BEIJING, 24 sep (Xinhua) -- El crecimiento económico de China ha impresionado al mundo con su velocidad vertiginosa. Ahora se espera que su transformación ecológica acelerada ofrezca lecciones inspiradoras para coordinar la economía y el medio ambiente natural.
Ant Forest (Bosque de Hormigas), una iniciativa ecológica de la plataforma de pagos líder en el mundo Alipay, ganó la semana pasada el premio Campeones de la Tierra de la ONU de 2019 por convertir las "buenas obras ecológicas de 500 millones de personas" en árboles reales plantados en algunas de las regiones más áridas de China.
No es la primera vez que China gana el honor ambiental más alto de la ONU por sus contribuciones sobresalientes en términos de un impacto transformador positivo en el medio ambiente.
El año pasado, el programa de reactivación rural verde de Zhejiang ganó el premio por inspiración y acción por su trabajo para regenerar vías fluviales contaminadas y tierras dañadas. En 2017, la comunidad de reforestación de Saihanba fue reconocida en la categoría de inspiración y acción para transformar las tierras degradadas del norte de China en un exuberante paraíso.
Los premios se dieron en medio del sólido progreso de China en la reducción de la contaminación, que es una parte clave de las "tres batallas difíciles" de China que también incluyen prevenir y desactivar los principales riesgos y mitigar la pobreza.
La importancia atribuida al medio ambiente es ahora mayor que nunca. Los responsables de elaboración de políticas han reiterado que la modernización de China se caracteriza por una convivencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza.
El crecimiento económico de China no se ha alcanzado sin algunas consecuencias negativas para el medio ambiente y el clima. Al cierre de la década de 1970, la economía de China comenzó a expandirse y la misma se aceleró en las siguientes décadas, durante las cuales también aumentaron los problemas de contaminación ambiental.
Para lograr un equilibrio entre el auge económico y la carga ambiental, el país se ha esforzado por alejar su economía del desarrollo excesivo que daña el medio ambiente y avanzar en la conservación ambiental bien coordinada.
En la década de 1980, China consagró la protección del medio ambiente como una política nacional fundamental. La estrategia de desarrollo sostenible fue formulada y puesta en práctica en la década de 1990. Desde 2012, el desarrollo de una civilización ecológica ha ganado un mayor impulso. Ahora el país sigue una máxima ilustrada en el eslogan: "Las aguas lúcidas y las montañas exuberantes son bienes invaluables".
La conexión entre la contaminación y el crecimiento económico de China se ha debilitado desde 1995, según una nueva investigación internacional publicada en la revista Science Advances que se basó en estadísticas que incluyen el crecimiento económico y las condiciones ambientales en China durante el período 1977-2017.
Investigadores de cinco países también señalan que una mayor conciencia ambiental y las inversiones en China durante la última década han producido resultados.
La calidad del aire en China continuó mejorando con más ciudades informando una caída en los principales indicadores de contaminantes. La calidad del agua superficial siguió mejorando en general. En términos de control de la contaminación del suelo, el país había reducido las importaciones de residuos sólidos en un 46,5 por ciento el año pasado.
La protección ambiental vigorosa ha inyectado impulso en los sectores relacionados. Se espera que los ingresos totales del sector de protección ambiental de China superen los dos billones de yuanes (unos 281.000 millones de dólares) en 2020, frente a los 1,5 billones de yuanes en 2018, según estimaciones de la Asociación de la Industria de Protección Ambiental de China.
Las finanzas ecológicas también despegaron. En 2018, el país emitió un total de 31.200 millones de dólares en bonos verdes, siendo el segundo mercado más grande del mundo de ese tipo, según la Iniciativa de Bonos y China Central Depository & Clearing Co.
El país anunció un plan en 2016 para establecer un mecanismo nacional de financiación ecológica, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacerlo. También ayudó a impulsar la financiación verde para que se incluyera en la agenda del G20.
En los últimos años, China se ha adherido al camino de dar prioridad a la ecología y el desarrollo ecológico, afirmó el ministro de Ecología y Ambiente, Li Ganjie. "La protección ecológica y ambiental se ha convertido en una fuerza importante y una clave para promover un desarrollo económico de alta calidad", destacó.
