emplea para tratar infecciones respiratorias recurrentes en ancianos, se utiliza ahora de manera preventiva con los viajeros que regresan a la isla.

Los contagiados reciben también el antirretroviral Kaletra y la cloroquina, aunque en los casos graves y críticos se suman la eritropoyetina, el Surfacén, un humectante de origen animal empleado en el tratamiento del distrés respiratorio agudo, y el mencionado CIGB-258.

En un primer momento, las autoridades sanitarias cubanas utilizaron, como se hizo en China, el Interferón Alfa 2B Recombinante, un fármaco producido en la isla.

Ese medicamento se aplicó primero, tres veces a la semana por vía intramuscular, tanto a pacientes confirmados como a sospechosos, y después comenzó a suministrarse en forma de gotas nasales al personal de salud.

Esa estrategia clínica parece haber funcionado en la contención del brote, aunque esta semana ha habido un ligero repunte, pero aún por debajo del pico de abril, cuando el monto rondaba el medio centenar diario.

En la isla es obligatorio el uso en espacios públicos de mascarillas, llamados nasobucos en Cuba, y aunque las autoridades no han decretado el confinamiento domiciliario, piden a los ciudadanos no salir de casa excepto para actividades imprescindibles.

Además, unos 28.000 estudiantes de medicina realizan pesquisas diarias, puerta por puerta, para detectar a personas con síntomas de contagio, los que tras ser consultados por los médicos son ingresados en hospitales o centros de aislamiento, de acuerdo con la evolución de la enfermedad.

De manera paralela, en la industria biofarmacéutica cubana los científicos trabajan también en la búsqueda de una vacuna contra el SARS-Cov-2, que aún parece lejana.

"Que nosotros salgamos con una vacuna terminaría de redondear la hazaña que se ha hecho", dijo días atrás Díaz-Canel, quien subrayó que esa sería también una contribución importante desde todos los puntos de vista.

Cuba, con 83 fallecidos hasta este sábado, tiene un índice de letalidad de 4,09 por ciento, lo que la sitúa en el lugar 16 entre los 35 países de Las Américas, región que tiene un promedio de 5,77.

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