Por Yurleis Infante y Chevige González
CARACAS, 12 dic (Xinhua) -- El 2019 ha sido un año fuera de lo común para Venezuela, con una presión inédita sobre el país desde dentro y desde el exterior tras la que se vislumbra un 2020 plagado de incertidumbres y desafíos, pero también con expectativas de que el diálogo siga avanzando.
"La principal novedad en el ámbito político durante 2019 es que haya surgido una oposición democrática, que se haya sentado en torno a una mesa de diálogo y que esté avanzando en términos de lograr acuerdos", precisó en una entrevista con Xinhua el diputado y líder de la fracción parlamentaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Francisco Torrealba.
Coincidió con él el analista político Néstor Rivero, quien dividió a la oposición en dos corrientes: la que "está sentada con el Gobierno bolivariano, en la mesa nacional de diálogo" y la "que apuntala el camino de la desestabilización".
La primera, dijo a Xinhua, tiene la meta de llevar el mensaje a la población y "convencerla de que su mensaje político es 'mejor' que otros que se le presentan al país", mientras que en la otra, "es sumamente difícil hacer consideraciones políticas que se ajusten a una democracia, a una constitucionalidad y al diálogo como técnica de procesamiento de diferendos".
Según detalló Torrealba, a través de los diálogos con esa primera corriente, a la que se han sumado formaciones como Avanzada Progresista, Movimiento Al Socialismo, Cambiemos y Esperanza para un Cambio, se han "alcanzado importantes victorias y con esos partidos se ha logrado poner por delante el interés del país".
Las elecciones parlamentarias programadas para el año próximo, resaltó Rivero, ratificarán que "la paz es el primer fruto del diálogo" que se lleva en el país desde septiembre pasado.
"La política venezolana para 2020 estará signada por la campaña electoral para los escaños de la Asamblea Nacional", dijo y, en este sentido, confió en la participación de los partidos opositores como paso a la pacificación.
También auguró que "la diatriba EEUU-Venezuela se mantendrá, empero no se restringe a una pugna entre Washington y Caracas, sino entre el mundo multipolar y otro mundo que se niega a reconocer que ya no hay un solo centro hegemónico y exclusivo".
Tanto Rivero como Torrealba subrayaron, a este respecto, que la hostilidad por parte de Estados Unidos ha supuesto un impacto negativo indudable en la superación de la crisis venezolana.
"Cualquier flexibilización de medidas unilaterales contra Venezuela, por parte del Gobierno de EEUU, deberá esperar los resultados de las elecciones presidenciales de aquel país en noviembre de 2020", comentó el analista.
Torrealba señaló, entre las adversidades que ha debido sortear Venezuela durante 2019, las sanciones económicas implementadas por el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, y que afectan a la estatal petrolera PDVSA y a otros sectores del país.
Venezuela está inmersa en una crisis política desde que el 23 de enero pasado el diputado opositor Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino. Su inmediato reconocimiento por parte de EEUU y otros países agudizó el conflicto político en el país.
Para Torrealba, este acontecimiento supuso "un retroceso político y democrático porque el caso es que en Venezuela está muy enraizada la idea de escoger los presidentes mediante elecciones universales, directas y secretas".
"Lo más grave es que ocurre inmediatamente la interferencia externa del Gobierno de EEUU y de los países que siguen la política exterior de Washington, reconociendo a Guaidó", opinó.
Como otra señal de retroceso, se refirió a la fallida intentona golpista del pasado 30 de abril, cuando Guaidó y otros dirigentes de oposición lideraron, desde las adyacencias de una base militar en Caracas, un llamado al desconocimiento del Gobierno.
En lo que respecta a la economía, Rivero alertó sobre lo que considera intentos de grupos económicos por dolarizar la economía venezolana.
"La moneda nacional estadounidense es manipulada por grupos financieros en Venezuela (...) que dominan en amplios sectores del mercado, con el designio de posicionar el dólar como moneda en el país", afirmó.
No obstante, consideró que el 2020 se perfila como un año de avances para el gobierno de Maduro, con logros en la concreción del "gran objetivo de construir una economía productiva y diversificada". Otra de las metas, apuntó, será "elevar la mirada más allá del hemisferio occidental" para alcanzar la soberanía alimentaria.
"Venezuela tiene muchas áreas de actividad económica en las cuales la presencia de China, Rusia, India, Irán, Turquía y otras economías tienen mucho que aportar". La contribución de estas naciones, opinó Rivero, podrá reequilibrar el orden económico.