ESPECIAL: "Los caminantes" empujados por la pandemia COVID-19 en Perú

Actualizado 2020-04-30 09:56:50 | Spanish. xinhuanet. com

LIMA, 29 abr (Xinhua) -- Los primeros "caminantes" que hicieron aparición en las calles de Lima fueron los migrantes de la región Huancavelica que habían perdido sus trabajos por la cuarentena decretada debido a la pandemia por el nuevo coronavirus (COVID-19).

Dos meses de paralisis económica para combatir al virus, los dejó sin trabajo y, literalmente, en la calle, después de ser desalojados de las habitaciones donde vivían con sus familias.

Ahora, se han echado a las carreteras a caminar, desafiando los riesgos del contagio y los controles impuestos por las autoridades, porque quieren regresar caminando a sus provincias de origen, donde tienen más oportunidades de sobrevivir.

Carlos Pérez, originario de la región surandina de Huancavelica, dijo a Xinhua que sin ingreso económico se encuentra expuestos a morir de hambre o también por el COVID-19, cuyos efectos en este país ya han alcanzan los 33.931 casos y 943 muertos.

"El hambre aprieta, la verdad que ya no tenemos qué comer, porque debido a la cuarentena no se puede trabajar. Ahora, cogí mi mochila y he decidido retornar a mi pueblo", anotó.

Pérez fue despedido de la empresa de construcción civil, donde trabajó dos años, construyendo algunos edificios en el distrito financiero de San Isidro, donde en los últimos años se registraba una intensa actividad inmobiliaria.

"Allá me esperan mi familia, mis esposa, mis dos hijos y mis padres, que se dedican al cultivo de papa y quinua, por lo menos tendré comida segura", subrayó.

Pérez, como cientos de otros migrantes andinos que trabajan en Lima, es un "guerrero" acostumbrado a la lucha diaria. Estos "caminantes" son las víctimas sociales del nuevo coronavirus.

Gilberto Chapana, un trabajador de una fábrica textil, quedó desempleado hace poco porque el dueño de la empresa ya no puede pagarles el salario.

Llegó hace 10 años desde la remota ciudad de Puno, a 1.540 kilómetros al sur de Lima, y había vivido, hasta antes de la pandemia, con un salario que le alcanzaba para pagar cuarto y comida.

"Quiero que nos apoyen, aquí estamos sin comer, con frío y hambre, gobierno regional de Puno, por favor, estamos muriendo aquí de hambre y de frío. Que nos apoyen los congresistas", anotó.

Desde hace tres días duerme en las calles, aguantando el frío y espera el nuevo día para seguir caminando, sin perder la esperanza de que sea sometido a una prueba de detección de la COVID-19 para viajar a su pueblo.

Estos caminantes reflejan el sufrimiento humano en sus rostros cansados, quemados por el sol y desdibujados por la desesperanza, caminan en largas hileras, llevando sus frazadas, algunos utensilios y poca ropa.

Alejandro Berrocal también se unió a esta marcha interminable de gente pobre, pero llena de fuerza de voluntad que busca el camino de retorno a la casa familiar, donde nació hace tres décadas.

"Estoy fracturado de la pierna, alojado en el distrito de Villa María" con mi esposa y mi hijo, expresó este curtido hombre que se ha batido con fiereza por salir de la pobreza.

Berrocal, un hombre de aspecto tranquilo, camina a pasos largos, cojeando, como queriendo ganar tiempo para llegar a "casa", donde lo esperan sus padres.

Mientras camina, con otros cientos de "caminantes" recordó con tristeza que ya había hecho planes para viajar a su pueblo, cuando se decretaron las medidas de excepción para combatir el COVID-19.

"Cuando estaba para irme ya, se decretó estado de emergencia, por esta enfermedad, ya no pude regresar. Ahora toda mi chacra está botado (abandonado). No hay nadie quien recoge, toda mi chacra esta botada, la gente se ha recogido (cosechado). Quiero regresar a mi tierra", subrayó.

El impacto económico de esta pandemia en Perú amenaza con acabar con 3,5 millones de empleos, que se suman a los cerca de 700 mil desempleados que ya había en este país antes de la crisis sanitaria.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) lanzó iniciativas de ayuda social con la entrega de bonos económicos para estas familias por un monto de 220 dólares para mitigar los efectos sociales de la cuarentena que culminará el próximo 10 de mayo.

 
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ESPECIAL: "Los caminantes" empujados por la pandemia COVID-19 en Perú

Spanish.xinhuanet.com 2020-04-30 09:56:50

LIMA, 29 abr (Xinhua) -- Los primeros "caminantes" que hicieron aparición en las calles de Lima fueron los migrantes de la región Huancavelica que habían perdido sus trabajos por la cuarentena decretada debido a la pandemia por el nuevo coronavirus (COVID-19).

Dos meses de paralisis económica para combatir al virus, los dejó sin trabajo y, literalmente, en la calle, después de ser desalojados de las habitaciones donde vivían con sus familias.

Ahora, se han echado a las carreteras a caminar, desafiando los riesgos del contagio y los controles impuestos por las autoridades, porque quieren regresar caminando a sus provincias de origen, donde tienen más oportunidades de sobrevivir.

Carlos Pérez, originario de la región surandina de Huancavelica, dijo a Xinhua que sin ingreso económico se encuentra expuestos a morir de hambre o también por el COVID-19, cuyos efectos en este país ya han alcanzan los 33.931 casos y 943 muertos.

"El hambre aprieta, la verdad que ya no tenemos qué comer, porque debido a la cuarentena no se puede trabajar. Ahora, cogí mi mochila y he decidido retornar a mi pueblo", anotó.

Pérez fue despedido de la empresa de construcción civil, donde trabajó dos años, construyendo algunos edificios en el distrito financiero de San Isidro, donde en los últimos años se registraba una intensa actividad inmobiliaria.

"Allá me esperan mi familia, mis esposa, mis dos hijos y mis padres, que se dedican al cultivo de papa y quinua, por lo menos tendré comida segura", subrayó.

Pérez, como cientos de otros migrantes andinos que trabajan en Lima, es un "guerrero" acostumbrado a la lucha diaria. Estos "caminantes" son las víctimas sociales del nuevo coronavirus.

Gilberto Chapana, un trabajador de una fábrica textil, quedó desempleado hace poco porque el dueño de la empresa ya no puede pagarles el salario.

Llegó hace 10 años desde la remota ciudad de Puno, a 1.540 kilómetros al sur de Lima, y había vivido, hasta antes de la pandemia, con un salario que le alcanzaba para pagar cuarto y comida.

"Quiero que nos apoyen, aquí estamos sin comer, con frío y hambre, gobierno regional de Puno, por favor, estamos muriendo aquí de hambre y de frío. Que nos apoyen los congresistas", anotó.

Desde hace tres días duerme en las calles, aguantando el frío y espera el nuevo día para seguir caminando, sin perder la esperanza de que sea sometido a una prueba de detección de la COVID-19 para viajar a su pueblo.

Estos caminantes reflejan el sufrimiento humano en sus rostros cansados, quemados por el sol y desdibujados por la desesperanza, caminan en largas hileras, llevando sus frazadas, algunos utensilios y poca ropa.

Alejandro Berrocal también se unió a esta marcha interminable de gente pobre, pero llena de fuerza de voluntad que busca el camino de retorno a la casa familiar, donde nació hace tres décadas.

"Estoy fracturado de la pierna, alojado en el distrito de Villa María" con mi esposa y mi hijo, expresó este curtido hombre que se ha batido con fiereza por salir de la pobreza.

Berrocal, un hombre de aspecto tranquilo, camina a pasos largos, cojeando, como queriendo ganar tiempo para llegar a "casa", donde lo esperan sus padres.

Mientras camina, con otros cientos de "caminantes" recordó con tristeza que ya había hecho planes para viajar a su pueblo, cuando se decretaron las medidas de excepción para combatir el COVID-19.

"Cuando estaba para irme ya, se decretó estado de emergencia, por esta enfermedad, ya no pude regresar. Ahora toda mi chacra está botado (abandonado). No hay nadie quien recoge, toda mi chacra esta botada, la gente se ha recogido (cosechado). Quiero regresar a mi tierra", subrayó.

El impacto económico de esta pandemia en Perú amenaza con acabar con 3,5 millones de empleos, que se suman a los cerca de 700 mil desempleados que ya había en este país antes de la crisis sanitaria.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) lanzó iniciativas de ayuda social con la entrega de bonos económicos para estas familias por un monto de 220 dólares para mitigar los efectos sociales de la cuarentena que culminará el próximo 10 de mayo.

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