Por Victoria Argüello
Imagen del 9 de enero de 2020 del maestro tai chi chuan, Andrés Lucas Valdés (frente), participando durante una práctica con parte de su equipo y alumnos del Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires, en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina. Practicantes y difusores de las tradiciones chinas en Argentina se preparan para recibir el Año Nuevo Lunar o la Fiesta de la Primavera el próximo 25 de enero, con deseos de buenos augurios para alcanzar una mayor integración cultural entre los dos países. (Xinhua/Martín Zabala)
BUENOS AIRES, 22 ene (Xinhua) - Practicantes y difusores de las tradiciones chinas en Argentina se preparan para recibir el Año Nuevo Lunar o la Fiesta de la Primavera el próximo 25 de enero, con deseos de buenos augurios para alcanzar una mayor integración cultural entre los dos países.
Distintos exponentes de la cultura china abogaron por un nuevo año lleno de sabiduría y de mayor entendimiento entre ambos pueblos: "Para el Año Nuevo de la Rata mi deseo es que China se interese más en Argentina y que, a su vez, Argentina pueda entender más la cultura china, más allá del aspecto comercial", expresó el profesor de chino Claudio González en un aula de la Asociación Cultural Chino Argentina en Buenos Aires.
En Argentina, los festejos por el Año Nuevo Chino no solo son de importancia para una comunidad china compuesta por más de 180.000 personas, sino también para los argentinos que junto a otras colectividades se han unido a dicha celebración, siendo esta una de las más concurridas de la capital porteña.
El creciente interés de los argentinos por China queda en evidencia con el repunte de actividades relacionadas a la cultura milenaria de este país, entre las que se encuentran la medicina tradicional, la práctica de artes marciales como el tai chi chuan y los cada vez más abarrotados salones de clase de idioma chino.
La Escuela de Medicina Tradicional China "An Mo", radicada en la ciudad de Buenos Aires, arrancó sus actividades con solo 35 alumnos en el año 2012, una cifra se multiplicó al cabo de ocho años hasta los 400 estudiantes de hoy.
El docente y director de la Escuela, Orlando Marcelo Gallardo, explicó en entrevista con Xinhua que año tras año ha habido una mayor concurrencia a la sede principal, lo que permitió explorar y, posteriormente, concretar la posibilidad de ampliar la oferta académica a otras provincias del país como Santa Fe (centro), Córdoba (centro), Salta (noroeste), Mendoza (este) y Río Negro (sur).
"La cantidad de alumnos va creciendo considerablemente cada año; hay muchas personas que se acercan a la escuela para aprender (...) creo que el interés que tiene la comunidad argentina de no solamente aprender sino hacerse tratar con la medicina tradicional china se debe a que es una medicina distinta, preventiva y natural", expresó Gallardo.
La Escuela ofrece carreras de tres años con opción de perfeccionamiento hasta seis años, que van desde la acupuntura, el diagnóstico oriental, masaje chino "tui na", auriculoterapia y moxibustión hasta la nutrición china y biología; Asimismo, ofrece una Diplomatura Universitaria en Medicina Tradicional China avalada por la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
A 30 minutos de la escuela, en otro punto de la capital, la Asociación Cultural Chino Argentina imparte clases de idioma y cultura china, desde donde uno de sus profesores, el argentino Claudio González, egresado de la Universidad de Jilin (Changchun) y becario del Instituto Confucio, indicó que pese a que el contacto entre ambas culturas se ha estrechado últimamente aún falta un mayor acercamiento.
"La cultura es el elemento fundamental que habría que tratar de buscar y engranar lo más posible para unir a los dos pueblos (...) todavía tenemos poco conocimiento como sociedad argentina de lo que es la cultura china aunque el contacto entre las dos culturas es cada vez mayor justamente por la influencia de China a nivel mundial", dijo González.
"El contacto humano es cada vez mayor, por eso es necesario que haya gente estudiando chino; no solo chinos que hablen español sino argentinos que hablen chino, y, en ese sentido, el rol de difusor cultural, del idioma chino, me hace sentir parte importante de ese pequeño engranaje que hace girar la gran rueda de cooperación entre ambos países", puntualizó el docente.
El Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires (ICUBA) es la primera institución de enseñanza de chino en el país, pero también allí la cultura del país asiático se extiende a la práctica de artes marciales como el tai chi chuan a cargo de uno de sus pioneros, Andrés Lucas Valdés, acompañado de los maestros Mirta Teresa Castro, Anabel Valdés (campeona mundial), Liliana Fabbri, Cristina Gazcón, Claudia Caminotti, Ángel de Mendonsa y Roberto Beas Ramos.
Valdés cuenta con más de 47 años de experiencia en la práctica del tai chi chuan en Argentina, un deporte milenario cuya efeméride es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que constituye uno de los "tesoros de la cultura china" en opinión de este profesor.
"Creo que es muy importante la difusión del 'tai chi chuan' porque de la misma manera que ha contribuido a mejorar la salud del pueblo chino, queremos que también lo haga, en ese sentido, con los argentinos que deseen integrarse a este tipo de prácticas", opinó.
Los difusores de la cultura china en Argentina esperan que este Año Nuevo Lunar Chino de la Rata, sea un ciclo asociado a las virtudes de este animal del zodiaco: la astucia, la inteligencia y la sabiduría, y que en esa tónica ambos países sigan un camino de complementación.
