Por Willey Peñuela
CARACAS, 7 ene (Xinhua) -- Los primeros días del recién iniciado año 2020, transcurrieron en Venezuela con altas expectativas de cara al 5 de enero; pues es la fecha en la cual, por mandato constitucional, se debe elegir y juramentar a las nuevas autoridades de la Asamblea Nacional (AN), máximo órgano del Poder Legislativo del país sudamericano.
De mayoría opositora, la Asamblea Nacional ha sido factor clave en la crisis política venezolana, complejidad institucional que comenzó a agravarse desde el 5 de enero del año 2019, cuando Juan Guaidó fue electo presidente del Parlamento y luego se autoproclamó "presidente encargado" de Venezuela.
Desde entonces, Guaidó, como principal representante de la oposición local, radicalizó sus posturas contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, desconociendo incluso la autoridad de los demás poderes de la República y recibiendo el mismo tratamiento de parte del sector oficial.
Sin embargo, un año después, el complejo escenario político local es sustancialmente distinto: se mantiene una tensión muy alta entre el sector opositor liderado por Guaidó y el Gobierno nacional, pero ha emergido otro sector opositor que conformó una nueva directiva del Parlamento.
El pasado domingo, el diputado opositor Luis Parra, electo por el partido Primero Justicia y expulsado el pasado diciembre de la referida tolda política, resultó electo como presidente de la Asamblea Nacional para el periodo 2020, conformando una directiva integrada por cuatro diputados opositores.
Para la elección de la directiva, Parra contó con los votos de la bancada oficialista y también con un grupo de colegas parlamentarios de oposición, pertenecientes a diversos partidos, que se negaban a aprobar la reelección de Guaidó por considerar que su desempeño no beneficiaba a los intereses nacionales.
El diputado Parra, voceros oficialistas y miembros de una oposición moderada que dialoga con el Gobierno, declararon que la sesión del domingo contó con la asistencia de 140 diputados, lo cual supera ampliamente el quórum de 84 diputados que exige el marco legal venezolano.
De dicho número de legisladores, 81 votaron favorables a la propuesta de directiva encabezada por Parra, logrando de tal modo la mayoría y la posterior juramentación.
Minutos después, Guaidó declaraba que se había impedido su ingreso a la sesión y convocó a una jornada improvisada en un conocido edificio de Caracas; sitio desde el cual también se juramentó como presidente del Parlamento y desde donde aseguró que habría recibido 100 votos a favor.
En respuesta, Parra declaró a los medios que Guaidó decidió no asistir a la sesión porque sabía que no contaba con el apoyo mayoritario para su reelección y aseveró que "Juan Guaidó para nosotros es el pasado y tenemos que abrirle las puertas al futuro".
Para el experto Juan Sanabria, internacionalista egresado de la Universidad Central de Venezuela y asesor en estudios estratégicos, su país podría estar acercándose a una dinámica "donde la oposición democrática que está en la mesa de diálogo con el gobierno, se puede ir fortaleciendo como opción política".
Sanabria, quien también es investigador académico, estima que el sector opositor dialogante podría constituirse como una alternativa electoral para aquel sector de la ciudadanía que no apoya a la opción bolivariana.
El analista y profesor universitario destacó también que "sectores violentos (de la oposición) que han sumido en la frustración y amargura a una parte de la población, continuarán reduciéndose y teniendo que afrontar y administrar un proceso de repudio de sus propios seguidores".
Sanabria aseveró que el desgaste de los sectores más radicales de la oposición ha ocurrido "por la ausencia de una estrategia clara más allá de la desestabilización y la violencia", un proceso que, asegura, se acelerará dramáticamente si EEUU retira el apoyo a la oposición radical.
La postura del analista Sanabria coincide con la de su colega profesor universitario de Ciencias Sociales, Luis Ricardo Delgado, quien dijo a Xinhua que, a su juicio, a partir de este 5 de enero se inició una transición a la normalización progresiva de la situación institucional en Venezuela.
Delgado recordó que este año 2020 se deben celebrar nuevas elecciones a la Asamblea Nacional, ya que se cumple el tiempo reglamentario establecido por la Constitución para la selección de nuevos diputados para el periodo 2020-2025.
"Lo más probable es que los factores más extremistas de la oposición decidan no participar, como sucedió en las elecciones presidenciales de 2018, lo cual los dejaría excluidos de la dinámica parlamentaria durante 5 años, como durante el periodo 2005-2010", prevé el académico.
El también Magister en Historia, consideró que tiene expectativas de que los sectores más radicales de la oposición "entiendan que el único camino que tienen para acceder al Gobierno es acatar las reglas del juego democrático".
"A partir del pasado 5 de enero Juan Guaidó dejó de ser el Presidente de la Asamblea Nacional, ya que fue electo, con el quórum necesario, el diputado opositor Luis Parra a dicho cargo sustantivo, y hay que destacar que toda la nueva junta directiva está conformada por factores de la oposición", comentó el académico.
Delgado lamentó que "los sectores extremistas dirigidos por Guaidó no acatan dicha decisión y deciden juramentar otra junta directiva del parlamento fuera de las instalaciones del Palacio Legislativo; se trata de otro nuevo capítulo de autoproclamación", expresó.
"Con este hecho, el liderazgo de Guaidó se desdibuja aún más, si el año pasado era el legítimo presidente de la Asamblea Nacional pero un írrito 'presidente encargado' de la República, este año se convirtió en una figura paralela, sin legalidad, sin legitimidad, sin ningún mandato real sobre la institucionalidad venezolana", enfatizó.
Delgado opinó que Guaidó "solo es sostenido por un conjunto de gobiernos hostiles con Venezuela y la mediática hegemónica internacional" y recalcó que es muy probable que su liderazgo pierda aun más fuerza y comience a perder apoyo internacional.
El académico consideró también como muy probable que la Casa Blanca emita más sanciones contra Venezuela y contra su economía para presionar al Gobierno local, además de mantener la hostilidad en el relacionamiento diplomático hacia el país caribeño.
Pese a lo anterior, el experto estimó que la mayoría del mundo respalda el respeto a la soberanía, la no injerencia en los asuntos internos, el derecho de Venezuela a la autodeterminación, la promoción de la cooperación internacional y el diálogo.
De tal modo, la compleja situación institucional que hoy vive el Parlamento venezolano, la cual es consecuencia directa de divisiones en la oposición local, ha hecho emerger en el espectro de los poderes públicos a un sector opositor que podría conducir a Vebezuela hacia el cauce de la normalización de la vida institucional. Fin