COMENTARIO: Es tiempo de construir un momento positivo en las relaciones entre China y EE.UU.

Actualizado 2020-02-15 11:13:36 | Spanish. xinhuanet. com

BEIJING, 15 feb (Xinhua) -- Beijing y Washington redujeron el viernes algunos aranceles adicionales a las importaciones entre ellos, en línea con el acuerdo económico y comercial de fase uno que ambos firmaron el mes pasado en un intento conjunto para reducir la tensión.

Casi dos años después de que Estados Unidos iniciara unilateralmente la disputa, las dos principales economías del mundo finalmente están dando el primer paso sustancial para poner término al círculo vicioso de los aranceles "ojo por ojo" y volver al camino correcto.

El progreso ganado con esfuerzo trae un alivio a todo el mundo, que ha mostrado nerviosismo en medio de la creciente incertidumbre.

También es una prueba contundente de que China y Estados Unidos, a pesar de sus diferencias, son capaces de abordar sus problemas con base en los principios de igualdad y respeto mutuo.

Nadie gana en una guerra comercial; es una cuestión de quién pierde menos. En los últimos 18 meses han sido las empresas, los agricultores y los consumidores de EE.UU. los más afectados por la rabieta arancelaria de Washington.

Los datos del Departamento de Comercio de EE.UU. muestran que los consumidores y las empresas estadounidenses pagaron 42 mil millones de dólares adicionales desde febrero de 2018 hasta octubre de 2019 como resultado de las disputas comerciales.

Además, en los primeros siete meses de 2019, las exportaciones de bienes estadounidenses a China disminuyeron 18.2 por ciento, mientras que las importaciones disminuyeron 12.3 por ciento.

La razón por la cual el comercio bidireccional aumentó aproximadamente 252 veces de 2.500 millones de dólares en 1979 a 633.500 millones de dólares en 2018 es que es astronómicamente beneficioso para ambas partes.

Un informe publicado por la Brookings Institution en febrero de 2018 señaló que "las exportaciones estadounidenses a China respaldan alrededor de 1.8 millones de empleos en sectores como servicios, agricultura y bienes de capital".

A medida que los dos países se propusieron implementar el acuerdo de fase uno, un enorme potencial en el comercio bilateral está esperando ser aprovechado.

Actualmente, China está reestructurando su economía y siguiendo un patrón de crecimiento orientado a la calidad. También ha estado implementando una serie de medidas para nivelar el campo de juego doméstico.

Una economía china más abierta significa oportunidades de negocio más atractivas y rentables para los empresarios extranjeros, incluidos los inversores estadounidenses.

Para la comunidad global, una relación comercial vibrante entre China y EE.UU. también contribuirá a la estabilidad y la prosperidad mundiales.

Como comentó recientemente la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, el acuerdo comercial de fase una entre China y EE.UU. reducirá la incertidumbre que ha impedido el crecimiento económico mundial, a pesar del hecho deprimente de que, según cálculos del FMI, el efecto acumulativo del conflicto comercial podría significar una pérdida del 0,8 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, o alrededor 700 mil millones de dólares, para 2020.

En la siguiente etapa, para lograr una solución temprana y completa del problema comercial, los dos países deben implementar de buena fe el pacto conseguido, así como otros consensos importantes que el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, han alcanzado en diferentes ocasiones, lo que inyectará estabilidad en la economía mundial durante este momento incierto.

Actualmente, China está haciendo todo lo posible en su lucha contra la epidemia de neumonía derivada del nuevo coronavirus, y ha recibido donaciones de muchos sectores en Estados Unidos.

Esta epidemia es un recordatorio aleccionador de que la humanidad no está al margen de inesperados desafíos comunes, y se necesita con urgencia la cooperación entre los miembros de la comunidad internacional.

China y Estados Unidos, como dos países principales en el escenario mundial, tienen la responsabilidad especial de fomentar conjuntamente su asociación económica y ayudar a resolver las prioridades más apremiantes del mundo, como el cambio climático y otros problemas relacionados con el futuro bienestar de la humanidad.

"Qué gran éxito si, cuarenta años después, Estados Unidos y China pudieran fusionar sus esfuerzos no para sacudir al mundo, sino para construirlo", escribió en su libro "China" Henry Kissinger, exsecretario de Estado estadounidense y pionero en normalizar las relaciones entre los dos países.

Los primeros 40 años después de que Beijing y Washington establecieran oficialmente lazos diplomáticos, el 1 de enero de 1979, demuestran que cuando los dos países trabajan juntos, pueden hacer un gran bien para su pueblo y el mundo en general.

La que podría considerarse como la relación bilateral más importante en el mundo de hoy marcha hacia sus segundos 40 años, los dos países tienen en sus manos una amplia oportunidad de hacer un bien aún mayor para todos.

 
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COMENTARIO: Es tiempo de construir un momento positivo en las relaciones entre China y EE.UU.

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BEIJING, 15 feb (Xinhua) -- Beijing y Washington redujeron el viernes algunos aranceles adicionales a las importaciones entre ellos, en línea con el acuerdo económico y comercial de fase uno que ambos firmaron el mes pasado en un intento conjunto para reducir la tensión.

Casi dos años después de que Estados Unidos iniciara unilateralmente la disputa, las dos principales economías del mundo finalmente están dando el primer paso sustancial para poner término al círculo vicioso de los aranceles "ojo por ojo" y volver al camino correcto.

El progreso ganado con esfuerzo trae un alivio a todo el mundo, que ha mostrado nerviosismo en medio de la creciente incertidumbre.

También es una prueba contundente de que China y Estados Unidos, a pesar de sus diferencias, son capaces de abordar sus problemas con base en los principios de igualdad y respeto mutuo.

Nadie gana en una guerra comercial; es una cuestión de quién pierde menos. En los últimos 18 meses han sido las empresas, los agricultores y los consumidores de EE.UU. los más afectados por la rabieta arancelaria de Washington.

Los datos del Departamento de Comercio de EE.UU. muestran que los consumidores y las empresas estadounidenses pagaron 42 mil millones de dólares adicionales desde febrero de 2018 hasta octubre de 2019 como resultado de las disputas comerciales.

Además, en los primeros siete meses de 2019, las exportaciones de bienes estadounidenses a China disminuyeron 18.2 por ciento, mientras que las importaciones disminuyeron 12.3 por ciento.

La razón por la cual el comercio bidireccional aumentó aproximadamente 252 veces de 2.500 millones de dólares en 1979 a 633.500 millones de dólares en 2018 es que es astronómicamente beneficioso para ambas partes.

Un informe publicado por la Brookings Institution en febrero de 2018 señaló que "las exportaciones estadounidenses a China respaldan alrededor de 1.8 millones de empleos en sectores como servicios, agricultura y bienes de capital".

A medida que los dos países se propusieron implementar el acuerdo de fase uno, un enorme potencial en el comercio bilateral está esperando ser aprovechado.

Actualmente, China está reestructurando su economía y siguiendo un patrón de crecimiento orientado a la calidad. También ha estado implementando una serie de medidas para nivelar el campo de juego doméstico.

Una economía china más abierta significa oportunidades de negocio más atractivas y rentables para los empresarios extranjeros, incluidos los inversores estadounidenses.

Para la comunidad global, una relación comercial vibrante entre China y EE.UU. también contribuirá a la estabilidad y la prosperidad mundiales.

Como comentó recientemente la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, el acuerdo comercial de fase una entre China y EE.UU. reducirá la incertidumbre que ha impedido el crecimiento económico mundial, a pesar del hecho deprimente de que, según cálculos del FMI, el efecto acumulativo del conflicto comercial podría significar una pérdida del 0,8 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, o alrededor 700 mil millones de dólares, para 2020.

En la siguiente etapa, para lograr una solución temprana y completa del problema comercial, los dos países deben implementar de buena fe el pacto conseguido, así como otros consensos importantes que el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, han alcanzado en diferentes ocasiones, lo que inyectará estabilidad en la economía mundial durante este momento incierto.

Actualmente, China está haciendo todo lo posible en su lucha contra la epidemia de neumonía derivada del nuevo coronavirus, y ha recibido donaciones de muchos sectores en Estados Unidos.

Esta epidemia es un recordatorio aleccionador de que la humanidad no está al margen de inesperados desafíos comunes, y se necesita con urgencia la cooperación entre los miembros de la comunidad internacional.

China y Estados Unidos, como dos países principales en el escenario mundial, tienen la responsabilidad especial de fomentar conjuntamente su asociación económica y ayudar a resolver las prioridades más apremiantes del mundo, como el cambio climático y otros problemas relacionados con el futuro bienestar de la humanidad.

"Qué gran éxito si, cuarenta años después, Estados Unidos y China pudieran fusionar sus esfuerzos no para sacudir al mundo, sino para construirlo", escribió en su libro "China" Henry Kissinger, exsecretario de Estado estadounidense y pionero en normalizar las relaciones entre los dos países.

Los primeros 40 años después de que Beijing y Washington establecieran oficialmente lazos diplomáticos, el 1 de enero de 1979, demuestran que cuando los dos países trabajan juntos, pueden hacer un gran bien para su pueblo y el mundo en general.

La que podría considerarse como la relación bilateral más importante en el mundo de hoy marcha hacia sus segundos 40 años, los dos países tienen en sus manos una amplia oportunidad de hacer un bien aún mayor para todos.

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