BUENOS AIRES, 9 mar (Xinhua) -- La caída de las acciones y bonos en América Latina durante el llamado "lunes negro" refleja que ante eventuales contratiempos internacionales los capitales continúan saliendo de países emergentes, opinó hoy el economista argentino Pablo Bortz.
En entrevista con Xinhua, el codirector del Centro de Estudios Económicos del Desarrollo de la Universidad de San Martín se refirió al descenso registrado en los mercados globales como consecuencia del desplome de los precios del petróleo y del temor ante la propagación del nuevo coronavirus (COVID-19).
El también becario post-doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) hizo énfasis en Latinoamérica dónde, además del retroceso en las bolsas, las monedas locales reportaron devaluaciones frente al dólar estadounidense.
"En toda la región el origen es el mismo, hay una salida de capitales de países emergentes aunque un aumento de las percepciones del riesgo a nivel mundial, por ende todos los activos de la región cayeron, los tipos de cambio se depreciaron fuertemente, con los precios de los bonos pasó lo mismo. Hubo una salida masiva de inversores de todos los activos financieros de la región", explicó.
El país de la región que registró la peor merma de su indicador bursátil fue Argentina, con una caída del índice Merval de 13,75 por ciento, liderada por un fuerte declive de 23 por ciento en las acciones de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
A la caída de acciones argentinas le siguieron la bolsa Bovespa de Brasil con pérdidas de 12,17 por ciento, el índice Colcap de Colombia con un retroceso de 10,53 por ciento, la Bolsa Mexicana de Valores que cayó 6,42 por ciento y la Bolsa de Santiago que mermó 4,58 por ciento.
Bortz explicó que, además del desplome de los precios del petróleo, producto de las tensiones entre los principales productores internacionales, y el temor por la propagación del coronavirus, se adhirió el "endeudamiento empresarial" que "presiona la situación de liquidez internacional".
"El endeudamiento empresario había crecido y los inversores quieren irse a activos más seguros, que son los del Tesoro norteamericano, de Alemania y Japón. Eso hace que muchas empresas, bancos e inversores, que siempre están endeudados y especulan con deuda, tuviesen que pagar adicionalmente por renovarlas y eso lleva a una crisis de liquidez del sistema financiero internacional", agregó.
Para el economista, la caída de los activos en la región de América Latina complica más la situación interna de los países que ya tienen problemas de balanza de pagos o de cuenta corriente.
"Esto complica más los frentes internos porque al caer los precios de los commodities, caen los precios de los principales productos de exportación de la región", puntualizó.
En el caso de Chile, el cobre descendió 2,9 por ciento a 2,48 dólares la libra física en la Bolsa de Metales de Londres. En Argentina, la soja cayó a 220 dólares por tonelada en línea con la caída alcanzada en la Bolsa de Chicago.
En la jornada financiera negativa también se evidenció la depreciación de las monedas que cayeron en Colombia (más del 5 por ciento), Brasil (a 4,80 reales por dólar), Uruguay (5,15 por ciento ), México (a 21,15 pesos mexicanos por dólar) y Chile (a 842 pesos por dólar).
En Argentina, la moneda local no se devaluó fuertemente "por los controles cambiarios", explicó Bortz, que atenuaron el alza de la divisa estadounidense promoviendo una intervención del Banco Central con ventas de hasta 100 millones de dólares en el mercado cambiario.
Para el economista argentino, los países de América Latina pueden enfrentar o "amortiguar" estos impactos externos mediante un buen nivel de reservas internacionales.
"De acuerdo a cuanto perdure este evento global, se verán los impactos más fuertes en los países que deberán, además, reacomodar su estructura productiva porque son economías primarias que exportan muchas materias primas, y ahora van a tener ese menor ingreso de divisas por concepto de exportaciones", concluyó.