BEIJING, 22 ago (Xinhua) -- Científicos chinos han realizado experimentos de navegación basada en púlsares mediante un telescopio espacial de rayos X, una tecnología que podría ser empleada en el futuro para la exploración del espacio profundo y los viajes interestelares.
Las pruebas se llevaron a cabo con el Telescopio de Modulación de Rayos X Duros (HXMT, por sus siglas en inglés), conocido como Insight, el cual fue lanzado al espacio el 15 de junio de 2017 con el objetivo de observar agujeros negros, púlsares y explosiones de rayos gama.
La precisión del posicionamiento en las pruebas llegó a 10 kilómetros, lo cual reafirma aún más la viabilidad de la navegación autónoma de una nave espacial usando los púlsares, según los científicos.
Un artículo sobre los experimentos se publicó el miércoles en el Astrophysical Journal Supplement.
Entre el 31 de agosto y el 5 de septiembre de 2017, Insight observó el púlsar Cangrejo durante unos cinco días para probar la viabilidad de la navegación con esta tecnología.
El equipo de investigación había propuesto un algoritmo para la navegación del púlsar de rayos X, explicó Zhang Shuangnan, científico principal del telescopio espacial Insight.
Zhang precisó que se mejoró aún más el algoritmo y se aplicó en el procesamiento de los datos de observación de los tres detectores a bordo de Insight. La órbita del satélite se determinó con éxito, con una precisión de posicionamiento dentro de los 10 kilómetros, comparable a la de un experimento similar realizado en la Estación Espacial Internacional.
Para probar la viabilidad y confiabilidad del algoritmo, el equipo de investigación ha llevado a cabo análisis teóricos y verificación de simulación con varios tipos de púlsares. Sus resultados muestran que el método funciona para diferentes estrellas.
El artículo del Astrophysical Journal refirió que "las demostraciones de vuelo del satélite Insight-HXMT son contribuciones importantes para el desarrollo de la navegación de rayos X".
Insight-HXMT es el primer satélite astronómico de rayos X de China y cuenta con una vida útil diseñada de cuatro años.
China también realizó una prueba de navegación basada en púlsares en el laboratorio espacial Tiangong-2 y lanzó en 2016 un satélite para experimentos en este campo.