BEIJING, 17 ene (Xinhua) -- China y Estados Unidos firmaron el miércoles un acuerdo económico y comercial de fase uno en Washington, que marca un primer paso importante hacia una solución final de sus disputas comerciales.
El acuerdo, de dura concreción, firmado por el vicepremier chino Liu He y el presidente estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca, y redactado después de 13 rondas de consultas, refleja los principios de igualdad y respeto mutuo, y demuestra que las dos principales economías del mundo son capaces de abordar adecuadamente sus diferencias.
En el acuerdo, la parte estadounidense se ha comprometido a cancelar algunos de sus aranceles adicionales sobre los productos chinos, lo que marca un cambio de política dirigida hacia la reducción de aranceles adicionales.
Las dos partes también acordaron ampliar aún más el acceso al mercado, incluida una mayor apertura de los mercados financieros de cada uno, a fin de proporcionar más oportunidades para las empresas chinas y estadounidenses.
El acuerdo es de gran importancia para los dos países, ya que frena las destructivas fricciones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
Las guerras comerciales simple y llanamente no tienen ganadores. En los últimos 18 meses desde que Estados Unidos inició su campaña arancelaria proteccionista contra China, las pérdidas inconmensurables se han vuelto demasiado grandes y son innegables.
Los agricultores de los estados estadounidenses de Iowa e Illinois vieron cómo se acumulaba su soya, temiendo perder el mercado chino. Los importadores estadounidenses están pagando el precio de los derechos punitivos en la aduana y luchan con el aumento de los costos; las familias de los trabajadores tienen que pagar más por los mismos productos en Walmart y Target.
A lo largo de las décadas, la escala del comercio bilateral entre los dos países ha sido estupenda, y aún cuenta con un enorme potencial.
Con China en la búsqueda de un desarrollo económico de alta calidad, el acuerdo puede ayudar a satisfacer las crecientes demandas de China en productos agrícolas y energéticos, y ofrecer más bienes y servicios de calidad a los consumidores chinos.
Para Estados Unidos, China no solo es el segundo mayor importador de productos agrícolas norteamericanos, sino también un anfitrión indispensable para muchas empresas estadounidenses. Una relación económica y comercial normalizada significaría más oportunidades para las empresas estadounidenses.
Se está a la espera que el mundo se beneficie del pacto comercial. La economía global ha sido duramente golpeada en los últimos dos años.
El aumento en los aranceles ha llevado a los mercados bursátiles de todo el mundo a una montaña rusa, sacudió las cadenas de suministro mundiales y ofuscó las perspectivas económicas mundiales.
En consecuencia, se espera que la economía mundial en 2019 entregue su crecimiento más lento desde la crisis financiera mundial de 2008, según el Fondo Monetario Internacional.
En medio de una perspectiva económica mundial cada vez más incierta, el acuerdo puede ayudar a apuntalar la confianza mundial y estabilizar los mercados financieros.
Durante las consultas, Beijing demostró una compostura estratégica consistente, la mayor sinceridad y una paciencia firme, y rechazó las demandas irrazonables de Washington.
Las conversaciones comerciales han proporcionado un plan para que las dos partes aborden otras áreas de preocupación y gestionen sus diferencias.
Los líderes en Washington deben unirse a sus colegas chinos para promover las relaciones bilaterales, sobre la base de coordinación, cooperación y estabilidad. Hacerlo garantizaría la buena administración de la relación bilateral más importante del mundo.