Imagen del 3 de junio de 2017 de un productor mostrando un aguacate en una huerta de aguacates de la empacadora Avo Hass, en la ciudad de Uruapan, en el estado de Michoacán, México. (Xinhua/David de la Paz)
NANJING, 29 jul (Xinhua) -- Un aguacate, dos rebanadas de pan, un vaso de leche y medio huevo. Este es el desayuno habitual de Liu Jie, habitante de Nanjing, capital de la provincia oriental china de Jiangsu.
"El aguacate es muy nutritivo y a mi hija le encanta", dice Liu, que agrega que antes solo se podía comprar en los grandes supermercados y era muy caro, unos 30 yuanes (unos 4,4 dólares) cada uno, por lo general. Pero en los últimos años se venden, frescos y de alta calidad, a un precio más asequible de solo 10 yuanes, y se pueden comprar en cualquier momento en los supermercados, fruterías o plataformas de comercio electrónico.
Las importaciones de aguacate de China fueron solo de 31,8 toneladas en 2011, pero en 2017 la cifra superó las 30.000 toneladas, un aumento de más de 1.000 veces. Las principales fuentes de importación son Chile, México y Perú.
"Estamos viendo un crecimiento robusto en el sector en China, de 33.500 toneladas en 2017 a 46.000 en 2018", señala Jorge Ramírez, jefe ejecutivo de Camposol, uno de los productores y exportadores más grandes del mundo de palta (el otro nombre del aguacate) de la variedad Hass.
La exportación peruana de aguacates a China aumentó un 46 por ciento en junio en comparación con el mismo lapso del año pasado, de acuerdo con el empresario.
Camposol comenzó a exportar aguacate a China en 2016 y se convirtió en el mayor exportador peruano del fruto al país asiático. En 2018, la compañía exportó 3.700 toneladas a China, lo que representa el 22 por ciento de la cuota de mercado en la temporada de producción en Perú.
La popularidad de esta fruta se atribuye, aparte de al aceleramiento de la apertura económica, al auge de la "economía de las calorías" en el país asiático.
El aguacate era un producto muy exótico para los consumidores chinos. "Cuando la palta mexicana entró inicialmente en el mercado chino, no se vendía mucho y durante años a muchos les resultaba desconocida", recuerda Huang Xianhua, gerente general de Ouheng Import & Export, empresa de la provincia de Zhejiang, en el este de China.
Cuando se empezó a comercializar por Internet y se empezó a destacar publicitariamente su valor nutricional, el aguacate se popularizó rápidamente, según Huang.
A medida que China se internacionaliza y abre al mundo, los consumidores van probando muchos productos importados. "Los chinos, sobre todo la generación más joven, están cambiando sus hábitos alimentarios: de pura cocina china a la mezcla de china y occidental", señala Ramírez, que añade que los chinos prestan cada vez más atención a su salud y peso.
Hoy en día se ven muchos ingredientes provenientes de América Latina en restaurantes que se especializan en "alimentos ligeros": jugos energéticos compuestos de semillas de chía, bananas, piñas y maracuyá, ensaladas de mango, aguacate y pollo, junto con otros muchos platos, son muy populares entre los chinos.
"El cambio refleja que más gente empieza a tener conciencia de la importancia de comer alimentos saludables", explica Miao Miao, médica especialista en nutrición del Hospital de Salud Maternoinfantil de Nanjing.
Una canción llamada "Calorías", que expresa directamente el anhelo del público por la belleza, la delgadez y la salud, se ha popularizado en China desde 2018.
Wang Jing, que también vive en Nanjing, contrató 100 sesiones de gimnasio por 30.000 yuanes (unos 4.260 dólares). "Cuando trabajo, me siento casi todo el día en la oficina sin hacer ejercicio. Ahora conecto de vez en cuando con mi entrenador por Wechat para hablar sobre mi estado físico y controlar la dieta", explica.
Hacer ejercicio ya no se limita hoy a ir al gimnasio o salir a correr, y cada vez más gente solicita clases privadas y compra brazaletes electrónicos o relojes deportivos que calculan el consumo de calorías, los kilómetros o los pasos del ejercicio, aparte de tomar menos aceite, sal y azúcar.
Según cifras oficiales, el coeficiente de Engel, que mide la relación entre los gastos alimentarios y totales de las familias, fue en China fue del 28,4 por ciento en 2018, lo que muestra la mejora del consumo en el país. La estructura de la dieta está cambiando, mientras que el sector de la salud destaca con la popularización de la nutrición y los deportes y el desarrollo del comercio electrónico.