RÍO DE JANEIRO, 15 dic (Xinhua) -- Brasil celebró simbólicamente este final de semana los 40 millones de tortugas enviadas al mar gracias al proyecto de la Fundación Tamar, uno de los institutos más antiguos en la preservación ambiental brasileña.
Nacido en 1980, el Tamar protege hoy cerca de 1.100 kilómetros de playas del litoral brasileño y está presente en 26 localidades, en áreas de alimentación, desove, crecimiento y descanso de tortugas marinas.
Actualmente, el proyecto Tamar cuenta con seis centros de visitación, que este año deben superar por primera vez el millón de turistas, por lo que se sitúan entre los museos brasileños más visitados.
Las conmemoraciones por los 40 años del proyecto Tamar empezaron la última semana, con actos que contaron con la presencia de habitantes, empleados y niños de los proyectos sociales de la fundación.
El viernes y el sábado, hubo una ceremonia para soltar al mar decenas de tortugas recién nacidas en la famosa playa do Forte, a pocos kilómetros de Salvador (capital regional de Bahía, noreste de Brasil), donde la fundación Tamar tiene el más famoso de sus centros.
Con ellas, se llegó a los 40 millones de tortugas nacidas preservadas en la costa brasileña que fueron introducidas al mar gracias al proyecto.
Gracias al Tamar, Brasil descubrió que recibe en su litoral cinco de las siete especies de tortugas marinas que existen. Una de las ideas del proyecto Tamar al nacer fue poder disponer de datos padronizados a lo largo de todos estos años que puedan ayudar a estudiar mejor estos animales.
"El Tamar permitió un avance en términos de conservación de la biodiversidad para mejorar los estudios en biología, no sólo de las tortugas, que son la estrella del proyecto, también de otros animales. Había especies de las que no se conocía casi nada y hoy avanzaron mucho gracias al Tamar", explicó la analista ambiental del Centro Tamar Cecília Baptistitte.
El desarrollo del proyecto no es apenas para la pesquisa en el área biológica, ya que también da apoyo para investigaciones oceanográficas: desde 2014, el Tamar da apoyo al estudio de las características de las olas que hay en el litoral norte de Brasil.
Según Baptistitte, el Tamar ayudó en el punto más frágil en la preservación de las tortugas: las hembras que quedan expuestas en el desove y el de sus hijos. "El Tamar sirvió de base para levantar la necesidad e iniciar una serie de medidas legales de protección en las áreas de desove, como la prohibición del uso de vehículos en la parte de las playas con tortugas y la necesidad de tener una iluminación adecuada".
Según los datos del proyecto Tamar, hay una tendencia de recuperación de las poblaciones de la tortuga boba, la tortuga carey, la tortuga olivácea y la tortuga laúd. Por su parte, la población de la tortuga verde ya presenta señales de estabilidad.
La pesca incidental, especialmente mientras se arrastran los camarones, es la principal amenaza de las tortugas actualmente. Según un informe de la ONG Conservación Internacional (CI), se calcula que unas 85.000 tortugas marinas fueron capturadas en todo el mundo de forma accidental, y murieron, entre 1990 y 2000.
Actualmente, el Tamar desarrolla un programa específico que incluye educación ambiental y orientación a los pescadores, además de desarrollar nuevos recursos y técnicas que puedan minimizar las muertes de las tortugas. Como ejemplo, se desarrollo un anzuelo circular, en sustitución del clásico que tiene forma de J.
Pese al casi millón de tortugas que nacen cada año gracias al proyecto Tamar en Brasil, el desafío de su conservación no es fácil, ya que apenas una de cada mil tortugas logran llegar a la fase madura, iniciada sobre los 30 años de edad.