Por Raúl Menchaca
Una persona conduce un tractor para preparar la tierra para su cultivo en la cooperativa Frank País, en el municipio de Güira de Melena, provincia de Artemisa, Cuba, el 27 de junio de 2019. Agrupaciones de campesinos en Cuba, impulsados por un llamado gubernamental, comenzaron a buscar fórmulas para exportar sus producciones obtenidas con métodos agrícolas orgánicos. Una de estas agrupaciones es la cooperativa Frank País, considerada una de las mejores del país y que agrupa a poco más de 400 socios con 115 fincas que abarcan un millar de hectáreas en el municipio de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, unos 50 kilómetros al sur de La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 27 jun (Xinhua) -- Agrupaciones de campesinos en Cuba, impulsados por un llamado gubernamental, comenzaron a buscar fórmulas para exportar sus producciones obtenidas con métodos agrícolas orgánicos.
Una de estas agrupaciones es la cooperativa Frank País, considerada una de las mejores del país y que agrupa a poco más de 400 socios con 115 fincas que abarcan un millar de hectáreas en el municipio de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, unos 50 kilómetros al sur de La Habana.
Las tierras de esa cooperativa no son las mejores de la zona; sin embargo, han logrado altos niveles de producción con unas 15.000 toneladas anuales de viandas, hortalizas, granos y frutales, una de las cifras más altas del país.
"La tierra sirve, si el hombre sirve", dijo el presidente de la cooperativa, Pablo Orlando Pérez, un ingeniero agrónomo a quien todos llaman "Landy" con familiaridad.
"Landy" explicó a Xinhua que cada año producen además 42.000 litros de leche, 12 toneladas de carne vacuna y 120 de porcina, rubros que venden casi de manera total al sistema de acopio del Ministerio de Agricultura (Minag).
Desde 2013 comenzaron a vender también al Ministerio de Turismo para suministrar productos frescos a varios hoteles del balneario de Varadero y de Cayo Largo del Sur.
"Desde hace seis años, nosotros le vendemos al turismo más de cinco millones de pesos al año (igual al dólar al cambio oficial) y eso nos ayudó a prepararnos para las exportaciones", señaló "Landy".
Entre los cooperativistas escogieron a los cinco mejores productores para que comiencen a prepararse de manera que, tras cumplir todas las certificaciones previas, puedan comenzar el año próximo la exportación hacia Bahamas y Colombia de pimientos, tomates, boniato (papa), plátano y malanga (tubérculo).
Uno de esos productores es Julián Leal, quien junto a su familia trabaja en la Finca Santa Ana, unas 20 hectáreas adquiridas por herencia donde sin dejar de vender al turismo, ahora prepara una parte para la cosecha de pimientos.
"Estamos preparando los suelos para obtener una certificación con el objetivo de garantizar y certificar con destino a la exportación esas producciones que son ecológicas", comentó Leal, un hombre de 52 años, quien comentó que aprendió "con el lomo doblado sobre el surco".
De acuerdo con los productores, el área cultivable de la finca no es buena, pues está ubicada apenas a un kilómetro de la costa y la capa vegetal es de sólo 10 centímetros, no obstante logra altos niveles productivos de cebolla, ajo, tomate y pimiento y produce las semillas para los cultivos de frijol, maíz y sorgo que le compra el Minag.
El éxito productivo de la finca permitió a Leal acceder a la ayuda del proyecto Bases Ambientales para la Sostenibilidad Alimentaria Local (BASAL) que impulsa en Cuba el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que le proporcionó equipamiento, como sistemas de riego y un biodigestor.
El campesino está seguro de que tras obtener las certificaciones correspondientes podrá exportar sus cosechas y aumentar la evidente prosperidad familiar que se derrama sobre los vecinos al ofrecer empleos y alimentación.
La cooperativa también apuesta a las exportaciones futuras de una pequeña industria procesadora, instalada con tecnología china obtenida a través del proyecto BASAL y que funciona casi sin detenerse desde hace cuatro años.
La pequeña planta, en la que trabajan 15 personas, procesa cada día 12,5 toneladas de mango, guayaba, tomate y otras cosechas que compra a los socios para después vender productos procesados como puré o mermelada a medio centenar de entidades estatales.
Esas producciones tienen una alta aceptación en el mercado cubano y la calidad para ser exportadas.
Cuba destina cada año 2.000 millones de dólares a la compra de alimentos en el extranjero, una situación que el gobierno quiere revertir.
Tanto la producción de alimentos, como el incremento de las exportaciones, son dos de los ejes que impulsa el gobierno cubano como parte del proceso en marcha de actualización del modelo económico nacional.
Una persona conduce un tractor para preparar la tierra para su cultivo en la cooperativa Frank País, en el municipio de Güira de Melena, provincia de Artemisa, Cuba, el 27 de junio de 2019. Agrupaciones de campesinos en Cuba, impulsados por un llamado gubernamental, comenzaron a buscar fórmulas para exportar sus producciones obtenidas con métodos agrícolas orgánicos. Una de estas agrupaciones es la cooperativa Frank País, considerada una de las mejores del país y que agrupa a poco más de 400 socios con 115 fincas que abarcan un millar de hectáreas en el municipio de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, unos 50 kilómetros al sur de La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Empleados laboran en la zona de recolección de mango para la obtención de su pulpa, en la cooperativa Frank País, en el municipio de Güira de Melena, provincia de Artemisa, Cuba, el 27 de junio de 2019. Agrupaciones de campesinos en Cuba, impulsados por un llamado gubernamental, comenzaron a buscar fórmulas para exportar sus producciones obtenidas con métodos agrícolas orgánicos. Una de estas agrupaciones es la cooperativa Frank País, considerada una de las mejores del país y que agrupa a poco más de 400 socios con 115 fincas que abarcan un millar de hectáreas en el municipio de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, unos 50 kilómetros al sur de La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Un obrero labora en la zona de obtención de pulpa de mango, en la cooperativa Frank País, en el municipio de Güira de Melena, provincia de Artemisa, Cuba, el 27 de junio de 2019. Agrupaciones de campesinos en Cuba, impulsados por un llamado gubernamental, comenzaron a buscar fórmulas para exportar sus producciones obtenidas con métodos agrícolas orgánicos. Una de estas agrupaciones es la cooperativa Frank País, considerada una de las mejores del país y que agrupa a poco más de 400 socios con 115 fincas que abarcan un millar de hectáreas en el municipio de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, unos 50 kilómetros al sur de La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Un obrero labora en la zona de obtención de pulpa de mango, en la cooperativa Frank País, en el municipio de Güira de Melena, provincia de Artemisa, Cuba, el 27 de junio de 2019. Agrupaciones de campesinos en Cuba, impulsados por un llamado gubernamental, comenzaron a buscar fórmulas para exportar sus producciones obtenidas con métodos agrícolas orgánicos. Una de estas agrupaciones es la cooperativa Frank País, considerada una de las mejores del país y que agrupa a poco más de 400 socios con 115 fincas que abarcan un millar de hectáreas en el municipio de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, unos 50 kilómetros al sur de La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Obreros laboran en la zona de obtención de pulpa de mango, en la cooperativa Frank País, en el municipio de Güira de Melena, provincia de Artemisa, Cuba, el 27 de junio de 2019. Agrupaciones de campesinos en Cuba, impulsados por un llamado gubernamental, comenzaron a buscar fórmulas para exportar sus producciones obtenidas con métodos agrícolas orgánicos. Una de estas agrupaciones es la cooperativa Frank País, considerada una de las mejores del país y que agrupa a poco más de 400 socios con 115 fincas que abarcan un millar de hectáreas en el municipio de Güira de Melena, en la provincia de Artemisa, unos 50 kilómetros al sur de La Habana. (Xinhua/Joaquín Hernández)
