SANTIAGO, 27 abr (Xinhua) -- El plebiscito para modificar la Constitución de Chile estaba fechado originalmente para el domingo 26 de abril, pero fue suspendido debido a la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).
Su postergación, sin embargo, no evitó que persistiera el debate sobre la nueva redacción de la Carta Magna del país en la clase política y la ciudadanía.
El gobierno chileno aclaró el domingo que trabajan para que el plebiscito se celebre el 25 de octubre próximo, la nueva fecha acordada por la clase política del país.
Sin embargo, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, deslizó el domingo por la noche, en una entrevista, la posibilidad de aplazar nuevamente la votación porque la recesión económica "va a ser tan grande", como consecuencia de la paralización de varias áreas económicas por la pandemia.
"Va a poner tantos desafíos a todos los países, incluyendo a Chile, que éste es un tema (plebiscito) que quizás se va a volver a discutir", explicó.
El escenario planteado por el presidente provocó una división en el oficialismo y un rechazo en la oposición, quienes explicaron en un comunicado, este lunes, que "el gobierno por razones inexplicables ha instalado en el debate público la modificación del cronograma electoral y, particularmente, la postergación del plebiscito constitucional".
El ministro chileno de Salud, Jaime Mañalich, comentó este lunes que, aunque falten seis meses para la celebración del plebiscito, "todavía es difícil predecir cómo se va a configurar el escenario para ese momento, dado que la evolución del virus en la sociedad es rápida".
"Desde el punto de vista sanitario, la preocupación fundamental es en qué medida una situación de salud que afecta al país pone en riesgo la participación en estos distintos procesos", abundó.
La semana pasada, el Colegio Médico de Chile llamó a reevaluar las condiciones para celebrar la votación un mes antes de la nueva fecha estipulada con el fin de asegurar la salud de los sufragantes.
La presidenta del gremio, Izkia Siches, aseveró que la fecha debe estar sujeta también a las actividades que circundan al plebiscito, y que se realizarán antes de la votación, como la campaña en las calles y los actos políticos.
Esta jornada, la consultora Plaza Pública Cadem difundió un estudio que detalló que el 50 por ciento de los encuestados manifestó que la elección debe postergarse hasta que la emergencia por la COVID-19 esté superada.
En tanto, un 35 por ciento se inclinó por su realización el 25 de octubre, y el 12 por ciento apuntó que debería cancelarse de forma permanente.
Pese a los cordones sanitarios y las comunas en cuarentena en la capital chilena, un grupo de unas 50 personas se reunió el domingo en la Plaza Italia, el punto de encuentros masivos en Chile, para manifestarse a favor del proceso constituyente y evitar su cancelación.
Las personas vistieron overoles, guantes y mascarillas, y mantuvieron la distancia social, según las versiones difundidas por la prensa local; sin embargo, los Carabineros (policía militarizada) detuvieron a cinco personas por desórdenes públicos.
En la misma línea, diferentes plataformas digitales, incluidas las redes sociales como Twitter y Facebook, sirvieron para que ciudadanos chilenos realizaran "plebiscitos simbólicos" el domingo, la fecha original de la votación.
La convocatoria para el Plebiscito Nacional es resultado de un acuerdo político tras el estallido social que inició el pasado 18 de octubre con masivas protestas en todo el país, en rechazo a la desigualdad, al encarecimiento de la vida y al modelo económico neoliberal instalado durante el gobierno militar (1973-1990).
