Pasión por flamenco de dos bailadoras chinas atrae a fanáticos a un sótano de Shanghai

Actualizado 2019-07-31 21:53:37 | Spanish. xinhuanet. com

Por Xu Yongzheng

Tao Jiarong (izquierda) y Shi Yiqi bailan juntas en el estudio. (Xinhua/Ren Long)

SHANGHAI, 31 jul (Xinhua) -- "Era hondo y sin soga, pozo donde caí', dice la letra de un cante flamenco, y desde que empecé a aprenderlo hasta hoy, así es como me siento, cada vez más", reflexiona Tao Jiarong, trabajadora de oficina de Shanghai nacida en los 70 que ha dedicado casi todo su tiempo libre en los últimos 11 años a este "pozo".

En una noche sofocante de finales de julio, en un sótano cerca del parque Zhongshan, está el estudio de baile de su amiga Shi Yiqi, donde Tao y sus amigos aficionados al flamenco (cantante, guitarrista y bailadora) interpretan el baile español de sus corazones.

Más de 20 estudiantes de la comunidad cercana se acercan esa noche al estudio, en dos sesiones sucesivas, para asistir al curso introductorio al flamenco de una maestra extranjera. Durante la clase, una estudiante dice a Xinhua que, a diferencia de los bailes deportivos, el flamenco tiene una profunda herencia cultural.

El primer contacto de Tao con el flamenco fue en 2008, cuando vio por primera vez la presentación de la Compañía Nacional de Danza de España en Shanghai. Una de las artistas, una bailarina vestida de rojo, la conmovió hasta las lágrimas. Inmediatamente, se inscribió en un curso de baile flamenco. Para entonces llevaba practicando danza latina más de 10 años.

En la Exposición Universal de Shanghai 2010, Tao vio una presentación improvisada de flamenco de maestros españoles en el pabellón español del parque de exposiciones, ocasión que le permitió comprender mejor las formas de este arte. Ese mismo año, Shi Yiqi, que había estudiado danza callejera y danza del vientre en Japón durante muchos años, se pasó también al flamenco.

En Japón, el flamenco es muy popular desde hace medio siglo, por lo que hay muchas posibilidades para aprenderlo. Shi, todavía una escolar, se sentía atraída por este arte, pero las clases costaban mucho. Trabajando, ahorró algo de dinero y compró su primer vestido y zapatos para el baile.

Shi se sumergió en varios tipos de formación y estudios, luego renunció a su trabajo y se fue un año a Sevilla para estudiar el baile español. Hoy todavía pasa un mes al año en España para seguir aprendiendo y participar en espectáculos y competencias locales.

"En la actualidad hay alrededor de 400 aficionados que aprenden flamenco cada año en Shanghai. En comparación con los más de 24 millones de habitantes de la urbe, es un grupo muy de 'nicho", explica Tao, que indica que hace tres años decidió pasarse del baile al cante. A medida que ha ido aprendiendo, ha entendido mejor que el flamenco es un tesoro cultural, algo que va más allá de bailar mientras se escucha música o de copiar una canción.

Además de aprender canciones a través de Internet, Tao también aprovecha las vacaciones para ir a Andalucía con el fin de experimentar el estilo local de cante y participar en cursos y conciertos.

"El flamenco en sí mismo es un arte complejo", explican Tao y Shi a los aficionados de la comunidad. Shi quiere, sobre todo, enseñar la cultura original del flamenco.

"El número de fanáticos del flamenco está aumentando en todo el mundo. En China hay cada vez más cursos y clases, cuando antes solo los había en Beijing, Shanghai, Hong Kong y Taipei. Ahora también existen opciones en Nanjing, Xi'an, Changsha, Chengdu y Chongqing. Hay muchas personas interesadas en aprender", asegura Shi.

A medida que el flamenco se populariza, los "bailadores de alto nivel" chinos como Shi y Tao se encuentran con nuevos quebraderos de cabeza, como la falta de músicos y cantantes con experiencia. El estudio de Shi gastó mucho dinero para invitar a profesionales extranjeros a enseñar el baile en Shanghai, además de a un guitarrista de Taiwan.

"No es suficiente, necesitamos nuestros propios músicos y cantantes" lamenta Tao, que apunta que el año pasado crearon el primer conjunto regular de flamenco de la ciudad.

El estudio de Shi organiza todas las semanas cursos a los que asisten más de 80 estudiantes. En el aula, vestidas y maquilladas, con un adorno de flores en la oreja, Tao y Shi cantan y bailan en armonía con el guitarrista.

"El flamenco me hace sentir viva", celebra Shi Yiqi, con sudor en la frente, después de bailar en la noche de verano.

Shi Yiqi interpreta el flamenco en su estudio. (Xinhua/Ren Long)

Estudiantes de Shi Yiqi posan en grupo en el estudio. (Xinhua/Ren Long)

 

 
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Pasión por flamenco de dos bailadoras chinas atrae a fanáticos a un sótano de Shanghai

Spanish.xinhuanet.com 2019-07-31 21:53:37

Por Xu Yongzheng

Tao Jiarong (izquierda) y Shi Yiqi bailan juntas en el estudio. (Xinhua/Ren Long)

SHANGHAI, 31 jul (Xinhua) -- "Era hondo y sin soga, pozo donde caí', dice la letra de un cante flamenco, y desde que empecé a aprenderlo hasta hoy, así es como me siento, cada vez más", reflexiona Tao Jiarong, trabajadora de oficina de Shanghai nacida en los 70 que ha dedicado casi todo su tiempo libre en los últimos 11 años a este "pozo".

En una noche sofocante de finales de julio, en un sótano cerca del parque Zhongshan, está el estudio de baile de su amiga Shi Yiqi, donde Tao y sus amigos aficionados al flamenco (cantante, guitarrista y bailadora) interpretan el baile español de sus corazones.

Más de 20 estudiantes de la comunidad cercana se acercan esa noche al estudio, en dos sesiones sucesivas, para asistir al curso introductorio al flamenco de una maestra extranjera. Durante la clase, una estudiante dice a Xinhua que, a diferencia de los bailes deportivos, el flamenco tiene una profunda herencia cultural.

El primer contacto de Tao con el flamenco fue en 2008, cuando vio por primera vez la presentación de la Compañía Nacional de Danza de España en Shanghai. Una de las artistas, una bailarina vestida de rojo, la conmovió hasta las lágrimas. Inmediatamente, se inscribió en un curso de baile flamenco. Para entonces llevaba practicando danza latina más de 10 años.

En la Exposición Universal de Shanghai 2010, Tao vio una presentación improvisada de flamenco de maestros españoles en el pabellón español del parque de exposiciones, ocasión que le permitió comprender mejor las formas de este arte. Ese mismo año, Shi Yiqi, que había estudiado danza callejera y danza del vientre en Japón durante muchos años, se pasó también al flamenco.

En Japón, el flamenco es muy popular desde hace medio siglo, por lo que hay muchas posibilidades para aprenderlo. Shi, todavía una escolar, se sentía atraída por este arte, pero las clases costaban mucho. Trabajando, ahorró algo de dinero y compró su primer vestido y zapatos para el baile.

Shi se sumergió en varios tipos de formación y estudios, luego renunció a su trabajo y se fue un año a Sevilla para estudiar el baile español. Hoy todavía pasa un mes al año en España para seguir aprendiendo y participar en espectáculos y competencias locales.

"En la actualidad hay alrededor de 400 aficionados que aprenden flamenco cada año en Shanghai. En comparación con los más de 24 millones de habitantes de la urbe, es un grupo muy de 'nicho", explica Tao, que indica que hace tres años decidió pasarse del baile al cante. A medida que ha ido aprendiendo, ha entendido mejor que el flamenco es un tesoro cultural, algo que va más allá de bailar mientras se escucha música o de copiar una canción.

Además de aprender canciones a través de Internet, Tao también aprovecha las vacaciones para ir a Andalucía con el fin de experimentar el estilo local de cante y participar en cursos y conciertos.

"El flamenco en sí mismo es un arte complejo", explican Tao y Shi a los aficionados de la comunidad. Shi quiere, sobre todo, enseñar la cultura original del flamenco.

"El número de fanáticos del flamenco está aumentando en todo el mundo. En China hay cada vez más cursos y clases, cuando antes solo los había en Beijing, Shanghai, Hong Kong y Taipei. Ahora también existen opciones en Nanjing, Xi'an, Changsha, Chengdu y Chongqing. Hay muchas personas interesadas en aprender", asegura Shi.

A medida que el flamenco se populariza, los "bailadores de alto nivel" chinos como Shi y Tao se encuentran con nuevos quebraderos de cabeza, como la falta de músicos y cantantes con experiencia. El estudio de Shi gastó mucho dinero para invitar a profesionales extranjeros a enseñar el baile en Shanghai, además de a un guitarrista de Taiwan.

"No es suficiente, necesitamos nuestros propios músicos y cantantes" lamenta Tao, que apunta que el año pasado crearon el primer conjunto regular de flamenco de la ciudad.

El estudio de Shi organiza todas las semanas cursos a los que asisten más de 80 estudiantes. En el aula, vestidas y maquilladas, con un adorno de flores en la oreja, Tao y Shi cantan y bailan en armonía con el guitarrista.

"El flamenco me hace sentir viva", celebra Shi Yiqi, con sudor en la frente, después de bailar en la noche de verano.

Shi Yiqi interpreta el flamenco en su estudio. (Xinhua/Ren Long)

Estudiantes de Shi Yiqi posan en grupo en el estudio. (Xinhua/Ren Long)

 

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