Por Tian Rui y Zhu Yubo
BEIJING, 27 ene (Xinhua) -- Antes de la Fiesta de la Primavera, en una de las salas del Centro Cultural y Artístico China-Chile en Santiago, decenas de jóvenes ensayaban un espectáculo de arte tradicional chino, las danzas del león y el dragón, para celebrar el Año Nuevo chino del calendario lunar, bajo la dirección de su profesor y presidente del centro, Juan Carlos Ramírez.
El Año Nuevo Lunar, conocido también como "Fiesta de la Primavera", es la tradición más significativa de China y comienza el primer día del primer mes lunar y termina el día quince, cuando se celebra el Festival de los Faroles.
Este 2019 corresponde en el horóscopo chino a la rata, el primer animal en el zodiaco del país oriental.
Hace casi dos décadas, Ramírez, admirador de la cultura china, especialmente de las artes marciales, aprendió la danza del león y el dragón en Chile junto a su hijo "de forma muy poco tradicional". "No tienes las bases que te enseña un maestro chino, entonces quedas con vacíos", relató.
En la actualidad, el también fundador de de la Federación Chilena de la Danza del León y el Dragón se ha convertido en difusor de la cultura china y en "maestro" de alrededor de cien estudiantes jóvenes entre 15 y 30 años, a quienes se imparten disciplinas como el kung fu, el tai chi o la tradicional coreografía cantonesa.
"Para mí la cultura china no es un proyecto, se trata de vivir la cultura, yo vibro con la cultura china, y es muy sabroso saber que puedo colaborar a difundir el arte y la cultura china, al menos en Chile", indicó el profesor.
En la actualidad, cada día más latinoamericanos se incorporan a la difusión de la cultura china, lo cual atestigua la gran influencia de las tradiciones del país asiático al otro lado del Pacífico.
Andrés Lucas Valdés, instructor argentino de tai chi en el Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires, ya lleva más de 47 años practicando el disciplina y lo considera uno de los "tesoros de la cultura china".
"Creo que es muy importante la difusión del tai chi chuan porque de la misma manera que ha contribuido a mejorar la salud del pueblo chino, queremos que también lo haga, en ese sentido, con los argentinos que deseen integrarse a este tipo de prácticas", comentó Valdés.
Las culturas orientales y latinoamericanas anhelan para los años nuevos la buena salud y la felicidad, por lo que las celebraciones de nuevos calendarios cuentan con nutridas asistencias.
Por ejemplo en el Barrio Chino de la capital de Perú, Lima, muchos asisten a los rituales que durante la fiesta realiza uno de los maestros del sector con el fin de limpiarse, alejar las malas vibras, renovarse, hacer una reingeniería en diversos aspectos, como en las labores o en las conductas.
La comunidad china peruana, considerada una de las más pujantes de Latinoamérica, cuenta con una tradición de 170 años de presencia en Perú y se estima que en este país viven alrededor de 1,6 millones de personas de origen chino, gracias a los cuales los peruanos comparten una identidad sobre los animales del zodiaco.
"Esperamos como familia las mejores cosas por venir este año y yo celebro por mi hijita mayor que es rata, por esa razón estamos aquí", puntualizó una señora peruana, Keida Olarte, quien vino al Barrio Chino desde el distrito norteño de Puente Piedra a fin de pedir buena suerte para el año nuevo.
En la entrevista sostenida con Xinhua, Olarte expresó que estaba muy orgullosa de que su hija naciera en el año de la rata, lo que supone que la niña comparte las virtudes de este animal: la astucia, la inteligencia y la sabiduría.
Según el profesor argentino de mandarín en la Asociación Cultural Chino-Argentina Claudio González, la cultura es el elemento fundamental que habría que tratar de buscar y engranar lo más posible para unir a los pueblos.
González, becario del Instituto Confucio y graduado de la Universidad de Jilin, en el nordeste de China, ahora está dedicado a la enseñanza del chino y difusión de su cultura a sus alumnos para que ambas tradiciones se estrechen más.
"El rol de difusor cultural, me hace sentir parte importante de ese pequeño engranaje que hace girar la gran rueda de cooperación", concluyó el profesor.