NACIONES UNIDAS, 22 abr (Xinhua) -- Los jefes de tres agencias de la ONU que ayudan a cerca de un millón de refugiados rohingyas de Myanmar en Bangladesh viajarán esta semana a Dacca para reunirse con importantes funcionarios y después visitarán el abarrotado Bazar de Cox para reunirse con refugiados, dijo hoy un vocero de la ONU.
En la capital bengalí, los funcionarios conversarán con importantes representantes del gobierno, incluyendo la primera ministra Sheikh Hasina y el ministro de Relaciones Exteriores A. K. Abdul Momen "para explorar formas en las que la comunidad internacional puede brindar más apoyo a Bangladesh para albergar a los rohingyas", dijo Stephane Dujarric, vocero del secretario general de la ONU António Guterres.
Los tres funcionarios serán el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi; el director de la Organización Internacional para las Migraciones, Antonio Vitorino; y el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, dijo Dujarric.
Los visitantes tienen previsto llegar el miércoles a Dacca y, después de reunirse con funcionarios del gobierno, se dirigirán al suroeste del país, a Bazar de Cox, para reunirse con refugiados, evaluar los preparativos ya en marcha antes de la temporada de monzones y visitar proyectos, incluyendo los relacionados con distribución de alimento y refugio, dijo el vocero.
La temporada de monzones normalmente inicia a finales de mayo o principios de junio.
En Bazar de Cox, los funcionarios de la ONU se reunirán con refugiados que trabajan como voluntarios y observarán un ejercicio de registro conjunto de Acnur y el gobierno de Bangladesh, dijo Dujarric.
La finalidad del registro es entregar tarjetas de identidad a todos los refugiados para garantizar su acceso a servicios humanitarios y protección y establecer su derecho de regreso a Myanmar.
La mayoría de los rohingyas empezaron a huir en masa de sus villas en Myanmar por los ataques de milicias y grupos de vigilantes en agosto de 2017 y se unieron a refugiados birmanos que ya se encontraban en los campamentos, con lo que el número de refugiados aumentó a cerca de un millón.
La mayoría de los refugiados no tienen forma de comprobar su ciudadanía y están reticentes a regresar.
La ONU indica que los refugiados deben tener el derecho a regresar, pero se les debe permitir regresar de forma voluntaria y digna a un sitio en el que deseen vivir.