Por Luis Brito
Imagen del 24 de marzo de 2020 de un vendedor de fruta esperando por clientes en una calle, en la Ciudad de México, capital de México. La quinta metrópoli más poblada del mundo redujo notoriamente su acelerado ritmo desde la clausura de los recintos masivos. Sólo el primer día de cierre representó pérdidas en ventas por 48,4 millones de dólares para los negocios formales, estimó la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la capital mexicana. (Xinhua/Francisco Cañedo)
MEXICO, 29 mar (Xinhua) -- Maribel Méndez, una mujer de 47 años que vende artesanías mexicanas afuera del Museo de Antropología, teme endeudarse para subsistir durante la pandemia por COVID-19, que obligó a las autoridades de Ciudad de México a cerrar escuelas, museos, bares, cines, deportivos y otros establecimientos a partir del 23 de marzo.
"Si no trabajo no me pagan. Voy a tener que endeudarme, voy a tener que empeñar cosas", contó la vendedora mexicana, quien vive en un suburbio de la capital y gana 150 pesos (6,4 dólares) diarios vendiendo sus productos en el exterior del museo más visitado de la Ciudad de México.
Méndez figura dentro del 56 por ciento de mexicanos que trabaja en la economía informal, sin seguridad social ni registros tributarios, un sector que subsiste con ingresos diarios y que verá agravada su situación ante el freno de la vida cotidiana por el coronavirus.
La quinta metrópoli más poblada del mundo redujo notoriamente su acelerado ritmo desde la clausura de los recintos masivos. Sólo el primer día de cierre representó pérdidas en ventas por 48,4 millones de dólares para los negocios formales, estimó la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la capital mexicana.
El puesto de ventas de Maribel permanecerá cubierto de lonas a manera de cerradura al menos hasta el 16 de abril próximo, cuando estaba programado que concluya la disposición tomada por el gobierno local a medida que los contagios aumentaron en la capital y en México.
"¿Miedo a la enfermedad? No. Incertidumbre porque qué vamos a hacer sin trabajo" insistió Maribel, quien en 30 años sólo cerró el puesto por la pandemia de influenza que afectó a México en 2009.
Los contagios por COVID-19 aumentaron en México desde los cinco pacientes a inicios de marzo a los 993 casos con 20 muertes hasta el 29 de marzo, con la capital liderando las entidades con más cantidad.
Igual que los vendedores, taxistas basados en el exterior del Auditorio Nacional, uno de los más importantes del mundo, expusieron que sus ingresos se desplomaron 90 por ciento a medida que las calles se vaciaban de gente.
Gregorio Mejía, un conductor de taxis, relató desesperado que en ocho horas realizó un viaje por 3,8 dólares cuando, normalmente, llevaría 42,8 dólares por 20 servicios diarios a oficinistas, turistas o asistentes al auditorio, que cerró y pospuso fechas de espectáculos.
"Tenemos que salir a buscar el pan", apuntó el hombre de 56 años con tres décadas como taxista y agregó: "No tengo miedo, de lo que tengo miedo es el dinero que no tengo en mi bolsa".
El sector de oficios y pequeños negocios que integran la informalidad en México será afectado por la menor actividad durante un mes, explicó el director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef).
"El gran interrogante es qué va a pasar porque si no se atiende bien este foco, se puede convertir en un problema no sólo económico, sino social muy grave", destacó el experto.
