BUDAPEST, 2 may (Xinhua) -- El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, y el viceprimer ministro y ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, coincidieron en la necesidad de defender las fronteras de Europa de la migración, se indicó en una conferencia de prensa conjunta ofrecida hoy en Budapest.
"Los dos creemos en la importancia de naciones europeas fuertes sin las cuales no puede haber una Europa fuerte, y también en el hecho de que las fronteras de Europa deben ser defendidas de la oleada de migrantes", dijo Orban a los periodistas.
Orban dijo que Salvini está tratando de proteger Europa en el mar del mismo modo en que Hungría está tratando de protegerla en tierra.
También reiteró su propuesta en el sentido de que la Comisión Europea debe retirarse del manejo de la migración para encomendarlo a un nuevo organismo integrado por los ministros del Interior de los Estados miembros de la zona de Schengen de la Unión Europea.
Orban concluyó diciendo que la cooperación entre los gobiernos de Hungría e Italia está "funcionando a todo vapor".
Salvini describió a Orban como "un amigo" con quien coincidió en que se debe hacer que Europa sea más segura.
Salvini habló de sus puntos de vista compartidos sobre migración y sobre la excelente cooperación entre los dos países.
"El problema no es redistribuir a los migrantes ilegales, el problema es que debemos tener una Europa que pueda actuar unida para proteger las fronteras", dijo Salvini.
"Después del 27 de mayo se abrirá un tipo diferente de historia para los pueblos de Europa", concluyó Salvini, en una referencia a las elecciones para el Parlamento Europeo del 23 al 26 de mayo.
Los partidos políticos de los miembros de la UE se encuentran políticamente divididos entre izquierda y derecha y también en relación con el tema de la migración.
A medida que la población de la UE se reduce, los países del este y el norte del bloque europeo están más abiertos a la integración económica de los migrantes. Pero este punto de vista es rechazado con firmeza por países como Italia y Hungría, los cuales temen que los migrantes puedan "disolver" su cultura y forma de vida tradicional.
