Por Victoria Argüello
BUENOS AIRES, 15 sep (Xinhua) - Pese a las constantes críticas del gobierno de Estados Unidos acerca de una eventual y creciente influencia de China en América Latina, la administración norteamericana "no ofrece alternativas reales" en temas importantes para promover el desarrollo de la región, consideró el académico argentino, Ignacio Villagrán.
En entrevista con Xinhua, el director del Centro de Estudios Argentina-China de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sostuvo que "muchas veces hay sugerencia de que no se opte por China en áreas que tienen que ver con el desarrollo, pero las autoridades del Gobierno de Estados Unidos tampoco aportan alternativas viables en proyectos de infraestructura o estabilidad financiera".
"En ese sentido, gran parte de la dirigencia de los países de América Latina siguen optando por China, porque entienden que es lo más beneficioso en este momento crucial para su desarrollo", destacó Villagrán, quien también asomó que China establece una diferencia importante en su relacionamiento con los países al ofrecer la posibilidad de un "modelo cooperativo de desarrollo".
Para el también Investigador-Docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento y coordinador del Grupo de Estudios del Este Asiático en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, los desafíos de la relación China-América Latina son numerosos y dependen, en gran medida, de la tendencia política de los Gobiernos latinoamericanos así como de la correlación de fuerzas internas en cada país.
En ese sentido, resaltó el carácter histórico de la relación entre EEUU y los países de la región, que a la fecha aún demuestra que prevalecen algunos sectores políticos con una marcada resistencia a cambiar el esquema de relacionamiento.
"Algunas de las dificultades que se han encontrado para fortalecer los nexos con China tienen que ver con la política interna de algunos países, dónde hay sectores que no avalan o no buscan pluralizar las relaciones ni cambiar el eje, y sienten algún tipo de resquemor con respecto a lo que sería una posible presencia dominante de las relaciones con China en la región", explicó.
También sostuvo que, dependiendo del Gobierno de turno en cada país latinoamericano, eventualmente habría presiones de parte de la Administración norteamericana "para hacer que los gobiernos locales tengan que reconsiderar aspectos de su relación con China, pero sin ofrecer una contraparte".
Sin embargo, el aporte de China al desarrollo de la región, en materia de creación de infraestructuras energéticas y tecnología, en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, además de los acuerdos educativos y culturales, han ratificado en el seno de muchas de las dirigencias políticas la valía de ese relacionamiento.
"Gran parte de los países de América Latina entienden que en China pueden encontrar una serie de beneficios, sobre todo, como en el caso de Argentina, ante la restricción del crédito externo y pensar en políticas de desarrollo conjunto, en materia de energía, infraestructura", puntualizó Villagrán.
Más allá de los aspectos políticos, otras de las dificultades que pueden enfrentar ambos bloques para estrechar aún más su relación, tiene que ver con la distancia geográfica que repercute en proyectos del ámbito comercial.
"Sobre todo para los países de América Latina que no tienen salida al océano Pacífico, esa distancia hace que los costos y las dificultades de transporte sean más grandes", dijo.
"Sin embargo, esa distancia geográfica se suple con lo que ha sido una gran cercanía política, y entender que más allá de un importante mercado para productos latinoamericanos, con China hay numerosas áreas de cooperación como la cultura, el deporte, la educación", precisó el experto.
Por último, se refirió a los esfuerzos conjuntos para promover un mayor "conocimiento mutuo" partiendo de la necesidad de romper las barreras idiomáticas y culturales, que en muchos casos se han vislumbrado como razones de un distanciamiento entre ambas regiones.
"A través de los programas de becas y los convenios educativos, hoy vemos a muchos latinoamericanos que van a conocer China, a vivir experiencias educativas, lo cual es otro factor que conlleva a un acortamiento de esa distancia geográfica", precisó.
Para Villagrán, la continuidad y fortaleza de los actuales proyectos de cooperación entre China y América Latina, dependerán de la relación de fuerza al interior de los Estados latinoamericanos y de su margen de maniobra dentro de la región.
"Creo que hay una apuesta, en gran parte, a enfrentar cualquier tipo de injerencia norteamericana, lo cual no significa necesariamente incurrir en una injerencia china, porque no se trata de cambiar una dependencia por otra sino más bien seguir este modelo cooperativo de desarrollo al cual China también apuesta", concluyó.
