MONTEVIDEO, 10 may (Xinhua) -- Uruguay confirmó hoy un nuevo fallecimiento por COVID-19 y elevó a 19 la cifra total de víctimas fatales de la enfermedad, según el balance diario que divulgó esta noche el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae).
El deceso corresponde a un paciente de 85 años de Montevideo que vivía en un residencial de adultos mayores, detalló el reporte oficial.
Desde que se declaró la emergencia sanitaria el 13 de marzo el país sudamericano acumula 707 casos de COVID-19 tras verificar hoy cinco nuevos positivos.
Del total de personas contagiadas, 171 tienen la infección en curso -ocho están hospitalizadas en cuidados intensivos- y 517 ya se recuperaron.
Este domingo se realizaron 563 análisis y desde que comenzó la epidemia 28.024 test, con 831 positivos, aunque esa cifra incluye a personas que dieron positivo más de un test.
La epidemia está concentrada en la capital, Montevideo (con 124 activos de un total de 171), y hay personas contagiadas en otros siete de los 19 departamentos en los que se divide el país.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dijo el miércoles que con "cuidado" de la salud se deben "acelerar" los "motores de la economía" para superar la crisis económica y social generada por la pandemia del COVID-19.
"La conducta que tuvieron los uruguayos ayudó a que no se disparen los contagios", evaluó Lacalle y aseguró que se está "bastante lejos" de la saturación del sistema sanitario ante la pandemia.
Uruguay está en un proceso de normalización de algunas actividades que incluyó las semanas previas el retorno de la construcción y buena parte de las escuelas rurales y esta semana la reapertura de los comercios ubicados en avenidas y las oficinas estatales.
Tras decretarse la emergencia sanitaria con la detección de los primeros casos se definió la prohibición de los espectáculos públicos, la suspensión de las clases de la enseñanza, el cierre de los grandes centros comerciales y se exhortó al "aislamiento social".
Como respuesta a la pandemia el gobierno creó el Fondo Coronavirus para atender las necesidades sanitarias y sociales, que se nutrirá con aportes de recortes en los salarios elevados del Estado, utilidades de empresas públicas y préstamos de organismos multilaterales de crédito.