URUMQI, 4 diciembre, 2019 (Xinhua) -- Imagen del 15 de noviembre de 2019 de Imin alimentando ovejas en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
Vista aérea del 19 de noviembre de 2019 del área de reubicación en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Hu Huhu)
Vista aérea del 19 de noviembre de 2019 de un jardín de niños y una escuela en el área de reubicación en el municipio de Darya Boyien, el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
Imagen del 18 de noviembre de 2019 de Imin (i) y su esposa (d), entrando a su nueva casa en el área de reubicación en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Hu Huhu)
Imagen del 16 de noviembre de 2019 de la esposa de Imin, sacando agua de un pozo en un viejo patio en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
Imagen del 17 de marzo de 2019 de Imin trepado en un árbol para lograr una mejor recepción telefónica en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Hu Huhu)
Imagen del 17 de noviembre de 2019 de la esposa de Imin, saliendo de su vieja casa en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
Imagen del 15 de noviembre de 2019 de Imin buscando agua para alimentar a las ovejas en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
Imagen del 17 de noviembre de 2019 de Imin ayudando a empujar un vehículo varado en el camino hacia el área de reubicación en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
Vista aérea del 19 de noviembre de 2019 de un hospital en el área de reubicación en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
Imagen del 16 de noviembre de 2019 del padre de Imin, limpiando su vieja casa en el municipio de Darya Boyi, en el distrito de Yutian, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China. Antes de mudarse al nuevo asentamiento el 17 y 18 de noviembre de este año, la casa del pastor de ovejas, Imin, estaba en el corazón del desierto de Taklimakan, el segundo mayor de arena móvil del mundo. Durante cientos de años, los antepasados de Imin se han asentado a lo largo del río Keriya, que fluye de sur a norte hacia el corazón de interminables dunas de arena, que se ramifican como dedos y proporcionan la fuente de agua para los hábitats humanos. Aunque el río Keriya ha permitido la supervivencia de los antepasados de Imin, el ambiente se ha vuelto menos hospitalario, con la caída del nivel del agua subterránea y las frecuentes tormentas de arena. Un plan de reasentamiento está en marcha para mover a los residentes hacia el sur hasta el borde del desierto, donde se construyen mejores viviendas, instalaciones de agua potable y carreteras. El gobierno del distrito de Yutian, que administra el municipio, comenzó a elaborar planes para el reasentamiento en 2016. Hasta ahora, los 216 hogares afectados por la pobreza, incluida la familia de Imin, se han mudado al nuevo asentamiento, a unos 110 kilómetros del casco antiguo. (Xinhua/Shen Bohan)
