WASHINGTON, 18 jun (Xinhua) -- Representantes de negocios y de la industria de Estados Unidos expresaron su frustración y oposición a una nueva ronda de aranceles propuesta para las importaciones chinas, compartiendo historias sobre cómo el proteccionismo comercial de Washington sería contraproducente.
Durante la primera de una serie de audiencias públicas celebrada por la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) varios hombres de negocios manifestaron sus puntos de vista respecto a los aranceles adicionales de hasta el 25 por ciento sobre productos chinos por valor de 300 mil millones de dólares.
La audiencia se realizó en el Edificio de la Comisión de Comercio Internacional en Washington.
En declaraciones a funcionarios de comercio federales y a Xinhua, los testigos dejaron claro que no quieren aumentos de aranceles a las importaciones chinas, productos que son críticos para sus operaciones comerciales y empleos.
Agregaron que es difícil para ellos mover la producción fuera de China o encontrar fuentes alternativas, mientras advirtieron que las compañías estadounidenses, las industrias y, eventualmente, las familias y los consumidores pagarían el precio.
DIFERENTES INDUSTRIAS, UNA SOLA VOZ
El director ejecutivo de la Asociación de Comercio de Accesorios y Joyería de Moda de EEUU, Brent Cleaveland, el primer testigo en la audiencia de este lunes, dijo que las industrias, que trasladaron la producción a China en la década de 1980 para brindar mayor valor al mercado nacional, se han basado en gran medida en las importaciones chinas, y agregó que los aranceles propuestos realmente amenazarían los negocios y empleos estadounidenses.
La asociación estimó que decenas de miles de empleados de sus miembros se verían perjudicados por el aumento de los aranceles que conduciría a mayores costos, menores márgenes y disminuciones en las ventas.
"Existe un temor real de que los aranceles causen que los empleados pierdan sus empleos y que las empresas estadounidenses cierren sus puertas", dijo Cleaveland.
En general, los nuevos aranceles están diseñados para enfocarse en casi todos los productos de consumo, incluidos prendas de vestir y calzado, aparatos electrónicos, televisores y artículos deportivos, que hacen parte del actual comercio de EEUU con China, que ya ha sido afectado por varias rondas de aranceles a pesar de una amplia oposición. China ha puesto en marcha medidas de represalia.
Productos para los más pequeños, incluidos asientos de auto, puertas para bebés y cochecitos, también estaban en la lista más reciente de Washington, pero "deberían estar disponibles para las familias norteamericanas al menor costo posible", dijo la directora general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Productos para Infantes, Lisa Trofe.
La audiencia se produjo menos de una semana después de que más de 600 empresas y asociaciones comerciales de EEUU, incluidos algunos de los minoristas más grandes de la nación, enviaron una carta a la Casa Blanca diciendo que los aranceles están afectando a las familias, los empleos y la economía norteamericanos.
El director ejecutivo de Plumbing Manufacturers International, Kerry Stackpole, dijo a Xinhua en el marco de la audiencia del lunes que los aranceles anteriores ya han aumentado el costo para comprar una casa en EEUU en unos 9.000 dólares, y agregó que cada aumento de mil dólares afectará alrededor de 127.000 familias con posibilidades de comprar una.
CHINA INSUSTITUIBLE EN LA CADENA DE SUMINISTRO
Cuando se les preguntó a los asistentes a la audiencia si de alguna manera podían sustituir las cadenas de suministro de China, fueron generosos a la hora de explicar la extrema dificultad y en algunos casos la imposibilidad.
"La verdad del asunto es que hemos estado tratando de salir de China durante años, pero parece que lo hacen mejor que nadie", respondió a una pregunta del comité de la audiencia el presidente y director ejecutivo de la American Apparel and Footwear Association, Rick Helfenbein.
"Hay lugares limitados (...) podemos ir", dijo Helfenbein, y agregó que otros destinos posibles diferentes a China (Vietnam, la India, Indonesia y Bangladesh) simplemente no son rentables.
Para el CEO y fundador de Quinn Apparel + QI Cashmere, Jean Kolloff, no es una opción trasladar la cadena de suministro a ningún otro lugar.
Su compañía de diseño solo se abastece en Mongolia Interior, en el noroeste de China, porque la raza de cabra Alashan, de la cual proviene la fibra de calidad premium, es originaria de esa región.
Pero lo que atrae a Kolloff a China no es solo la raza específica de cabra. "La calidad está controlada y los mejores hilados y tintoreros de materia prima de cachemira se encuentran en esa parte del país", dijo a Xinhua después de rendir su testimonio en la audiencia.
El especialista del Instituto Peterson de Economía Internacional, Nicholas Lardy, dijo recientemente a Xinhua que estaba "preparado para creer que muchas empresas están explorando alternativas para producir en otros lugares. Pero no veo que haya un gran aumento de las empresas que estén saliendo."
Lardy, que ha escrito varios libros sobre la economía china, dijo que probablemente no sería "tan inteligente" que las empresas alejaran masivamente las cadenas de suministro de China, porque sería difícil encontrar un lugar que pudiera "absorber ese costo", ya signifique logística o suministro de mano de obra, o cualquier otra cosa.
LOS ARANCELES NO AYUDARÁN
La Casa Blanca está utilizando aranceles para afrontar lo que ha llamado prácticas comerciales desleales de China, relacionadas con la transferencia de tecnología, la propiedad intelectual y la innovación, basadas en los llamados hallazgos de la investigación de la USTR bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio del país de 1974, una herramienta unilateral para que Washington sirva a sus propios intereses al tratar disputas comerciales.
Los aranceles sobre las importaciones chinas por 250 mil millones de dólares están actualmente en efecto bajo una acción comercial de la Sección 301.
Muchos testigos dijeron el lunes que los aranceles estaban fuera de lugar ya que no hay tecnología de punta en sus negocios e industrias.
En su testimonio, Marc Schneider, de la casa de modas estadounidense Kenneth Cole Productions Inc., dijo que los aranceles propuestos para los productos de calzado no ayudarán a aliviar la preocupación de la administración, y agregó que el proceso de fabricación de esos productos involucra pocos o ningún secreto comercial o tecnología o propiedad intelectual, ya que se comparten inevitablemente.
Stackpole, firma que representa a empresas que suministran el 90 por ciento de todos los productos de plomería a los hogares estadounidenses, enfatizó que estos materiales no son productos sofisticados, y agregó que las tarifas adicionales erosionarán la competitividad global de las marcas estadounidenses.
Compañías de tecnología estadounidenses, como iRobot, que diseña y construye robots pero los fabrica en China, también expresaron su oposición a los aranceles propuestos, la cuarta ronda desde que la mayor economía del mundo creara tensiones comerciales con su socio comercial mediante el aumento tarifario el año pasado.
El fundador y director ejecutivo de la compañía iRobot Corporation, Colin Angle, informó al comité de la audiencia que los productos recién lanzados de la compañía estarían sujetos a los aranceles y que, si se imponen, solo agravarían el daño que se les ha hecho a partir de la ronda anterior de aranceles.
Algunos expertos en comercio temen que esas advertencias no atraigan la atención de los funcionarios de la Administración. Las audiencias continuarán durante otros seis días hasta los principios de la próxima semana, durante los cuales se espera que cientos de testigos adicionales formulen peticiones similares.
"Siete días, 321 testigos, bienes por valor de 300.000 millones de dólares y una pérdida de tiempo para todos", indicó en su cuenta de twitter el analista de políticas para la economía y la tecnología de Asia en el Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage, Riley Waters y agregó que "el costo de estos y los aranceles anteriores serán reales para los estadounidenses".
La Cámara de Comercio de EEUU, la mayor federación de negocios del país, señaló en un comunicado la semana pasada que se opone enérgicamente a los "aranceles unilaterales como una respuesta política", e instó a la Administración a regresar a la mesa de negociaciones para un acuerdo que podría "poner fin a los aranceles ya existentes y evitar más perturbaciones a todos los estadounidenses".