WASHINGTON, 7 ene (Xinhua) -- Un panel del Senado de Estados Unidos impulsó hoy una iniciativa para implementar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), con lo que dio un paso más hacia su ratificación por parte de Estados Unidos.
El Comité de Finanzas del Senado aprobó la Ley de Implementación del T-MEC con una votación de 25-3 y la envió al pleno del Senado para ser votada.
"El T-MEC traerá una muy necesaria certeza y beneficios reales para los agricultores, trabajadores y compañías estadounidenses", dijo el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Chuck Grassley, durante la reunión del comité y añadió que el acuerdo comercial cuenta con el apoyo de cientos de organizaciones que representan un amplio sector de la economía.
"La iniciativa que tenemos hoy ante nosotros tiene algo para todos y esto no se puede decir a menudo sobre una ley de implementación", dijo.
El mes pasado, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por una abrumadora mayoría el T-MEC después de meses de negociación con la administración Trump sobre asuntos como la aplicación de estándares laborales y ambientales.
Aún se desconoce cuándo votará el pleno del Senado sobre la ratificación del T-MEC para reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 25 años de antigüedad.
El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, ha indicado que el acuerdo comercial podría ser votado después de que el Senado concluya el juicio político del presidente estadounidense Donald Trump.
Aunque la administración Trump ha promovido el T-MEC como favorable para el crecimiento, un análisis publicado por el Instituto Peterson de Economía Internacional mostró que el acuerdo representa un saldo "negativo neto" para las tres economías.
El T-MEC moderniza las reglas comerciales y refuerza el cumplimiento de derechos laborales y ambientales, pero sus restricciones sobre el comercio, inversión y producción automotrices "dañarán la industria estadounidense", dijeron los economistas comerciales Mary Lovely y Jeffrey Schott, autores del análisis.
"El objetivo declarado de la administración Trump era garantizar que se fabricaran más automóviles en América del Norte, pero el resultado es justo el opuesto", dijeron los economistas.
