Por Wang Jiangang
NACIONES UNIDAS, 3 jul (Xinhua) -- En la recién concluida cumbre del Grupo de los 20 (G20) en la ciudad japonesa de Osaka, Washington volvió a dar la espalda a la comunidad internacional, minando la acción colectiva global para luchar contra el urgente desafío del cambio climático.
EEUU fue el único miembro del G20 que no firmó el apartado sobre el cambio climático del comunicado al final de la cumbre. La declaración conjunta publicada durante la cumbre anunció que EEUU "reitera su decisión de retirarse del Acuerdo de París ya que no favorece a los trabajadores y las contribuyentes estadounidenses".
Aunque la ONU se ha esforzado siempre por concientizar a los líderes del mundo sobre la urgencia del cambio climático, el progreso logrado para cambiar la tendencia del calentamiento global ha sido lento.
Ciclones, sequías, inundaciones y otros desastres relacionados con el clima azotan la humanidad con una frecuencia creciente, por lo cual los científicos manifiestan que hay evidencias abundantes para comprobar su vínculo con el cambio climático.
El Acuerdo de París sobre el Cambio Climático ha reunido a las naciones alrededor del mundo en torno a una causa común para luchar contra el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con mayor apoyo a los países en vías de desarrollo para que hagan lo propio.
El objetivo central del acuerdo es reforzar la respuesta global a la amenaza del cambio climático a través de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales y seguir los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados.
"El cambio climático se está moviendo más rápido que nosotros", ha destacado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestando su apasionado punto de vista en casi todas las reuniones o eventos relacionados con el clima.
La Tierra experimentará los cinco años más cálidos registrados entre 2015 y 2019, ya que las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero alimentarán el calor global, lo que resultará en el derretimiento del hielo, el retroceso de los glaciares, el aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos, mientras las futuras generaciones se exponen al clima extremo, según la Organización Meteorológica Mundial.
Con ciclones catastróficos como Idai y Kenneth golpeando duramente a la economía de países que incluyen a Mozambique, Malawi y Zimbabue, y dando la espalda a Estados insulares de baja altitud como Maldivas y Palaos, los seres humanos deben alarmarse por la gravedad de la inminencia de los desastres relacionados con el clima.
Para algunos políticos estadounidenses una razón clave para rechazar sus debidas responsabilidades globales en este sentido es una consideración egoísta y miope en beneficio del crecimiento económico inmediato.
Las ganancias económicas disponibles son críticas para que ganen votos. Los desastres naturales y los climas extremos que han golpeado duramente a EEUU en los últimos años demuestran cuán perjudicial es la política de Washington de enterrar su cabeza en la arena ante sus trabajadores y contribuyentes.
A medida que Europa está sofocada por temperaturas récord, no hay tiempo para que todos los países no participen en la lucha contra el cambio climático. Y la comunidad internacional necesita pararse en un frente unido y hacer esfuerzos concertados para cuidar nuestro planeta por el bien de las generaciones futuras.