Por Noemí Galbán
LA HABANA, 7 jun (Xinhua) -- Han transcurrido sólo unos días de la puesta en vigor del más reciente paquete de medidas del gobierno de Estados Unidos contra Cuba y ya se ven los daños económicos en los trabajadores privados del centro histórico de la capital.
Dentro de las nuevas regulaciones implementadas desde el pasado miércoles, se encuentra la prohibición a cruceros, embarcaciones de recreo y aeronaves privadas cuyos itinerarios inicien en Estados Unidos, de arribar a Cuba.
También la suspensión de los viajes grupales culturales y educativos de los ciudadanos norteamericanos a Cuba, más conocidos como de intercambio pueblo a pueblo.
"El turismo de cruceros en La Habana Vieja constituía el 90 por ciento de los ingresos de los cuentapropistas (sector privado) y nos vamos a ver muy afectados con estas medidas, ya sea la venta de artesanías, restaurantes y pequeños negocios como cafeterías y vendedores ambulantes", indicó Miguel Angel Morales.
El propietario del paladar "La Moneda Cubana", donde decenas de clientes provenientes de las embarcaciones ancladas en la bahía capitalina acudían cada día para degustar los platos típicos del país, lamentó la decisión de la administración del presidente Donald Trump, cuyas negativas consecuencias comienzan ya a percibirse.
La cancelación de reservaciones para los próximos meses, no sólo en el restaurante de Morales sino en los restantes negocios gastronómicos enclavados en las inmediaciones del puerto habanero, fue masiva tras el anuncio del Departamento del Tesoro estadounidense del pasado 4 de junio.
Sin previo aviso, más de 800.000 viajeros procedentes de Estados Unidos vieron tronchadas sus vacaciones y los trabajadores por cuenta propia cubanos limitadas sus utilidades.
"Una parte de los ingresos de los cruceros era para el gobierno cubano es cierto, pero también el turista individual que decidía conocer por sus medios la ciudad mayormente acudía al sector privado para comer, comprar recuerdos u otro tipo de excursiones", explicó Morales.
Una realidad que refuta los supuestos argumentos del gobierno estadounidense al establecer las regulaciones, al decir que lo hacía para afectar en lo económico al Estado cubano y potenciar al emergente sector privado en Cuba.
"Obviamente Estados Unidos busca asfixiar al gobierno, pero también al pueblo cubano porque con la justificación de que los norteamericanos están beneficiando al gobierno, al final los afectados somos los que vivimos del sector del turismo, el pueblo en general", manifestó Johnny Herrera.
El dependiente de "Café Roma", otro restaurante privado ubicado en la Habana Vieja, expresó a Xinhua que luego de la apertura iniciada por el entonces presidente estadounidense, Barack Obama, en 2016, y la flexibilización del ejecutivo cubano, el sector cuentapropista floreció en la ciudad y en todo el país.
En la actualidad, según datos oficiales, más de 584.000 cubanos laboran en el sector privado, lo que representa alrededor del 14 por ciento de los trabajadores ocupados en Cuba.
"Vamos a sobrevivir porque Cuba tiene muchas opciones, nos debemos abrir a otros mercados porque no nos vamos a quedar dormidos en los laureles. Puede que sea difícil pero los límites están en la mente de cada quien, siempre debemos abrirnos a nuevas oportunidades", insistió Herrera.
Similar opinión compartió con Xinhua Gillian Sosa, joven propietaria de un establecimiento de venta de artesanías, para quien la solución radica en atraer un mayor flujo de visitantes de otras latitudes que opten por los innumerables atractivos que posee Cuba.
"Contamos con otros países como los europeos, Canadá, Rusia, China y muchos otros que sus turistas vienen aquí. Estamos esperando a ver qué pasa porque es algo reciente", dijo.
"Sí creo que las ventas bajen y el turismo se reduzca, pero estamos esperanzados de que turistas de otros países nos visiten", precisó.
Asimismo Bárbara Ruiz, popularmente conocida como "Señora Habana", una cartomántica (lectura de cartas) capitalina que desde hace décadas tiene su puesto ambulante en una céntrica plaza del casco histórico, criticó la reciente decisión de Trump.
"Esta administración norteamericana navega por aguas muy negativas y desde su comienzo ha estado maquinando cómo bloquear aún más a nuestro pueblo. El (Trump) puede crear toda esa nocividad pero vamos a sentirnos fuertes para seguir dando pasos adelante", aseguró Ruiz.
"Señora Habana", como prefiere que la llamen, comentó que la Plaza de la Catedral, donde trabaja, es una de las más visitadas de la ciudad.
Especialmente por los estadounidenses que llegaban en grandes grupos, debido a los frecuentes arribos de cruceros al puerto de la capital cada semana y cuyos pasajeros disfrutaban en su corta estancia los encantos de La Habana, que este año llega a sus primeros 500 años de fundada.
"No me molesta lo que haga Trump, me siento mal por aquellas personas de su país que desearían conocer más a Cuba y su cultura y amarnos como muchos nos aman en el mundo", agregó Ruiz.
A pesar de las disposiciones de Estados Unidos y sus impactos en el turismo, el sector se consolida como la segunda fuente de ingresos para la nación con aportes que rebasaron en 2018 los 3.300 millones de dólares.
Además es considerado uno de los motores impulsores del crecimiento de la economía local en el proceso de actualización del modelo socialista cubano.
Por ello se anuncian millonarias inversiones con el objetivo de elevar la calidad y competitividad del destino con la meta de convertirse en el primero del Caribe y uno de los más solicitados de Latinoamérica. Fin