El escepticismo se apodera de la retomada de la economía brasileña

Spanish.xinhuanet.com   2019-04-25 09:31:48

RIO DE JANEIRO, 24 abr (Xinhua) -- La pérdida de 43.000 puestos formales de trabajo en el mes de marzo, divulgada hoy por el gobierno brasileño, es un nuevo aviso de los problemas que tiene la mayor economía de América Latina para lograr un crecimiento económico robusto que aleje cualquier posibilidad de una nueva contracción.

Los datos económicos más recientes indican que el crecimiento económico del Producto Interior Bruto (PIB) brasileño este año quedará muy lejos del 3 por ciento que se esperaba a inicios de año y deberá ser próximo al logrado en 2017 y 2018, del 1,1 por ciento en ambos años.

"Cualquier crecimiento que sea próximo al 1 por ciento significa un año perdido y pasará la sensación de que hay una parada económica. El gobierno necesita crear un ambiente favorable para las inversiones, reducir las incertidumbres políticas que hay", explicó a Xinhua el economista Ricardo Macedo, del instituto Ibmec de Río de Janeiro.

Para Macedo, la incertidumbre sobre la política económica del nuevo gobierno es uno de los mayores problemas que afectan el crecimiento de la economía brasileña. "Cuándo llegará al Congreso la reforma de la Seguridad Social? Y el precio del diesel, cuál será, el que establezca el gobierno o el de mercado?", se preguntó el economista, recordando el veto hace unos días del presidente Jair Bolsonaro a un aumento del diesel y que causó una gran polémica.

Según el economista, la economía brasileña crecerá entre un 1,5 y un 2 por ciento este año, aunque no descarta que el resultado sea menor y se acerque al de los dos últimos años. "En 2018, el crecimiento del 1,1 por ciento era comprensible, dada la baja popularidad de Michel Temer, la huelga de camioneros y el ambiente electoral, completamente incierto. Pero repetir esto ahora sería inaceptable y los indicadores por ahora no invitan al optimismo", comentó.

Actualmente, la industria brasileña sufre los efectos de la crisis económica argentina, que afecta principalmente el sector automotor, además de un empeoramiento de la demanda interna identificada a partir de marzo.

Otro indicador que no acaba de despegar este año es el de la demanda por máquinas y equipamientos, considerado una referencia para saber la voluntad de inversiones que hay. En el primer trimestre creció apenas un 1 por ciento.

"Esta falta de ánimo para inversiones se traduce en un empleo débil. La creación de puestos de trabajo en el primer trimestre fue principalmente en la informalidad, y principalmente en el sector de servicios, que paga salarios menores. Ello acaba influenciando en el consumo de las familias, uno de los motores de la economía brasileña", comentó Macedo.

Por su parte, el economista de la Fundación Getulio Vargas (FGV) Bruno Ottoni destacó que "el ambiente es de una frustración con el gobierno, empezando porque se esperaba una rápida tramitación de la reforma de la Seguridad Social en el Congreso, y ya se sabe que no será en este primer semestre".

Según él, "el gobierno está aprendiendo todavía a situarse en el poder, a saber como funciona. El equipo es prácticamente todo nuevo y hay los típicos errores de iniciante, por desconocimiento. Pero los datos de debilidad económica divulgados por el gobierno preocupan".

"Si en el comienzo de mandato el Ejecutivo no consigue controlar los grupos de presión, el resultado es que todo el mundo querrá aprovecharse y sacar provecho. Tenemos un gobierno con señales ambiguas, con una supuesta agenda liberal en algunos casos y en otros, no, lo que desconcierta al mercado financiero", dijo Ottoni.

"La falta de confianza de los empresarios se refleja en los índices de confianza. Hubo una recuperación a finales del año pasado, pero la señal ha cambiado de forma generalizada. Hay una caída en la confianza de la industria, del comercio, de los servicios e incluso de los consumidores. La sensación general es que el gobierno podría haber hecho más en este inicio de año. La parte positiva es que todavía tiene 7 meses para recuperar la confianza y lograr una repuntada", concluyó el especialista.

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El escepticismo se apodera de la retomada de la economía brasileña

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RIO DE JANEIRO, 24 abr (Xinhua) -- La pérdida de 43.000 puestos formales de trabajo en el mes de marzo, divulgada hoy por el gobierno brasileño, es un nuevo aviso de los problemas que tiene la mayor economía de América Latina para lograr un crecimiento económico robusto que aleje cualquier posibilidad de una nueva contracción.

Los datos económicos más recientes indican que el crecimiento económico del Producto Interior Bruto (PIB) brasileño este año quedará muy lejos del 3 por ciento que se esperaba a inicios de año y deberá ser próximo al logrado en 2017 y 2018, del 1,1 por ciento en ambos años.

"Cualquier crecimiento que sea próximo al 1 por ciento significa un año perdido y pasará la sensación de que hay una parada económica. El gobierno necesita crear un ambiente favorable para las inversiones, reducir las incertidumbres políticas que hay", explicó a Xinhua el economista Ricardo Macedo, del instituto Ibmec de Río de Janeiro.

Para Macedo, la incertidumbre sobre la política económica del nuevo gobierno es uno de los mayores problemas que afectan el crecimiento de la economía brasileña. "Cuándo llegará al Congreso la reforma de la Seguridad Social? Y el precio del diesel, cuál será, el que establezca el gobierno o el de mercado?", se preguntó el economista, recordando el veto hace unos días del presidente Jair Bolsonaro a un aumento del diesel y que causó una gran polémica.

Según el economista, la economía brasileña crecerá entre un 1,5 y un 2 por ciento este año, aunque no descarta que el resultado sea menor y se acerque al de los dos últimos años. "En 2018, el crecimiento del 1,1 por ciento era comprensible, dada la baja popularidad de Michel Temer, la huelga de camioneros y el ambiente electoral, completamente incierto. Pero repetir esto ahora sería inaceptable y los indicadores por ahora no invitan al optimismo", comentó.

Actualmente, la industria brasileña sufre los efectos de la crisis económica argentina, que afecta principalmente el sector automotor, además de un empeoramiento de la demanda interna identificada a partir de marzo.

Otro indicador que no acaba de despegar este año es el de la demanda por máquinas y equipamientos, considerado una referencia para saber la voluntad de inversiones que hay. En el primer trimestre creció apenas un 1 por ciento.

"Esta falta de ánimo para inversiones se traduce en un empleo débil. La creación de puestos de trabajo en el primer trimestre fue principalmente en la informalidad, y principalmente en el sector de servicios, que paga salarios menores. Ello acaba influenciando en el consumo de las familias, uno de los motores de la economía brasileña", comentó Macedo.

Por su parte, el economista de la Fundación Getulio Vargas (FGV) Bruno Ottoni destacó que "el ambiente es de una frustración con el gobierno, empezando porque se esperaba una rápida tramitación de la reforma de la Seguridad Social en el Congreso, y ya se sabe que no será en este primer semestre".

Según él, "el gobierno está aprendiendo todavía a situarse en el poder, a saber como funciona. El equipo es prácticamente todo nuevo y hay los típicos errores de iniciante, por desconocimiento. Pero los datos de debilidad económica divulgados por el gobierno preocupan".

"Si en el comienzo de mandato el Ejecutivo no consigue controlar los grupos de presión, el resultado es que todo el mundo querrá aprovecharse y sacar provecho. Tenemos un gobierno con señales ambiguas, con una supuesta agenda liberal en algunos casos y en otros, no, lo que desconcierta al mercado financiero", dijo Ottoni.

"La falta de confianza de los empresarios se refleja en los índices de confianza. Hubo una recuperación a finales del año pasado, pero la señal ha cambiado de forma generalizada. Hay una caída en la confianza de la industria, del comercio, de los servicios e incluso de los consumidores. La sensación general es que el gobierno podría haber hecho más en este inicio de año. La parte positiva es que todavía tiene 7 meses para recuperar la confianza y lograr una repuntada", concluyó el especialista.

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